Hace unos días una de mis mejores amigas (mamá de un bebé de 6 meses) me preguntó mi opinión sobre la opción de quedarse de nuevo embarazada o esperar un poco más de tiempo. Me recordó a mí hace no tanto, cuando tenía las mismas dudas y leía todos los blogs de la red para empaparme de las experiencias de otras mamás, sin sacar mucho en claro tengo que deciros.
Hoy quiero contaros porque nos decidimos pronto a ir a por el segundo y las ventajas y desventajas que he ido observando en estos 2 años como mamá de dos.
Yo soy la mediana de 3 hermanos y nos llevamos muchos años entre nosotros, tantos que mi hermana mayor y mi hermano pequeño se llevan nada más y nada menos que 16 años. Mi marido es justo el caso opuesto. Se lleva 22 meses con su hermano mayor, justamente los mismos meses que se llevan mis hijos.
El primer año con mi hija mayor fue realmente difícil. La lactancia fue complicada de establecer como os conté en esta entrada y eso, sumado a que era una niña bastante demandante y con mucha marcha, pues no me dejaba muchas ganas ni tiempo para plantearme ir a por el segundo. Vivir en otro país sin ayuda de la familia tampoco nos lo ponía fácil.
Mi marido, en cambio, lo tenía claro. Quería que se llevaran poco tiempo y para él todo eran ventajas. Jugarían juntos, no nos daría tiempo a olvidarnos de pañales y demás pormenores y pasaríamos todo el huracán inicial del tirón para llegar a la siguiente etapa con dos niños casi de la misma edad. Parecían buenos argumentos la verdad. Tan buenos que me convenció y cuando mi hija tenía 14 meses, me quedé embarazada de nuevo.
A los 2 o 3 meses de embarazo decidí dejar el pecho. Mi hija ya solo hacía una o dos tomas y yo quería hacer un descanso antes de volver a lactar a un recién nacido durante bastante meses. No os voy a engañar…el segundo embarazo nada tiene que ver con el primero. Se acabó eso de tumbarse cuando estás cansada, de dormir las noches de tirón, de quedarse en la cama los fines de semana hasta las 10 de la mañana…a pesar de volver a tener un embarazo de manual me sentía mucho más cansada y llevando a cuestas a una niña de menos de 2 años que la mayor parte del tiempo quería brazos.
Las primeras semanas con el bebé en casa fueron bastante fáciles en cuanto a celos se refiere. Claudia se acercaba a la cuna, observaba a su hermano y acto seguido seguía con lo que estuviera haciendo. No le hacía mucho caso ni para bien ni para mal. La ayuda de nuestra querida Paula también nos facilitó mucho las cosas
Cuando Noah empezó a interactuar más y hacer alguna gracia su hermana participaba un poco más y se mostraba algo más interesada.
Ahora tienen casi 4 y 2 años y puedo hacer una valoración de los pros y contras de tener dos hijos tan seguidos.
Ventajas
No hemos salido del bucle Mi hija dejó los pañales justo a los dos años. En aquel momento su hermano tenía casi dos meses así que no nos ha dado tiempo a olvidarnos de lo que significa el mundo “pañalil”. Para mí supone una ventaja porque creo que me daría más pereza empezar una vez que el mayor ya hace que te hayas olvidado de lo que es cambiar un pañal.
Juegan juntos: pues sí y no. Hace pocos meses que han empezado realmente a “jugar” un rato juntos pero como os cuento en las desventajas, la cosa no suele durar mucho tiempo.
Es la edad ideal para poder aprovechar cosas del mayor sin que pasen de moda o sin que se tengan que cambiar por otro modelo más actual. Por ejemplo las sillas del coche, cuna, algo de ropa (si son del mismo sexo mucho mejor), juguetes…
Duermen juntos: Hace unos meses que les pusimos las camas en la misma habitación y, aunque no duermen del tirón la mayoría de las noches, nos parece que dentro de un tiempo viviremos grandes momentos cuando se cuenten la vida a la hora de acostarse.
*Edito esta parte para deciros que lo de dormir juntos duró más bien poco. Uno duerme casi todas las noches del tirón y la otra sigue despertándose cada noche. Solución: habitaciones separadas
La complicidad que tienen creo que, en parte, tiene que ver con la edad. Ahora todavía no van juntos al colegio pero dentro de algo más de un año irán juntos al Kindergarten. Lo estoy deseando. Que compartan aula o grupo me parece una comodidad para nosotros y una experiencia fabulosa para ellos.
En nuestro caso tenemos niño y niña pero para los hermanos del mismo sexo, creo que llevarse poco tiempo es incluso una ventaja mayor. Quizá no en algunas épocas como la adolescencia pero a mi siempre me hubiera encantado tener una hermana con la que me llevara poco tiempo. Creo que a partir de cierta edad tienes un amigo/amiga más que un hermano/hermana.
Desventajas
Es verdad que dos años de diferencia es poco tiempo pero, a estas edades, muchas veces significa que viven en dos mundos diferentes. Mi hija ya suele jugar más rato sola, puede hacer actividades que requieren más concentración y su hermano no. Eso significa que mientras ella se sienta a pintar o a recortar papelitos de colores, su hermano va detrás a desmontarle todo el “tinglado” y a llenarse la boca de ceras de colores o plastilina. Esto quizá es lo que llevo peor. Ahora que por fin la mayor parece que se ha “centrado” no podemos disfrutarlo mucho porque su hermano no para de molestarla.
Noah es un niño muy cariñoso a la par que bruto. A la que me despisto un segundo está tirándole del pelo, mordiendo o arañando. No puedo dejarlos solo más de 10 minutos porque acaba en tragedia
Durante el primer año de Noah, su hermana prácticamente no me ha “ayudado” en nada. Me imagino que si se llevan más tiempo el hermano mayor puede participar más en los cuidados del pequeño ya sea colaborando en sus cuidados o simplemente entreteniéndose solo para poder atender al bebé.
Criar a dos niños tan pequeños y, por más que se empeñe la gente en negarlo, implica tener que “dejar de lado” al mayor (o al pequeño) en algunas ocasiones. No digo que no se le haga caso. De hecho hubo una época en que por miedo a que Claudia se sintiera desplazada por su hermano, le hacíamos más caso a ella que a él. Pero lógicamente un bebé requiere atenciones constantes y eso hace que el mayor, que en el fondo es muy pequeño ,tenga que esperar a que el pequeño coma, duerma, o se le calme en brazos.
Si por un lado os decía que me parecía una ventaja no haber salido del bucle, por otro lado no me hubiera importado esperar un año más para poder disfrutar del tercer año de Claudia. Me encanta su independencia actual y me hubiera venido estupendamente disfrutar de un poco de calma durante algún tiempo para poder cogerlo con “más ganas”. Ojo, no mucho tiempo que luego entra la morriña…
Como todo en la vida tener a los hijos muy seguidos tiene sus ventajas y sus desventajas pero no me arrepiento de haberlo hecho así. Lo que si que tengo claro después de esta época de locura total es que aquí me planto. No me quedan fuerzas para un tercero a pesar de que como muchos pensabais, (después de leer esta entrada), íbamos a terminar siendo familia numerosa. Va a ser que no…
¿Cómo lo veis vosotros? ¿Habéis esperado mucho para buscar un segundo embarazo?
¡Hasta pronto!