Lo que pasa en ocasiones es que los peques nos dan una buena lección sobre adaptación e integración, y así ha sido esta vez. Ni una lagrima por su parte, ni un lamento, ni una queja. Todo lo contrario. Emocionadísimo con su cole nuevo y con sus nuevos amiguitos.
Aquí la única que lloraba era yo. No lo podía evitar. Mi niño se hace mayor y no lo puedo parar. Y oye... que eso de que se ponga en la fila para entrar a clase y que entre con esa alegría pues casi que me escuece un poco. Lógicamente es lo ideal, pero seguro que entendéis a qué me refiero... ;)
Además, la adaptación al cole no es solamente de los peques, sino también de los padres, que tenemos que acostumbrarnos a nuevas normas, nuevas rutinas y nuevas formas de hacer las cosas. Los primeros días fueron para observar cada detalle con lupa para poder hacerme una idea clara y objetiva de dónde dejaba a mi hijo. Y esto fue lo que vi.
Cada clase forma un tren en unas líneas pintadas en el suelo con el mismo color que tiene la puerta de su clase, lo que facilita que se orienten.
Las profesoras pasan por la fila de su clase y saludan a cada niño por su nombre a la vez que les hacen una caricia o incluso les dan un beso si los peques no están tranquilos. Lógicamente esto genera una gran seguridad tanto en los peques como en los padres que lo vemos.
A los que lloran no les dejan llorar sino que los atienden al momento. Los sacan de la fila para darles la mano y llevarlos ellas a clase mientras les intentan tranquilizar con caricias y palabras. E incluso si están pasando un mal rato de verdad, los cogen en brazos con todo el cariño del mundo. Qué decir... esto ni en algunas guarderías...
A la hora de la salida igualmente salen haciendo un tren, todos en fila y agarraditos. No les dejan salir sin más. Hasta que la profesora no dice el nombre de cada niño y acude a recogerlo un familiar los niños se quedan en la fila. Lo que facilita que ningún niño se extravíe o no encuentre a sus padres.
Y si a todo esto le sumamos una reunión de los padres con la profesora en la que nos cuenta lo que van a trabajar, cómo lo van a hacer y encima nos dice que ella se pone en el lugar de los peques para explicar las cosas y la importancia de recalcar lo positivo... Pues ya simplemente es una seguridad y una confianza plena.
Sin ninguna duda este va a ser un año de grandes cambios que ya se van notando. Tres grandes puntos que van a hacer pasar a nuestros bebés a ser niños
El desarrollo del lenguaje
La autonomía
Capacidad de atención
No puedo estar más feliz con el cole que hemos elegido, con la adaptación tan buena que están logrando y, sobre todo, el cariño con el que tratan a los peques. Y esto se traduce en que mi hijo por las mañanas me mete prisa para ir al cole con tiempo y que por las tardes me pide quedarse un ratito más.
¿Qué tal os ha ido a vosotros la adaptación al cole?