Tres embarazos, tres que no son pocos, son los que mi cuerpo ha vivido en verano. Los dos primeros tuvieron su fin en pleno mes de julio, el tercero acabó justo el último día de verano. Así que se puede decir que cuento con una amplia experiencia en esto de capear el calor nivel Mordor que sufrimos por estos lares con un embarazo en pleno apogeo.
Debo confesar que personalmente me ha gustado estar embarazada en verano, incomodidades a parte. Viendo la parte práctica, el hecho de poder vestirte con ropa ligera y calzado cómodo para mi es una gran ventaja. Además me ha encantado ir a la playa embarazada y lucir tripa sin complejos, dar largos paseos, poner la tripa en remojo.
Lo he disfrutado mucho, es mi estación favorita del año y por eso intento disfrutarla en la medida de lo posible, incluso estando embarazada. Así que me alegro mucho de que mis embarazos hayan transcurrido en esta época del año porque, a psear de las incomodidades, y que hay días que me he sentido morir del calor y de la flojera, en conjunto ha sido una experiencia maravillosa y disfrutada al máximo.
Pero como ni todas las mujeres ni todas las embarazadas somos iguales, para algunas pasar el embarazo el verano es una delicia, para otras un infierno y para otras, simplemente soportable.Todo en esta vida tiene sus ventajas e inconvenientes y, aunque es algo que no se elije, si estás buscando embarazo quizás te venga bien saber lo mejor y lo peor de estar embarazada en verano.
Ventajas de estar embarazada en verano
Vestirte con menos ropa: vestidos de tirantes, sueltos, cortos o largos, camisetas o blusas anchas, faldas, shorts, el hecho de poder vestirte con una dos prendas a lo sumo y poder meter el barrigón en cualquier look es, simplemente, comodísimo. Nada que ver con tener que vestirte con jersey, camiseta interior, pantalones, calcetines y, por supuesto, un abrigo que no te cierra.
El calzado no será un problema: que se te hinchen los pies como patatas es una puñeta, y tener que meterlos en un zapato cerrado o aún peor, en unas botas, una auténtica tortura. Quizás tengas que comprarte uno, dos o hasta tres tallas más -yo uso un 38 y llegué a ponerme unas sandalias del 41- pero el hecho de poder llevar un calzado cómodo, que no te apriete y sentir el pie libre de apreturas, es un gustazo.
Más oportunidad de hacer ejercicio: el buen tiempo y los días largos favorece que puedas hacer ejercicio más asiduamente y sin que cueste tanto esfuerzo. Si caminar es un ejercicio muy recomendable durante el embarazo, el verano te permite aprovechar no solo las últimas horas de luz de la tarde sino incluso por la noche, a salvo del sol y con una temperatura aún agradable.
Pasear es un gustazo: Si el paseo te lo das por la orillla del mar, en la playa, no solo refrescarás tus pies, que se agradece, sino que estimulará la circulación de las piernas que tanto sufre con la presión que el útero hace sobre la vena cava.
El agua es tu mejor aliada: y no solo el agua de beber, que esa también. Caminar por el agua y aprovechar los baños en el mar o en la piscina para hacer un poco de ejercicio -moderado y siempre que no haya ningún impedimento médico para ello- te ayudará a tonificar la musculatura de la espalda, que sufre el cambio de tu centro de gravedad, y de la pelvis, que soporta el peso de tu barriga y está especialmente implicada en el trabajo de parto.
Comer helados sin remordimientos: salvo que por motivos de salud debas te los prohíban, es la excusa ideal para comer helados sin pensar en dietas, calorías o en qué parte de tu cuerpo acabarán almacenados, y disfrutar de ese placer sin sentimiento de culpa.
Lucir el embarazo: sí, suena frívolo, pero también es bonito lucir embarazo. Si te sientes cómoda puedes lucir tu tripa con gusto en la playa -lo confieso, a mi esto particularmente me encanta-, y vestida igualmente con blusas o vestiditos favorecedores que realcen tu tripa. A muchas mujeres les sienta especialmente bien el embarazo y el verano realza aún más esa belleza sin necesidad de perifollos, la barriga es el mejor complemento.
Inconvenientes de estar embarazada en verano
El calor. Es el mayor inconveniente de estar embarazada en verano. Si para cualquier mortal hace calor, estando embarazada tu nivel de calor se multiplica exponencialmente. La propia sensación de calor mortal, sudar como si estuvieras fundiendo un anillo en Mordor, pueden hacer especialmente duro en embarazo. Te cuesta más dormir, te sientes más fatigada, la tensión baja con facilidad... Desde luego el calor no es buen compañero de embarazo.
