Los bebés y los niños pequeños tienden a sufrir por deshidratación más de lo que se cree. La deshidratación en bebés se da normalmente porque no toman suficiente líquido en épocas de calor o por una gastroentiritis. En este artículo verás como evitar esta preocupante situación.
Los principales síntomas de deshidratación en los bebés son que pasen más de seis horas sin mojar el pañal, si la orina es de color amarillo y tiene un olor muy fuerte, si la boca y los labios los tiene secos incluso si al llorar no le caen lágrimas. Ante estos signos es importante hidratar al bebé ya que vuestro hijo se está deshidratando o ya tiene una deshidratación leve. Para ello hay que ofrecerle mucho líquido, seguir con las tomas de pecho (si le estáis amamantando), o si tiene más de 4 meses ofrecerle un poco de agua (lo ideal es medio vaso por día).
Cuando vuestro bebé sufra una deshidratación grave, cuyos síntomas son ojos hundidos, mareos, nerviosismo excesivo, somnolencia y manchas en las manos y los pies, hay que llevarle corriendo al hospital para que le vea un especialista.
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¿Qué hacéis vosotros ante un caso de deshidratación?