Cuatro años desde que nací como madre… Esta idea ha rondado mi cabeza todo el fin de semana, ya que el sábado fue el cuarto cumpleaños de Vera. Llevábamos ya unas pocas semanas pendientes del cumple, cogiendo ideas bonitas para regalarle y viendo qué podríamos preparar que le hiciera ilusión. Os diré que una de las cosas que más ilusión le hacía era llevar algunas chuches a sus compañeros del cole, a los que ha cogido un cariño muy especial.
Además, hemos tenido la gran suerte de compartir este día con la familia que ha venido hasta aquí para disfrutar de su sonrisa, de sus ojos de ilusión soplando las velitas o abriendo alguno de sus regalos. Un cumpleaños siempre es emocionante, pero cuando es el cumple de alguno de tus hijos, la emoción se multiplica por mil. Y aún más, cuando ves que tu hija lo único que necesita es de nuestra compañía y calor… y si encima puede complementar esto con la cantidad que cosas bonitas que recibió, mucho más.
Y de nuevo la pregunta ¿Tus cuatro años? ¿Mis cuatro años?… porque para las madres, el cumpleaños de nuestros hijos es un día terriblemente especial, porque no solo es el día, sino los recuerdos del día en que nació,… algo que se nos queda grabado a fuego. Su nacimiento y nuestro nacimiento como madres. Y es entonces cuando os digo que este fin de semana he estado especialmente sensible, recordando lo feliz que estaba hace cuatro años, cuando después de muuuuchas horas de dolor y preparación en casa, acudimos al hospital para recibirte, deseando de que estuvieras entre nuestros brazos… y recordé tu calor al nacer, cuando te pusieron encima de mi pecho, tus mofletes redonditos y sonrosados, lo bonita que eras… lo especial que eras, mi niña… el calor de los familiares más cercanos y las buenas vibraciones de algunas personas que me acompañaron durante todo el embarazo… mi círculo de mujeres de yoga, mi amiga Piedad (con su acompañamiento incondicional en mi embarazo. Gracias amiga)…
Tu primer hijo/a. Su nacimiento. Tu nacimiento como madre, como mujer revolución y luchadora. Tu descubrimiento del significado de “mujer salvaje”, en la que te ves reflejada cuando experimentas el dolor intenso de las contracciones, la necesidad de dejarte llevar…
Todo ello y mucho más ha pasado por mi cabeza durante todo este fin de semana, en el que he disfrutado muchísimo viendo a Vera super feliz, explotando cientos de pompas de un pompero, escuchando como le leíamos alguno de sus libritos nuevos, con los ojos como platos al ver su tarta de Frozen… y así un montón de momentos más.
Aunque ha recibido muchos regalitos, destacar algunos como la caja de luz que ya os enseñé en este post, que con tanto mimo hemos preparado para ella, la muñeca Lottie Hojas de otoño que le ha encantado y que compramos en Tintoneti, tienda super bonita de la cual ya os he hablado anteriormente, y algunos libros chulos como “Desde entonces hasta ahora” su primer libro sobre la evolución humana, “La vida en el pasado” o “Mamá, ¿quién soy yo?”. Los tres libros nos han encantado y a ella parece que también, aunque ya os hablaré de ellos con más calma.
En cuanto a los demás regalitos, ropa bonita, libros para colorear y para leer, ponys, un libro personalizado de Fabuloos dreams, que los abuelos han pedido con mucho cariño, unos disfraces de princesas geniales, que para los que os interesen, son de Don disfraz y complementos veraniegos que le han encantado.
Como la celebración realmente era una comida de adultos (ya que aun no tienen primitos xddd) pues pensamos que el sitio debía tener un lugar de juego para ellas, asi que elegimos el Bar Manu, donde solemos ir a menudo y nos encontramos muy agusto y para decorar el cumple… los abuelos nos regalaron unos globos de Globo Planet con la temática de Frozen que también fueron elegidos por Vera.
Con todo… solo me queda decir que resultó un dia genial, lleno de momentos divertidos y sobre todo… en el que pudimos disfrutar todos juntos de la felicidad de Vera… gracias por el esfuerzo de estar aquí con ella.. ese será su mejor recuerdo
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