Querido Alfredo,
Te mandamos a Otto, un perrito de menos de 4 meses que encontré hace apenas cinco días en la calle y que me ha robado el corazón.
Estaba sólo, perdido y asustado y no quiso comida cuando se la ofrecí. Sólo reaccionó con lametones después de un rato de cogerle en brazos para llevarle al veterinario.
El pobre estaba lleno de garrapatas tan grandes que es difícil pensar que puedan anidar en un perrito tan pequeño y dulce. Pero ahí estaban.
Aun no me acabo de creer que un perro que debe de haber vivido desde pequeño esas penurias (días sin comer, frío y desprecios) prefiera mil veces más un abrazo, una caricia y u mimo que un trozo de bacon. Y como del cariño no sólo se puede vivir, a veces hay que ayudarle a comer dándole la comida poco a poco en la manita, imagino que hasta que se acostumbre. Mucha paciencia y amor, por favor.
También debo advertirte que por ahora tampoco tiene controlado el tema de las cacas y pises.
No sabemos por qué, pero a veces se hace pis en su propia camita. Pienso que quizás se trata de un desarreglo fruto de tantas horas vagabundeando .
Sólo necesita a alguien que le ayude a entenderlo, repitiéndoselo día a día, con firmeza y determinación pero suavemente.
Nosotros tenemos otro perro al que hemos educado en estos hábitos con ayuda de los premios y ahora es un animal feliz y equilibrado. Es un orgullo y un alivio.
Estoy segura de que Otto también puede aprender fácilmente por este camino, lejos del maltrato y las broncas. Su naturaleza es dulce, suave y pura. Creo que si se le trata de la misma manera lo va a entender mucho mejor.
Te agradecemos infinitamente que hayas querido darle un hogar.
Creo que mis tías te conocen bien. Me han contado que eres una buena persona que estás deseando tener la compañía de un animal fiel y que sería algo muy importante en tu vida. Te confieso que es esto lo que me ha hecho comprender que eres la persona idónea para Otto.
Te ruego que por favor le cuides como a alguien de tu familia porque dentro de poco para él no habrá nada más importante que tú en este mundo.
Estos últimos días en casa Otto nos ha cogido un cariño inmenso, pero creo que nosotros más aun a él.
Lo estamos pasando muy mal porque el bebé que está en mi tripa llega con un problema grave de corazón. No estamos seguros de que vayamos a poder abrazarle en alguna ocasión.
Otto ha sido una alegría constante, una luz que nos ha sacado una sonrisa en estos momentos tan duros. Hemos estrechado muchos lazos.
Por esta razón, sino te molesta, me gustaría pedirte la posibilidad de ir a verle cuando vayamos a Madrid. Para mía ya forma y siempre formará parte de mi familia. Pensar que no voy a poder volver a verle nunca se me hace demasiado duro. Te lo agradezco de antemano.
Por último deseo añadir que no quisiera que estas palabras resultaran un peso para tí. Al contrario. Pero si se diera la situación en la que Otto y tú no os lleváis bien, no se adaptara o cambiaras de idea, te ruego me lo devuelvas sin pensarlo. No deseo que se convierta en una carga en absoluto.
Me comprometo a dejar mi puerta abierta. Yo me encargaré de buscarle otro hogar si fuera necesario. Sólo tienes que decírmelo. Prometo que no habrá rencores.
Al final te dejo mi teléfono, el de casa de mis padres y su dirección en Madrid, por si quisieras contactar conmigo. Cualquier duda, consejo o comentario será bien recibido.
Te damos las gracias de corazón por darle esta oportunidad a Otto. No se merece menos que un dueño tan bueno como lo que tú vas a ser para él.
¡¡Millones de gracias!!
Un beso enorme.
PD: Gracias Sálvanos por buscar tan rápido una casita alternativa para Otto. Flipé cuando me contasteis que una mujer argentina que vivía en Alemania quería coger un avión inmediatamente para recoger al perrito lo antes posible. Pero confío en que con Alfredo esté muy bien.
Es un gusto y un consuelo saber que existen personas como vosotros y asociaciones tan increíbles como Refugiados, Huellas Invisibles y Kufi que velan desinteresadamente por el bienestar de los animales.