Cuando mi hijo mayor era un bebé me costó comprender que los niños estaban en continuo cambio y que, por lo tanto, las rutinas que tanto me gustaba seguir a mi, no me iban a durar demasiados días seguidos. Pero a partir del año y medio los cambios evolutivos que mi niño iba haciendo eran mucho menos significativos y todo comenzaba a estabilizarse… y empecé a olvidarme de esto de que “los niños están en continua evolución”.
Con el segundo fue todo un poco más rodado, aunque también es cierto que no le quedaba otra que adaptarse y seguir un poco el ritmo del hermano. Así, cuando mi pequeño tenía 2 años y mi mayor casi 4 empecé a gozar de una rutina muy previsible, especialmente por la noche. Mis peques se dormían, quisiera yo o no, a las 8 de la tarde así que me amoldé a su ritmo, cree con ellos una rutina de baño-cena-y-a-dormir a la cual me había acostumbrado demasiado.
Ahora esa rutina ya no me vale porque poco a poco, día tras día y minuto a minuto, mis hijos ya no tienen tanto sueño y la hora de acostarse se ha retrasado considerablemente, pero yo me había quedado enganchada ahí, en mi rutina antigua que me había servido durante más de dos años pero que ahora, resulta un desastre (he de decir que mis hijos ya tienen 5 y 7 recién cumpliditos).
Esto me sirve para explicarte algo que en los Talleres de Disciplina Positiva trabajamos para tener presentes, y es que el aprendizaje NO ES UN PROCESO LINEAL…. Y yo sabré de Disciplina Positiva y crianza pero soy humana y en mi casa pasan los mismos problemas que en cualquier casa de vecino….. Voy a explicar un poquito mejor esto de que el aprendizaje no es lineal….
Los niños están en continuo cambio y desarrollo, eso hace que sus necesidades varíen. Como padres, vamos a ir enfrentándonos a distintos retos según la etapa en la que nuestros hijos estén. Por ejemplo, no es lo mismo un bebé que un adolescente. Para cuidar de un bebé vamos a necesitar ciertas estrategias y para convivir con un adolescente necesitaremos otras. Esta diferencia es muy grande y queda muy claro que no podremos actuar del mismo modo cuando nuestros hijos sean adolescentes.
Pero entre medias también hay saltos evolutivos que no tenemos tan en cuenta y que hacen que perdamos un poco la claridad de lo que necesitamos, nosotros sigamos empleando las mismas rutinas para satisfacer unas necesidades que ya han cambiado. Y esto me ha pasado a mi, desde hace unos meses, con la hora de ir a dormir.
Como te he contado al principio, estos últimos años la hora de ir a dormir ha sido coser y cantar, tan solo al llegar la primavera y sobretodo el verano, la cosa se “desmadraba” un poquito y íbamos más tarde en todo en general. El año pasado en primavera, fue justo lo que ocurrió, y en verano también….pero al llegar octubre la cosa no volvió a ser lo que era. Así que llevaba meses esperando a que la hora de ir a dormir “se normalizara” pero claro, eso no iba a ocurrir. Al final me di cuenta que mis hijos ya no tenían sueño tan temprano y que por mucho que yo quisiera no se dormirían antes de las 9.
Ahora, como ya no tenemos una rutina tan “ajustadita” y da más tiempo a jugar, a ver la tele y a todo, nos suele ocurrir que nunca vamos a la cama a la hora que a mi me gustaría….. uummmmm, si, he dicho a la que a mi me gustaría porque realmente ellos no necesitan ir a dormir tan temprano. Al final siempre se hace tarde, a mi me quedan cosas pendientes por hacer después de que se duerman por no organizarme bien la tarde, por pasarme a veces demasiado rato intentando convencerles de que se duchen “ya” que así “ya están duchados”, y me entra el agobio.
Así que me toca centrarme y enfocarme en lo que esta nueva situación requiere, en pensar en mis necesidades (que una de ellas sería la necesidad de disponer de un ratito relajado para mi y en SILENCIO todas las noches), en las necesidades de los niños (que necesitan menos horas de sueño que antes) y en las necesidades de la situación (que es que por ejemplo, al día siguiente hay cole).
Este es un ejemplo sencillo y puede servirnos para muchos otros cambios. Yo he pasado unos meses utilizando herramientas que no me estaban siendo útiles para llevar a cabo la rutina de ir a dormir con éxito. Simplemente no me había dado cuenta de las nuevas necesidades . Esto seguirá pasando en otros cambios evolutivos y en otras etapas ¿Qué ocurrirá cuando los niños lleguen a la adolescencia? ¿Crees que podría pasar como lo que acabo de explicar? Yo creo que si, que nuestros hijos cambiarán sus necesidades poco a poco, y que es sencillo no darnos cuenta de cada pequeño cambio hasta que nos encontremos con que la situación está un poco alocada. Después, cuando nos demos cuenta, será cuando podamos empezar a utilizar las herramientas más adecuadas a la nueva etapa. Pero solo cuando ponemos conciencia lograremos hacer las cosas diferentes.
La educación con Disciplina Positiva no es lineal. De repente puedes pensar que ya no te funciona, que algo ha pasado, y así es…. cuando las necesidades cambian las herramientas que antes nos servían ya no sirven y es necesario buscar otras, pero la base de respeto mutuo y los principios de la Disciplina Positiva siempre estarán ahí y eso nos ayudará a enfrentarnos a los nuevos retos que vayamos encontrando mientras que nuestros hijos van creciendo.
¿Te ha pasado alguna vez que te has dado cuenta que tus rutinas ya no funcionaban y que era hora de “cambiarlas”? ¡Cuéntamelo!
P.D: El próximo jueves comienza el curso “Atrévete a educar sin castigar” en el que vamos a aprender un modo de educar a nuestros hijos olvidando los castigos. Si quieres apuntarte aun quedan plazas pero no tardes mucho que en unos días cierro inscripciones para poder dar la bienvenida a todos los participantes. ¿Quieres información? Clic aquí
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