Los primeros tres años de vida de un niño se han convertido en un verdadero desafío para los papás y mamás de hoy, especialmente en términos de educación y disciplina. El comportamiento del menor, la forma de orientarlo y controlarlo, son temas que generan debates, discusiones, teorías y diversas tesis por parte educadores, investigadores, psicólogos, sociólogos y padres.
Hace algunas décadas cuando no se tenía este diluvio de información a través de medios digitales, los padres construían su camino, tropezaban, se levantaban y seguían buscando la mejor forma de disciplinar a sus hijos, crear límites, mostrar autoridad, establecer parámetros de comportamiento.
Por supuesto, en estos procesos se cometían errores, se marcaban distancias que terminaban generando un respeto, producto más del temor que del entendimiento o aceptación de las normas establecidas.
Hoy, los padres modernos abren sus dispositivos, ingresan a un buscador y tienen la oportunidad de consultar cientos de expertos en diferentes temas, pueden cotejar información, sacar conclusiones, adaptarse de acuerdo a su situación, entorno y posibilidades.
Con todo y la gran cantidad de fuentes existentes, los excelentes profesionales que comparten sus investigaciones, ensayos, artículos, vivencias, etc., el comportamiento y disciplina durante esos primeros tres años de vida, sigue siendo un tema complejo y la frustración de los padres un indicador común.
¿En que coinciden los expertos?
Hay cosas en común frente a la manera de abordar este reto: disciplina positiva, la ciencia del lenguaje positivo, autocontrol, paciencia, cero castigos físicos, cero amenazas, aprender a decir no de manera positiva, establecer normas, etc.
Para muchos padres puede resultar confuso por la diversidad de propuestas, investigaciones y consejos. El Doctor T. Berry Brazelton, Profesor Emérito de Pediatría en la Universidad de Harvard, sostiene que la educación es la segunda cosa más importante para un niño, la primera es el amor.
El especialista también es claro al señalar que el autocontrol debe enseñarse desde las primeras etapas lo cual se logra cuando se detiene al niño cada vez que tiene una conducta inapropiada (berrinches, peleas, malas palabras, etc.).
Es clave que los padres y personas a cargo ejerzan ese autocontrol, sean pacientes, utilicen un lenguaje constructivo,
John T. Bruer en su libro The Myth of the first three years afirma que los primeros tres años le ofrecen a los padres y cuidadores una oportunidad de ventana biológica delimitada única, durante la cual con las experiencias correctas y programas de temprana edad adecuados pueden ayudar a los niños a desarrollar mejores cerebros.
es difícil lograr patrones de comportamiento adecuados cuando los niños no tienen el entendimiento de los mismos, las expectativas de disciplina y autocontrol deben ser aterrizadas, se debe trabajar más en las habilidades como guías y modelos a seguir.
Realidad Vs. Expectativas
Está visto que no existe un estudio científico que pueda garantizar el buen comportamiento de los niños y niñas durante sus primeros tres años de vida. Aunque muchas veces los padres y acompañantes del proceso sientan que están fallando debido a los repetitivos comportamientos no adecuados del menor, es necesario entender que se debe seguir enseñando sin perder la paciencia, evitar el castigo y valorar los avances o intentos.
Una vez que los padres acepten esta realidad, seguramente podrán guiar el comportamiento del niño de una manera más efectiva. Aditee Narayan, MD, MPH, Pediatra del Centro Médico de la Universidad de Duke, tiene la teoría que cuando el niño empieza a actuar de manera rebelde la clave es la distracción, si el niño se ve frustrado porque no puede realizar algo, se le puede enseñar cantando, se puede utilizar la voz de un personaje que le guste, intentar algo que le genere confianza.
La doctora Narayan concluye: cualquier cosa que hagas, mantente en ello. Una cosa es constante con los niños: siempre están cambiando.
No desfallecer
Nadie dijo que sería fácil, cada niño es un mundo aparte, una personalidad diferente y por lo tanto, un proceso distinto en cuanto a su crianza y desarrollo. El peor error es sentir que se falla como padre, el autocontrol, la paciencia, la dedicación, son elementos que siempre deben estar presentes.
El castigo y el chantaje para lograr lo que se quiere se deben abolir del proceso, se debe trabajar en el reconocimiento de los avances, en el conocimiento de las habilidades del niño. Ser consciente de la realidad es la clave, de esta forma se evitará presionar con frecuencia, lo cual podría generar frustraciones adicionales en el menor.
The post appeared first on Mamás De La Vida Real.