Siendo conscientes de las distracciones y convirtiéndonos en ”los dueños del mando”; para poner el canal que queramos en cada momento, en nuestra vida.
Requiere de entrenamiento, como cualquier hábito. En el siguiente vídeo os cuento algunas técnicas.
La clave es practicar todos los días ejercicios de atención plena:
Cinco minutos de atención sobre la respiración, antes de empezar a estudiar o trabajar. ¡Cómo si sólo existiera el aire que entra y sale de nuestro cuerpo!
Estar atentos durante el camino al instituto o a la empresa donde trabajamos: a los colores, personas, olores, nuestros pasos sobre el asfalto, el frío o calor en nuestro cuerpo.
Saborear la comida, masticarla, darnos cuenta de dónde provienen esos bocados que nos dan la vida. Beber el agua sabiendo que somos agua…
Escuchar a la persona que nos habla, al cien por cien. Con los cinco sentidos; más todos esos sentidos que tenemos interiores y a los que llamamos intuición. Escuchar de forma activa.
Pararnos a contemplar en el autobús a cada persona que nos rodea, olvidándonos del móvil que tenemos delante.
Hay tantas oportunidades; como situaciones o acciones que realizamos durante el día: lavarnos los dientes, preparar una ensalada, limpiar la habitación, tirar la basura….
Todas y cada una de esas acciones realizada con atención plena, nos da “el mando de nuestra vida”; nos ayuda a agarrar la atención y centrarla en lo que nosotros queremos.
Ya sé lo que estás pensando: Qué esto es para gente tranquila, que tiene cualidades para la atención; que tú eres una estresada, un hiperactivo, que a ti te va a costar mucho.
¡Claro que te va a costar! Te mentiría si dijera lo contrario; pero lo que vas a lograr no tiene precio. Controlar tu atención es: tener el mando de tu vida, de tus emociones, de tus pensamientos, de tus decisiones. No se trata de practicar la atención plena para aprobar un examen o hacer una entrevista de trabajo con calma. Se trata de VIVIR LA VIDA, DE ESTAR VIVO; de que tus minutos no pasen en piloto automático.
En tu mano está. Tú puedes tener el mando.