El déficit de atención sin hiperactividad o más comúnmente conocido como déficit de atención en niños (TDA) es un trastorno conductual, que se caracteriza por la falta de atención o concentración. Resulta esencial diferenciarlo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ya que este último tiene otras características.
Aproximadamente, se calcula una prevalencia del 13% de estos casos, en donde no se observa predilección por ninguno de los sexos. A diferencia de lo observado en el TDAH, ya que si hay predilección por el sexo masculino.
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Qué es el déficit de atención en niños:
El trastorno por déficit de atención, también conocido como TDA; se refiere a la falta de atención y concentración para realizar actividades, además de acompañarse de un comportamiento de distracción.
Qué causa déficit de atención en niños:
A pesar de que aún no se conoce la causa del déficit de atención, es sabido que se pone de manifiesto desde el primer año de vida.
Es por tal motivo, que se considera un trastorno de tipo biológico y/o genético.
Lo que si se ha podido comprobar, es que a diferencia de otros trastornos del comportamiento, este no se relaciona con otros factores. Como por ejemplo: alimentación, exposición a radiaciones, entre otros.
En cambio, el déficit de atención si se relaciona con practicas educativas inadecuadas. Ya sea dentro del hogar o en la escuela.
Características del déficit de atención en niños:
Estas son características temperamentales, es decir, que se relacionan con los aspectos personales. Entre ellas están:
Lentitud para realizar y pensar en ciertas actividades. Es por esto, que a los niños afectados, les lleva más tiempo ejecutar tareas cognitivas.
Actividad motriz lenta. Esto determina que sus movimientos sean más lentos y por lo tanto, hagan todas las actividades con mayor lentitud.
Abstracción. Los niños afectados se manifiestan muy abstraídos. Se percibe que les cuesta dirigir su atención al entorno que los rodea y sus demandas.
Incapacidad para notar los detalles. Cuando por fin logran enfocar su atención en algo, no se dan cuenta de los elementos relevantes o significativos.
Dispersión mental. Por lo que se distraen muy fácilmente.
Distracción. Esto lleva a que se olviden rápidamente de las cosas cuando no las entienden claramente.
Dificultad para organizarse.
Diagnóstico del déficit de atención en la infancia:
¿Quién diagnostica déficit de atención en niños?
Los padres suelen ser los primeros en notar que algo no va bien con sus hijos. Aunque algunas veces, ciertos comportamiento pueden pasar desapercibidos y son los maestros los que notan conductas anormales.
Por tal motivo, tanto los padres como los profesores deben estar atentos.
Un punto importante, es la consulta pediátrica. Ya que el médico especialista en dicha área puede identificar patrones conductuales anormales.
El diagnóstico lo establecen los psicólogos o psiquiatras. Debido a que ellos están especializados y capacitados para detectar que se cumplan los criterios diagnósticos.
En estos casos, no resulta necesaria la evaluación por un neurólogo o neurocirujano.
¿A qué edad se detecta el déficit de atención en niños?
El diagnóstico del déficit de atención en niños se suele establecer entre los 3-4 años de edad. A pesar de que frecuentemente se manifiesta durante el primer año, es en esta etapa en donde se pude diagnosticar.
Esto sucede porque aún con un año de vida, las destrezas atencionales se están desarrollando. Lo que no permite que los criterios diagnósticos sean claramente distinguibles del comportamiento normal para la edad y lo que no.
Criterios para establecer el diagnóstico:
Son establecidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). En donde se describe que el niño debe presentar por seis o más meses los siguientes síntomas, los cuales ocasionan mala adaptación e inconsistencia con el nivel de desarrollo que debería tener:
Es olvidadizo en las actividades diarias.
Fallo para prestar atención profundamente a los detalles.
Se distrae con facilidad por estímulos externos.
Dificultad para mantener la atención en las actividades.
Extravía u olvida cosas necesarias para las actividades.
No escucha cuando se le habla de forma directa.
Evade conversaciones las cuales requieren de esfuerzo mental sostenido.
No sigue las instrucciones dadas.
Dificultad para seguir conversaciones.
Cómo tratar el déficit de atención en niños:
Actualmente, se utiliza un fármaco llamado Metilfenidato, el cual también se usa en casos de déficit de atención con hiperactividad.
Pero, a pesar de sus efectos beneficiosos, el fármaco no mejora en gran medida la conducta ni el rendimiento escolar del niño.
Por lo que, si luego de cuatro semanas con el tratamiento, no se observa mejoría, se recomienda suspenderlo.
Es por esto, que la decisión de instaurar o no un tratamiento farmacológico es individual. Es decir, depende de las características de cada niño y de la evaluación del especialista a cargo.