La retención de líquidos: con el calor el cuerpo tiende a retener más líquidos, que se traduce en edema (hinchazón) sobre todo de los miembros inferiores, que sufren por la falta de circulación. La sensación de hinchazón en piernas y pies es muy incómoda, la piel se tensa por la hincazón y provoca picor,
El sol no es tu amigo: si hay que tener precaución con el sol de manera habitual, estando embarazada hay que tener aún mayor cuidado porque las hormonas están alteradas y la piel lo sufre mucho en modo de cloasma, que son esas manchas oscuras que salen sobre todo en el rostro, y que no se van tras el parto.
Limitar tus vacaciones: y es que vivir la recta final de tu embarazo en esta época condicionará sí o sí tus vacaciones, ya que bien porque no te encuentras a tope físicamente, bien porque el momento del parto es cada vez más cercano, bien porque si planeas un viaje en avión hay restricciones según las semanas de gestación, tendrás que sopesar bien el tipo de vacaciones que eliges para que no sean una tortura.
Puedes verte menos favorecida: con el calor es normal que se te hinchen la cara, las manos y sobre todo piernas y pies. Quizás en la cara no lo notes tanto y las manos estéticamente no importe, pero impacta mucho ver que tus tobillos y pies se asemejan más a los de una elefanta que a los tuyos. Si además los llevas al aire sentirás que a la gente se le va la vista irremediablemente a ellos.
Ideas para sobrellevar mejor el embarazo en verano
Aunque el verano no pueda parecer la estación ideal para el embarazo por el condicionante del calor, de verdad que hay maneras de hacer que sea llevadero e incluso que lo disfrutes.
Ropa suelta, cómoda y fresquita. Lo mejor para capear las incomodidades del calor es dejarse de apreturas y llevar ropa cómoda, que no se pegue al cuerpo, que transpire y que te permita disfrutar de tu barriga sin sofocos.
El aire acondicionado es tu amigo: sin abusar, es decir, no lo pongas a 20 grados a tope porque los cambios de temperatura no son buenos, pero buscar una temperatura confort que te permita sobrevivir en tu casa te ayudará a llevar mejor el embarazo. A falta de aire acondicionado un buen ventilador, y el abanico siempre en el bolso, para cuando salgas de casa.
El agua es imprescindible: esta sí es la de beber, es imprescindible estar bien hidratada porque se pierde mucho líquido sudando, te ayudará a no sufrir edema -aunque a veces éste es inevitable- y a mantener tu tensión a raya. Yo Siempre llevaba una botella de agua en el bolso.
Protégete del sol: y no solo con cremas protectoras, si vas a salir a la calle a pleno sol o vas a la playa, ponte un sombrero. De verdad. Es la mejor manera de evitar que te salgan manchas oscuras en el rostro que te durarán toda la vida.
Calzado cómodo: para ayudar a la circulación, a que tus pies soporten mejor todo el peso de tu cuerpo, que tu espalda sufra menos la lordosis adquirida por la barriga, usa calzado cómodo que amortigüe bien tu pisada y te evite rozaduras o que el pie no se relaje, al menos cuando vayas a estar más tiempo de pie. Yo llevaba fatal en mis embarazos limpiar y cocinar porque me provocaba un dolor de espalda y pies horribles, es cuando más notaba el peso del embarazo, y para andar por casa utilizaba -y sigo utilizando- zuecos tipo crocs porque los pies me cabían perfectamente y los sentía descansados.
Bebidas frías para calmar la sensación de calor: además del agua para hidratarte, las bebidas frías te ayudarán a sobreelvar la sensación de sofoco. Intenta huir de refrescos y preparados, mejor los zumos naturales, batidos, incluso la leche fría -que además a mi me ha ido muy bien para los ardores-, que puedes tener siempre a mano en el frigorífico.
La fruta fresca es bien: lo mejor del verano en general es la enorme variedad de fruta que hay. Puedes tenerla en el frigorífico para que esté más fresca y sea más agradable a la hora de tomarla. Para mi sin duda mi fruta favorita del embarazo es la rica en agua como melón o la sandía, que da gusto comer y si está fría sienta divinamente. Puedes cortarla en dados y congelarla para comerla como si fuera un aperitivo helado, así me la llevo yo a la playa para que aguante mejor.
A pesar de las incomodidades, yo he disfrutado muchísimo de los embarazos en verano, es mi época favorita del año sin duda, y embarazada no es una excepción.
Teniendo en cuenta que el tercer embarazo se me hizo especialmente difícil porque dio la casualidad de que el verano pasado fue muy caluroso, porque el cuerpo no es tá igual tras dos embarazos que estrenando gestación, porque no es lo mismo un embarazo sin hijos que con hijos, sin duda no cambio haber pasado mis embarazos en verano por otra época del año.
Y tú, ¿Has vivido tu embarazo en verano?
¿Ha sido una buena experiencia o prefieres un embarazo de invierno?
¿Qué es lo peor que has llevado de estar embarazada en verano?
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