Cuando uno tiene hijos le toca ceder muchas veces: tiempo, espacio, dedicación. Pero ¿qué pasa con esos padres que no sólo ceden, sino que se dejan invadir por sus propios niños? y por si fuera poco ¡ los imponen a los demás!, cosa que los torna imposibles de soportar. Dicho esto, nos cabe irremediablemente preguntarte ¿eres una madre o padre cargoso?
Todos tenemos una comprensible cuota de chochera con nuestros niños. Creo que lo que hace a la clasificación de "padre cargoso" es la sumatoria de lugares que les van dando a sus hijos sin que ellos lo pidan.
A continuación voy a exponer algunas de sus características, para que sepas si te sientes identificada con algunos de estos ejemplos:
En el contestador telefónico dejas de escuchar el clásico mensaje para escuchar una voz chillona que nos repite " ¡Hola! Esta es la casa de Julieta, deja tu mensaje, ¡Chau! y te preguntas sorprendida ¿Acaso no era la casa de mis amigos Marcos y Claudia?...
Vas a la casa de tus amigos para darte cuenta de que en algún punto dejó de serlo: la decoración ha cambiado, por supuesto en función de esa pequeña y con el fin de que no se lastime. Entonces descubres que los adornos brillan por la ausencia...
Las fotos de las vacaciones y reuniones con amigos fueron reemplazadas por las fotos de la gordi desde que nació hasta la fecha, y sin olvidar ninguna de sus poses diarias con una actualización minuciosa... y no hay lugar donde no aparezcan: en portaretratos, en la billetera, en el llavero, en el escritorio de la oficina, en fondos de pantalla, en perfiles de redes, etc., etc....
Si recibes una tarjeta navideña ¿a qué no te imaginas quien sustituirá los clásicos angelitos o a Santa-con gorro y todo?- si, adivinaste!...
Si recorres la cocina, los imanes ya no sostienen delivery´s o mensajes a la chica de la limpieza, en su lugar están las obras de arte de los pequeños...
La biblioteca ya no es la misma, sus ejemplares literarios han sido reemplazados por libros de paternidad, abc de las enfermedades infantiles, etc.
y si esto fuera poco cuando suena su móvil.... porqué será que el ringtone es "¡Maamii, atendé!..
Ya dejaron de ser Marcos o Claudia, ahora son "Ma", "Pa", "Papi", "Mami"... ningún otro apelativo que no sea relacionado con la paternidad...
Ellas lucen orgullosas los dijes de muñequitos "nene" o "nena" y hasta son capaces de salir de compras con el collar de fideos que le regaló el pequeñín fabricado con sus propias manitas en el jardín de infantes...
Si los invitas a salir, deberás aclararles que es "sin niños", bajo el riesgo de que se sientan ofendidos y no comprendan como puedes desear no ver a los niños también.
Los padres cargosos se identifican en las fiestas porque tienen anexada a su mesa una camita improvisada donde el peque se las arregla como puede para dormitar entre dos sillas, con tal que sus amorosos padres no se separen de él...
Si se logra que accedan a una salida de pareja, los chicos estarán siempre presentes: no habrá ni un solo tema que no termine en una alusión al pequeño, no podrás mantener ni una sola conversación sin que sea interrumpida por el llamado a la niñera, abuela, tia, vecna, etc. para saber minuto a minuto como se encuentra el pequeño-aunque se habrán dejado precisas instrucciones largas como un testamento para actuar en cada momento, y con la debida anotación de teléfonos, direcciones y referencias del lugar en que pasarán la velada, resaltado y en mayúsculas, por las dudas...
Claro que los niños ocupan un lugar muy importante en los corazones de todas las madres y padres, pero, ¿es necesario que ocupen cada segundo de tu vida y espacio de tu cerebro? Es natural que una madre o padre sienta orgullo y felicidad con cada logro de su hijo, pero de ahí a hartar a los demás con las múltiples proezas del chiquitín hay un trecho.
Darse un espacio y cedérselo al niño para que pueda oxigenarse, sin tener que pedir permiso a sus hiper dedicados padres es no solo necesario sino "saludable". Si quieres que tus hijos sean futuros jóvenes independientes y desenvueltos, deberás dejar un poco la ansiedad de vez en cuando y permitirle un espacio para expandirse fuera de tu perímetro y descubrir el mundo por sí mismo. No temas, no estás descuidándolo, sino todo lo contrario, estás fortaleciendo su temperamento, dándole la posibilidad de innovar, de completarse y convertirse en un hombre o mujer íntegro, resuelto, y armónicamente sano. Cuesta un poco, ¡pero no es imposible! Tu hijo vale el esfuerzo...