Una parte muy importante en la terapéutica de los niños afectados, es un nuevo método de aprendizaje. Sin embargo, esto lleva más tiempo y resulta más costoso.
Déficit de atención e hiperactividad en niños:
Este tipo de trastorno, también conocido como TDAH se define por la presencia de tres síntomas:
Disminución de la atención.
Impulsividad.
Hiperactividad.
Causas del déficit de atención e hiperactividad:
El TDAH es un cuadro orgánico, el cual tiene su origen en deficiencias anatómico-biológicas. Por lo que las causas del trastorno, pueden ser adquiridas o genéticas.
Genéticas:
La mayoría de los casos obedecen a la herencia.
Con una transmisión autosómica dominante.
Adquiridas:
Niños prematuros.
Bajo peso al nacer.
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Independientemente de la causa, el déficit de atención en niños con hiperactividad obedece a un mismo proceso patogénico. Dicho proceso es la alteración bioquímica de proyecciones de conexión entre los lóbulos frontales y los núcleos basales. Esto lleva a que haya alteración del transporte y de la recaptación de dopamina, serotonina y norepinefrina (neurotransmisores).
Manifestaciones clínicas del déficit de atención e hiperactividad:
Las manifestaciones clínicas de este síndrome varían en función de la edad y el sexo del niño. Por lo que:
En el primer año:
El niño suele dormir mal.
Frecuentemente tienen los ojos muy abiertos.
Comienzan a andar muy pronto (entre los 6 y 10 meses).
Luego, se asocia hipotonía.
Pies plano-valgos.
Miedo a dormir solos, por lo que no dejan que la luz se apague y suelen dormir con los padres.
En los seis primeros años:
Concepto vital: En donde el niño cree que el mundo se circunscribe a él y los que se encuentran en su entorno, tienen que servirle.
Poca capacidad de frustración.
Torpeza para la motricidad fina.
Egoístas.
Inquietos.
Acaparadores.
Entrometidos.
Egoístas.
En escolares:
Falta de habilidad motriz, la cual se manifiesta por el manejo inadecuado del lápiz o la cuchara.
Dispersos.
Frecuentemente hay fracaso escolar.
Infantiles.
Dificultades para las matemáticas y la lengua.
Inmaduros.
Les cuesta aprender a leer y escribir.
Mentirosos.
Interrumpen a los profesores y a otros compañeros.
Se levanta muchas veces del pupitre.
En pre-púberes:
El déficit de atención en niños con hiperactividad en esta etapa se manifiesta por lo descrito previamente y por:
Ausencia de sentido del ridículo.
Exhibicionismo.
Machismo.
Se observa con frecuencia, la expulsión de los colegios debido al bajo rendimiento escolar o por el comportamiento conflictivo.
En la pubertad y adultez joven:
Fracaso escolar y laboral.
Drogadicción.
Conflictos de convivencia en casa, en el trabajo y en la sociedad.
Pandillas.
Hombres: Se observa exacerbación del machismo y de su aspecto estrafalario.
Mujeres: Signos de inmadurez, generalmente puestos en manifiesto por la excesiva preocupación por el aspecto externo. Además de la necesidad de llamar la atención utilizando distintos tipos de adornos corporales.
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Diagnóstico del déficit de atención e hiperactividad:
Anteriormente, ya se explicó que el déficit de atención e hiperactividad se define por la presencia de tres síntomas fundamentales; por lo que para establecer el diagnóstico, es necesario que estén presentes manifestaciones inherentes a dichas alteraciones. Los criterios diagnósticos para el déficit de atención ya fueron descritos previamente.
Hiperactividad e impulsividad:
Deben persistir por al menos seis meses, seis de los siguientes síntomas:
Hiperactividad:
Habla excesivamente.
Es intranquilo.
Actúa como si estuviera movido por un motor.
Se levanta del pupitre cuando debería mantenerse sentado.
Tiene dificultades para jugar tranquilamente.
Se mueve de un sitio a otro en situaciones en las que debería estar quieto.
Impulsividad:
Molesta o interrumpe a otros niños.
Incapacidad para esperar su turno.
Contesta las preguntas antes de serle formuladas.
El déficit de atención en niños es un trastorno que se ha vuelto muy popular actualmente. Esto se debe al hecho de que ahora tanto padres como maestros están más atentos al comportamiento de los niños y este tipo de trastornos puede detectarse eficazmente. El diagnóstico es realmente sencillo de establecer, sólo deben diferenciarse los tipos en los que predomina el déficit de atención y aquellos en los que se acompañan de hiperactividad.
Te invito a ver el siguiente vídeo para saber más del tema:
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