De título homónimo al archiconocido blog que le catapultó a la fama de la blogosfera, La nena, que así insiste en que la llamemos, sólo ha plasmado en 'Cómo no ser una drama mamá' la realidad generacional que viven muchas treintañeras en casa, cuando recuerdan aquellos consejos, ahora caen que absurdos, que les daban sus madres.
Aunque por mi edad, no me encuentro en ese grupo, actualmente compuesto de treintañeras y casi mujeres de 40 años, lo cierto es que sí que me suena mucho. Y es que hace mucho tiempo, asentíamos y casi decíamos Amén a cada solemne réplica o advertencia que nos hacían las madres. Ellas eran el pilar de la familia para muchas cosas, una de ellas, lo que debíamos y no debíamos hacer en cuanto a saber estar, decencia, hábitos de higiene, de juego, hasta la forma de vestir. Los papás llevaban el dinero a casa, y miraban detenidamente desde el sofá. A veces impasibles, a veces asombrados, su implicación en nuestra educación era otra. De eso no hay duda.
'Cómo no ser una drama mamá' es un alegato, aún así, de cariño y de agradecimiento a esas madres que quizá no tuvieron mucha formación, o leyeron muchos libros sobre crianza. No eran madres foreras como vosotras, implicadas activamente en las redes sociales, currantas fuera y dentro del Hogar, pero os querían igual que ahora vosotras queréis a vuestros hijos, y una de las formas de expresión de ese amor, era precisamente la nostálgica forma de regañarnos, de reprendernos cuando nos sentábamos con falda y arqueábamos las piernas, o veníamos del parque manchadas de barro por jugar 'como chicuzos'.
Os dejo con un aperitivo que ya dice mucho del tema central de este libro y del blog que sirvió de inspiración para crearlo. Forma parte de la presentación de esta creativa autora, en su blog:
- "No te asomes a las ventanas”,quizás sea uno de los consejos más absurdos que me dio mi madre...(..)
¿A que veis por dónde van los tiros?
Fuente. Cómo no ser una drama mamá