Y es que desde que he tenido a mis dos criaturas, que son una preciosidad (todo hay que decirlo), el diámetro de mi cintura se quedó igual al radio de la tierra, partido por dos, multiplicado por 5 y dividido por 100...salir en busca de un vestido decente para acudir a este tipo de eventos se hace misión imposible...
Hace unas semanas tuve una boda, en la Catedral de Sevilla, muy bonita, pero que para mí suponía todo un reto, primero buscar un vestido...y me conozco...como yo no diga Wowwww!! ninguno será bueno...por otro lado tenía que llevar un tocado, zapatos, bolso...y que todo ello fuese conmigo, con mi estilo inexistentedesenfadado.
Hasta aquí más o menos lo tenía controlado, mi sorpresa vino cuando un día me aventuré a pasear por el centro de mi maravillosa ciudad, y me dí cuenta de lo complicado que era encontrar un vestido de la talla 44-46 con una serie de requisitos indispensables como eran:
1- No parecer mi abuela.
2- No llevar más brillo que los vestidos de fiesta del almacén chino.
3- Que no me dejara la cuenta temblando hasta el año 2020.
4- Si no puedo encontrar un Wowwww, por lo menos que sea GUAY!
5- Requisito importante...que sea de mi talla.
Pues os diré, que en la mayoría de tiendas de vestidos guays, monos, bonitos, preciosos o cual adjetivo queráis utilizar para definir un vestido de boda que sea aceptable...me soltaron que no trabajaban más de la 42.
Llegó un momento en el que entraba por la puerta y en vez de mirar la ropa preguntaba directamente si tenían más de esta talla, es lo que da la confianza de la que va aprendiendo sobre la marcha.
Casi podría haber hecho un estudio de mercado...Por ejemplo...como el precio de la ropa va en proporción a la talla que utilizas. Parece que hay una frontera tallíl que una vez sobrepasada entras en un mundo cruel en el que cualquier trapito es capaz de dejar temblando la tarjeta. Lógico, pensé...se necesita más tela, no? será por eso? También pude observar otra variante y es que a más talla buscas...el gusto por el diseño de la ropa va decreciendo. Por qué pierden los vestidos sus formas a partir de la 44 y quieren meternos en un tubo de tela sin forma ninguna? No lo entiendo...
Así que mis circunstancias, mi barriga y mis caderas y toda yo... nos fuimos abatidas y con la esperanza puesta en el Corte Inglés, que desde ese día lo miré con otros ojos, ojos considerables y cariñosos.
Que habrá tiendas en las que haya vestidos preciosos y de tallas grandes sin precios abusivos...pero yo no los encontré.
El resultado fue un vestido de Tintoretto que solo llegaba a la 44, pero que por lo menos había ganado una talla más en la búsqueda. Tenía un precio razonable y lo mejor es que es bastante ponible. El punto GUAY lo obtuve con el tocado y un pañuelo de Desigual que encontré, muy divertido.
Ya que os guste más o menos la convinación es otro cantar!! Mil besos y a disfrutar del día de Andalucía!!!
look bodil guay