Estamos en pleno verano, y ahora, en el periodo vacacional cuando nos empeñamos en hacer mil y una fotografía a nuestros niños y niñas. De todas las posturas, en el agua, con la montaña de fondo o dándole de comer a una cabrita. Hasta ahí todo bien.
El problema puede surgir cuando, dejándonos llevar por nuestra “hiperactividad” en las redes, las publicamos sin pensar en la privacidad de nuestros hijos. Desde ese momento, la imagen de los pequeños pulula por la red y es vista por “vete tu a saber quién”. Las fotos entonces dejan de ser nuestras, pasan a ser públicas y estamos cediendo todos sus derechos con un sólo click.
Facebook, Twitter, Youtube….
¿Está bien que colguemos en las Redes Sociales las fotos de nuestros hijos? Esta es la pregunta que debemos hacernos. Evidentemente si hacemos eso, demostramos que no somos conscientes de la cantidad de datos que esas fotos ofrecen de nuestra familia. Y por supuesto, privamos de privacidad a los niños. La red es muy amplia no sabemos en manos de quién van a terminar esas fotos.
Por ejemplo, corremos el riesgo de que esas fotos caigan en manos de administradores de páginas de pornografía infantil. Esa fotografía inocente puede terminar siendo utilizada por quien no queremos y, lo peor, para unos fines nada lícitos.
Huella digital
Debemos tener cuidado, especialmente, si la edad de nuestros hijos ronda los 12 años. Es en esa época cuando se inician en las redes sociales. Puede ser que la huella online que le hemos creado avergüence o enfade a nuestros hijos. Algo que posiblemente no ocurra en ese momento pero que dentro de unos años puede ser un problema.
Desde Coaching Club, por ejemplo, ya se han tratado diferentes casos en terapia de hijos que crecen y ya se encuentran con una identidad digital creada por sus padres. Una identidad digital creada a base de fotos desde que eran pequeños en las redes sociales, un historial de fotos que no es fácil de borrar. Se ha creado así su huella digital personal que en muchas ocasiones no gusta a los hijos.
Debemos pues evaluar los riesgos que suponen la publicación de datos que conducen a localizar y a conocer el modus vivendi de los protagonistas del documento editado.
Además, si nosotros subimos fotos de los niños, ¿cómo les vamos a decir después que no deben compartir fotos suyas con desconocidos? Desde luego no estaremos dando buen ejemplo.
Algunos consejos prácticos
Al compartir en redes es importante tener en cuenta el tipo de contenido que se va a escoger . Y ,por supuesto, si se va a estar o no exponiendo a un menor.
Compartir sólo con un círculo de confianza. Las Redes Sociales te permiten elegir a las personas que pueden ver los archivos que subes.
Reflexionar sobre el hecho y la necesidad que mueve a los padres a compartirlo todo.
Controlar los impulsos inmediatos de demostrar al mundo y a su círculo personal cuán feliz es la familia.
FUENTE: Coaching Club
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