La mayoría de los padres quieren que sus hijos sean los mejores en todo. Es un deseo innato, en realidad, todos queremos destacar en algo y por ello dedicamos todos nuestros esfuerzos para que al menos nuestros hijos no sufran los mismos errores que hemos vivido nosotros mismos.
Sin embargo, a pesar de que es bueno dedicar nuestros esfuerzos a que nuestros hijos satisfagan sus expectativas, lo cierto es que la principal labor de los padres es conseguir que sus hijos sean buenas personas, inculcarles ciertos valores básicos que les ayuden a convivir en sociedad de la mejor manera posible y, sobre todo, a sentirse bien consigo mismos. ¿Qué deben aprender nuestros hijos? ¿Cómo podemos ayudarles?
Respeto
El primer valor fundamental que deben aprender los niños es el respeto. Por supuesto, en primer lugar a las personas. Desde pequeños, nuestros hijos deben aprender que todos los seres humanos somos iguales, como tal. Los niños deben recibir una educación que favorezca su cultura general y les permita desarrollarse en condiciones de igualdad. La discriminación puede ocurrir en cualquier ámbito y más aún cuando son niños, por eso es sumamente importante predicar con el ejemplo y demostrar a nuestros hijos que podemos aprender mucho con las diferencias de cada persona.
También es importante que le den valor a las cosas materiales del mundo que nos rodea. Tienen que aprender la importancia que tiene cada objeto y que no podemos destrozarlo todo porque sí, ni tocar lo que no es nuestro. ¿Cómo les enseñamos? Existen muchos cuentos infantiles que fomentan el respeto al medioambiente, además, también debemos destacarles todas las señales que nos prohíban realizar alguna acción en cualquier sitio que nos encontremos. No se trata de crear niños asustadizos que no se atrevan a hacer nada, sino a que tengan en cuenta ciertas normas cívicas.
Tolerancia
Ser tolerante es muy parecido a ser respetuoso, pero en este caso no tiene que ver con el origen de la persona, sino con sus ideas, creencias e incluso prácticas. Por ello entraña una dificultad especial, como personas, podemos entender que alguien sea distinto físicamente a nosotros, pero nos cuesta ser condescendiente y permisivo con alguien que piensa totalmente diferente a nosotros.
Sin embargo, la vida nos enfrenta a estas situaciones y debemos preparar a nuestro hijo para que las afronte de la mejor forma posible. La tolerancia juega un papel fundamental en las relaciones de los niños con otros niños, por ello es importante que aprendan a escuchar las ideas y opiniones de los demás, el niño no nace tolerante, enséñale a través de juegos y cuentos a que no todo el mundo piensa de la misma manera.
Bondad
Sin duda, si cualquier madre tuviera que elegir una cualidad para sus hijos sería la bondad. Es la cualidad que refleja la esencia humana en sí misma y se suele relacionar con la amabilidad. Las mejores personas suelen ser bondadosas y por eso, lo mejor es inculcarle desde niños las conductas bondadosas.
Para conseguir eliminar las conductas negativas de nuestros hijos lo mejor es practicar con el ejemplo. Una imagen vale más que mil palabras y si el adulto realiza comportamientos que realcen las acciones que indican comprender, cooperar y ayudar, el niño, poco a poco.
Generosidad
El último gran valor que podemos enseñar como padres a nuestros hijos, es la generosidad. Supone la actitud de una persona noble, que sabe compartir. Cuando los niños son pequeños, todo es suyo y de nadie más, les cuesta compartir y entender que no todo es de su propiedad. Sin embargo, debemos enseñarles la importancia de dejar nuestras cosas a los demás y de ser generosos, porque de ello va a depender en gran medida la convivencia de nuestro hijo con los demás. No consiste en crear hijos perfectos, pero sí hacerlo lo mejor que podamos.
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