No sé si os acordais de que justo el año pasado, vísperas de su cumple, fuimos a Santiago desde nuestra pequeña ciudad para tener a Ximena (podéis verlo aquí). Así que se quedó sin poder celebrar el cumpleaños como Dios manda.
Este año teníamos que resarcirnos de alguna manera. En el colegio llevaba apenas 4 meses y no habla bien inglés, así que invitar a compañeros no nos pareció buena idea. Y viajar a España para celebrarlo con la familia se nos salía de presupuesto, sobre todo teniendo en cuenta que un mes antes ya habíamos estado. Así que a Pablo y a mí se nos ocurrió hacer un viaje familiar y celebrar el cumpleaños en Londres, organizando un plan para niños muy entretenido.
Celebramos su cumpleaños en Londres.
Viviendo en Reding lo tenemos a tan solo a 45 minutos en tren, por lo que es una escapada fácil de hacer en el día. Eso sí, un día intenso. ¿que qué hicimos?
Fuimos a conocer a Dippy (aquí podéis verlo en todo su esplendor), el gran esqueleto del diplodocus que preside la entrada del Natural History Museum. Uno de los tantos museos gratuitos que puedes encontrar en Londres. En este en particular los niños se quedan fascinados con las sala de los dinosaurios, donde podrán descubrir su historia y ver auténticas recreaciones bastante realistas.
Y por la tarde … Hamley’s, la mejor juguetería del mundo.
Sin ninguna duda Hamley’s es la mejor juguetería del mundo. Es el sueño de un niño hecho realidad. 7 plantas de juguetes de todas la marcas que puedas imaginar, y vendedores haciendo exhibición de ellos cual feriantes con su “compren que siempre toca, un pito o una pelota”. Todo un show montado con la única finalidad: Si los niños ven cómo se juega, o mejor aún, si ellos pueden probarlo antes, se vende mucho más que si lo tienen en el expositor. Una gran verdad, nadie salía de allí con las manos vacías.
3 horas creo que estuvimos metidos dentro de la tienda. Rocío recorriendo todas las plantas sin decidir qué regalo quería comprar (que si aquí te pintan la uñas, que aquí te hacen una demostración de unos papeles mágicos), y Nico (que había decidido su regalo en el minuto 2 de entrar por la puerta) le pareció demasiado rato de compras, por mucha juguetería que fuera.
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