A finales del siglo XIX, la escuela Montessori dio inicio a una revolución en el método de la enseñanza que hasta el momento se aplicaba. Partiendo de la premisa de ayudar a un niño a buscar su completo desarrollo, el método instauró una serie de cambios que entre otras premisas, apostaba por la enseñanza en positivo. El niño, en las primeras etapas de su desarrollo, está en un proceso de absorción total. Todo estímulo puede traducirse en un aprendizaje a adquirir. Pero para eso, claro, hay que obtener ese estímulo. Más allá de los párvulos y las escuelas, esto se traduce en un “aprender jugando”. Cada vez más padres y madres llevan a cabo este concepto con sus hijos.
La idea es sencilla. Una vez ha concluido el día en el colegio, incluso después de las posibles actividades extra escolares que puedan tener, niños y niñas quieren seguir jugando y cada vez son más los progenitores que seleccionan juegos educativos. De este modo, sus hijos se lo pasan bien. Y no sólo aprenden, sino que lo hacen con mayor ahínco, reteniendo conceptos y enseñanzas de manera mucho más eficiente.
APRENDER CON LOS PLAYMOBIL
No son pocas las empresas especializadas en el ocio infantil que buscan implementar el método Montessori a sus juguetes. Igualmente, surgen otras propuestas interesantes. Por ejemplo, Planeta DeAgostini ha lanzado la colección Playmobil – La aventura de la historia. Son figuras y libros de la popular marca de juguetes que en cada nuevo fascículo repasan una parte de la historia de la humanidad. De este modo, los niños coleccionan juguetes, juegan con ellos y de paso, aprenden.
Cuando se trata de la educación de nuestros menores, no hay límites. La educación en positivo puede aplicarse a todas horas si con ello, además de aprender, disfrutan y se divierten.
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