CUENTO INFANTIL ROSQUIS Y EL REINO DE LAS TRES ISLAS
En el cuento de hoy, aprendemos la importancia de ayudar a los demás y de dejar que nos ayuden.
Espero que os guste!
ROSQUIS Y EL CALAMAR BAILARÍN
Desde que Rosquis volvió de su aventura en el Reino de la tres islas, todo era diferente. Veía la vida de otro modo. Antes su vida era muy aburrida, o eso pensaba él. Desde su viaje, había empezado a vivir nuevas aventuras y a conocer nuevos amigos.
Había pensado en hacer un viaje submarino, pero era peligroso hacerlo sólo. Reunió a algunos de sus amigos y comenzaron a prepararlo. Contrataron una excursión en un submarino que tenía unas grandes cristaleras por las que podían ver el fondo del mar y a todos los animales. Prepararon sus mochilas con bebidas y bocadillos, cogieron sus cámaras de fotos y salieron hacia el puerto.
Los cuatro amigos se montaron en el pequeño submarino y se quedaron con la boca abierta.
"¡Veo el fondo del mar!", dijo Max, el amigo de Rosquis.
"¡Mira, mira! Hay una estrella de mar pegada al cristal", dijo Rosquis.
El submarino comenzó a sumergirse y a bajar hacia el fondo del mar. De repente, un golpe muy fuerte en el cristal los asustó. Era un calamar al que se le había enganchado un alga entre los tentáculos y que no podía nadar.
El calamar golpeaba el cristal pidiendo ayuda. No podía desatar el nudo del alga. El submarino cada vez se movía más y si se rompía el cristal, podían hundirse.
"¡Socorro socorro!", gritaba una de las pasajeras.
Rosquis y sus amigos decidieron salir del submarino para ayudar al calamar. Se pusieron unos trajes de buzo, unas gafas y una bombona para poder respirar debajo del agua. Rosquis intentó desatar el alga él solo, pero no podía. Necesitaba la ayuda de sus amigos.
"¡Ayudadme por favor!", decía el atrapado calamar.
Ron, uno de los amigos de Rosquis, cogió una piedra del fondo del mar y comenzó a cortar el alga. Entre todos, agarraron al calamar y le desataron los tentáculos.
"Gracias, gracias, muchas gracias", exclamaba el calamar. "En agradecimiento, os haré una actuación. Dejadme que me presente, soy Cali, el calamar bailarín"
Rosquis y sus amigos entraron en el submarino y se sentaron delante de las cristaleras. De repente el calamar comenzó a bailar moviendo sus tentáculos de un lado para otro, dando vueltas y volteretas. ¡¡Era un gran bailarín!!
Ya de vuelta en casa, contó su aventura a su familia. Les explicó que intentó ayudarlo él sólo y no pudo, pero que entre todos lo consiguieron.
La entrada Cuento infantil: Rosquis y el calamar bailarín aparece primero en Aprendiendo con Julia.