recuerdos y experiencias que seguro recordarán de por vida.
Para ello, cuento con la ayuda de Alicia González, de creciendoentremochilas, viajera empedernida, amante de los valores, el desarrollo personal y también de la infancia. Hace algo más de un año comenzó una estupenda iniciativa solidaria que consiste en visitar todas las provincias españolas con el fin de entrevistar y colaborar con una ONG en cada una ellas.
Ali te anima a adaptar tu ritmo al de los más pequeños para acompañarles en sus actividades y disfrutar de ellos. Necesitarás un poco de paciencia, pero te garantiza que tu esfuerzo se verá recompensado. Y sin más preámbulos, aquí la tienes:
COLGARSE LA MOCHILA AL HOMBRO: LAS VENTAJAS QUE APORTA EN LA INFANCIA
Aunque se trate de trayectos cortos, inculcar el hábito de viajar en los más pequeños de la casa no aporta más que ventajas en relación al desarrollo emocional en la infancia. Es una oportunidad única de adquirir múltiples aprendizajes, como veremos a continuación, tan o más importantes que los que adquieren durante su etapa de escolarización. Veamos algunos de ellos.
Relacionarse con un entorno distinto al habitual: Vivir esta experiencia representa una ocasión inmejorable para que los peques de la casa mantengan contacto con un entorno distinto al que están acostumbrados. Les permite poner en práctica sus habilidades comunicativas y de socialización, algo fundamental en su desarrollo personal. Es posible que, en función de la personalidad del niño, la primera experiencia no sea la que con los años recordarán con mayor cariño, pero el disponer de la oportunidad de abrirse y relacionarse con un espacio físico y personas ajenas a su círculo más cercano es todo un desafío que les puede abrir un maravilloso camino en cuanto a su relación con el exterior, que, además, le permitirá con total seguridad adquirir nuevos valores, desconocidos hasta ese momento.
Disfrutar de experiencias nuevas e inolvidables: Nunca deberíamos dejar de tener en cuenta que, lo que para nosotros es lo más cotidiano y normal del mundo, para ellos puede ser una aventura apasionante repleta de emoción y sorpresas. Aún recuerdo la cara de mis primas pequeñas la primera vez que las llevamos de excursión en tren, ¡eran un auténtico manojo de nervios y pura expectación! Fomentar ese factor sorpresa y ese tipo de primeras veces es algo que bien seguro recordarán con alegría durante su etapa de madurez, por lo que, a ti que estás leyendo esto, te animo a organizar de vez en cuando actividades nuevas para que nunca dejen de vivir y disfrutar de esa magia tan especial que habitualmente sentimos durante nuestra niñez.
Respetar su espacio para favorecer su independencia y libertad de expresión: En general, y desde mi punto de vista, este aspecto está muy relacionado con el primer punto que comentábamos antes. Al encontrarse en un entorno distinto al de su día a día, el niño o la niña se encuentra ante la necesidad de desarrollar sus habilidades personales para satisfacer su necesidad de aceptación en un nuevo contexto social, por lo que es sumamente importante proporcionarle y respetar el espacio suficiente para que pueda expresarse con total libertad.
Fomentar su capacidad de adaptación: El disfrutar de la oportunidad de conocer lugares nuevos y personas distintas también es fundamental para desarrollar la capacidad de adaptación a los cambios durante la infancia, algo esencial y de suma importancia en nuestra sociedad actual.
Como hemos visto, viajar aporta tan sólo ventajas en cuanto al desarrollo de la infancia se refiere, a las que, como bien apunta este artículo, podríamos sumar muchas más. Conozcamos ahora el otro lado de la moneda y analicemos los beneficios que viajar con niños comporta al mundo adulto.
CUALQUIER LUGAR PUEDE SER DISNEYLAND, SÓLO NECESITAS DEJARTE LLEVAR
Sí, sí, tal como lo lees. Cualquier lugar puede ser tan mágico como Disneyland, tan sólo es necesario que tú quieras que lo sea.
¿Estás de acuerdo? Entonces sigue leyendo…
Recuperar la inocencia perdida no es un imposible: Viajar con niños es una oportunidad maravillosa y, como sabéis, muy contagiosa de recordar y volver a disfrutar (esta vez a través de otros ojos) de aquellas experiencias que una vez nosotros, los adultos, también vivimos por primera vez. Un primer viaje en tren, esa primera aventura en la nieve o ese primer fin de semana en un entorno rural son sólo algunos ejemplos que nos llevarán de vuelta a esa infancia que nosotros también tuvimos.
El placer de repetir una experiencia desde un nuevo rol: El compartir en familia de un viaje a algún lugar que ya hayamos visitado antes también nos puede ayudar a tomar conciencia de cuánto hemos madurado y cómo hemos evolucionado como personas. Bien seguro aflorarán o se rememorarán emociones que quizá ya ni recordabas o habías sentido de otra forma.
Aventuras que suman: Disfrutar de un viaje en compañía también de los peques de la casa es sin lugar a dudas una de las experiencias que más pueden favorecer el sentimiento de pertenencia, desde el punto de vista del formar parte de un núcleo social concreto, en este caso el familiar. Por otro lado, el haber compartido una vivencia de este tipo generará con toda seguridad multitud de momentos que os ayudarán a compartir sonrisas y grandes recuerdos. ¿O tú has olvidado aquel primer verano que compartiste en familia?
¿Y qué nos cuentas de ti? En tu opinión, ¿cuáles son los beneficios de viajar en familia? ¿Nos cuentas tu experiencia? ¡Nos gustaría conocerla!
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