Pero por desgracia y sobre todo por sorpresa, la famosa serie El Juego del Calamar se ha colado en los patios de los colegios de primaria, sí, es muy fuerte pero cierto.
Aviso a navegantes que el post de hoy es bastante comprometido. Y entiendo y respeto que algunas familias tengan otra perspectiva aunque no lo comparta. ¡Vamos allá!
Los colegios prohíben los disfraces y cualquier temática de El Juego del Calamar para Halloween
Esta semana recibí una circular del colegio de mi hija mayor donde la dirección del centro educativo, expresaba su preocupación por el interés que está despertando la famosa serie coreana entre los niños que aún no han finalizado la educación primaria, es decir, menores de 12 años.Y en un intento de erradicar o evitar que los niños recurran a la práctica de estos juegos durante la celebración de Halloween, han prohibido que los alumnos acudan este Viernes a clase con cualquier disfraz que esté relacionado con los personajes de la serie.
El Juego del Calamar no es el problema
Ni el Juego del Calamar es el problema, ni prohibir los disfraces es la solución.Deberíamos plantearnos la siguiente pregunta, ¿Por qué un niño de 11 años ha visto la serie El Juego del Calamar? Cómo es posible que algunas familias dejen vía libre a sus hijos para acceder a este tipo de contenido.
Ya pasó en su día con Walking Dead y Juego de Tronos. Y parece ser que, como adultos, no entendemos que compartir este tipo de contenido con nuestros hijos no es sano para su desarrollo. A mi personalmente me gustan las películas de terror, y no por ello hago partícipe a mis hijas.
Por no hablar de que algunos preadolescentes han visto también la popular serie de Élite. Lo cual me resulta cuanto menos, desconcertante.
Que la primera toma de contacto con la sexualidad en la preadolescencia se adquiera de una serie como Élite me parece totalmente incoherente. Y al final, terminan normalizando este tipo de relaciones sin ningún tipo de valor ni amor propio hacia su persona.
El acceso a las Redes Sociales en la infancia
Y aquí está la raíz del problema. El acceso sin límites que tienen los menores durante su infancia a ciertas plataformas. Y no solo me refiero a la televisión, sino también a las redes sociales e Internet en general.Niños de 8 años haciendo Tik Tok o queriendo ser influencer en Instagram. Por no mencionar a la edad que los menores adquieren su primer móvil. Creo que como padres y madres o tutores legales de nuestros hijos, estamos perdiendo el norte.
Los valores y los principios del aprendizaje se deben adquirir en casa, por nosotros, sus padres. Debemos actuar de forma responsable y contribuir en su educación enriqueciendo su crecimiento de manera positiva durante su infancia y la adolescencia. Y no fomentar la visualización de contentido violento o que no es apropiado para una mente en desarrollo.
Es importante que tomemos consciencia sobre el tema. Replanteanos si realmente lo que ven en la tele, más allá del entretenimiento, les nutre y les aporta algún valor en su transición a la vida adulta. Y entender que los límites forman parte de su educación.
Privar a nuestros hijos de tener cuentas propias (o acceso de algún tipo) a las redes sociales, no autorizarles para que tengan acceso libre en diversas plataformas televisivas y en general, limitar el uso de las pantallas, no les dejará aislados de la sociedad, y por el contrario estaréis respetando la infancia de vuestros hijos.
Todos estamos expuestos a cometer errores, forma parte de la maternidad (paternidad), pero lo importante es saber cuando debemos dar un paso hacia atrás, reflexionar y preguntarnos si realmente estamos actuado bien como padres.
¿Qué opináis vosotros? Os animo a que dejéis un comentario con vuestro punto de vista al final del post.