¿Qué significa en español?
Es una alteración psiquiátrica (de la psiquis = mente) y crónica (permanente) mayoritariamente genética (o sea, hereditaria) bastante frecuente, pues ocurre en el 5 al 10% de los niños en edad escolar y en el 3% al 6% de los adultos (Filomeno Edwards, Armando). Las personas con este trastorno tienen diferencias en el desarrollo del cerebro y de la actividad cerebral que afectan su atención, su habilidad para concentrarse y su auto control.
Antiguamente se pensaba que el TDAH desaparecía con la adultez porque es lo que suele ocurrir con la hiperactividad (su componente más notorio) pero, ya se sabe que no es así. El TDAH persiste hasta la edad adulta en casi el 70% de los casos. Este trastorno, además, suele venir acompañado con problemas de aprendizaje, conducta, estado de ánimo, tics y en muchas ocasiones con otros trastornos asociados (comórbidos).
El TDAH tiene 3 síntomas principales:
Falta de atención: Quizá el más difícil de percibir en la infancia. Quienes lo padecen se caracterizan por tener dificultad para mantener la atención por un tiempo prolongado, no prestar atención a los detalles, dificultad para finalizar las tareas, les cuesta escuchar, seguir órdenes e instrucciones, son desorganizados en sus actividades, suelen perder u olvidar objetos, se distraen fácilmente, no terminan lo que empieza, evitan actividades que requieren atención sostenida, se les dificulta seguir las reglas o detalles de los juegos, en el caso de los niños son aquellos que suelen parecer como “soñadores”, “idos” o distraídos.
Hiperactividad: Es el síntoma más fácil de reconocer, por su obviedad y por ser el más conocido comúnmente. Las personas hiperactivas se caracterizan por: moverse en momentos inadecuados, la imposibilidad de permanecer quietos, hablar en exceso, ser ruidosos, tener dificultad para relajarse, ser inconstantes y cambiar de actividad sin finalizar ninguna. Se les conoce como “incansables” y necesitar pocas horas de sueño.
Impulsividad: De acuerdo con los expertos, la impulsividad es el síntoma menos frecuente de las tres manifestaciones principales del TDAH y se refiere a la dificultad para pensar las cosas antes de actuar. Las personas que padecen impulsividad se caracterizan por ser impacientes, no pensar antes de actuar, interrumpir constantemente a los demás, tener respuestas prepotentes y “toquetearlo” todo. Esto suele hacer que se metan en problemas. (Síntomas TDAH)
Estos síntomas se manifiestan con distinta intensidad en cada persona y pueden presentarse de forma independiente. Por lo tanto, el perfil de TDAH de quienes lo presentan varía en intensidad y presentación (según los síntomas predominantes) y de igual manera variará su tratamiento. Es por eso por lo que tenemos niños con TDAH que necesitan medicación y terapias, algunos que sólo necesitan medicación y otros, que sólo necesitan terapias.
Ya Neurito, ahora ya sé que es el TDAH, pero ¿Cómo sé si mi hijo/a tiene esta condición?
Primero, debo aclarar que las únicas personas que pueden diagnosticar el TDAH son los psiquiatras infantiles o los neurólogos-pediatras. En nuestro medio, son los neuro-pediatras quienes ven estos casos. Nosotros como padres sólo podemos tener fuertes sospechas de nuestro hijo/a lo tiene. Dicho esto, también debo aclarar que algunas características de falta de atención, hiperactividad o impulsividad son conductas naturales de la infancia, puesto que es común que los niños sean inquietos, presten poca atención, escuchen poco… Por eso es importante diferenciar entre un comportamiento “normal” y uno que no lo es, y esto solo lo puede hacer un profesional de la salud especializado en TDAH.
Pero, ya Neuro por fin ¿qué signos de alarma debo observar para llevar a mi hijo a un especialista o para quedarme tranquila?
Mi primera recomendación es mantener un contacto fluido con las profesoras/es pues suele ser en el colegio dónde se hacen más notorios los síntomas del trastorno. Sé que es doloroso que nos digan que nuestros pimpollos no son perfectos, pero la única manera de poder ayudarlos es con un diagnóstico correcto.
De otro lado, según la web especializada: El TDAH y tú para el diagnóstico de este trastorno es necesario que los síntomas principales mencionados arriba se presenten con las siguientes características:
Desde antes de los 12 años.
Con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
Que afecten negativamente o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar, familiar, social.
No ser consecuencia de otro problema médico, alguna droga u otro problema psiquiátrico
(Ojo, ojito acá nuevamente, nosotras no podemos hacer ninguna evaluación más allá de la que sale de lo profundo de nuestro corazón de madres neuróticas por lo que debemos llevar a nuestros hijos a un especilista).
Según todas las fuentes consultadas el TDAH se suele reconocer con mayor claridad cuando los niños empiezan la educación primaria (a partir de los 6 años) pues acarrea más retos. Sin embargo, puede haber sospecha clínica en niños menores de 6 años.
Finalmente, es fundamental que si sospechamos que nuestro hijo o hija tiene TDAH o si ya ha sido diagnosticado con este trastorno recurramos a profesionales expertos y a fuentes confiables y meticulosas (como esta web ;)) pues, lamentablemente todavía hay muchos mitos alrededor del TDAH y su tratamiento y esto nos puede causar confusión. Leer: El TDAH sí existe
Fuentes Consultadas:
Filomeno Edwards, Armando: El Niño con Déficit de Atención o Hiperactividad: Cómo pasar del fracaso al éxito. 3era. Ed. APDA, Lima 2016
American Psychiatric Association. DSM-5 Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
www.tdahytu.es