Sois muchas las que alguna vez me habéis escrito contándome que tenéis ya un Mini de un año (o menos) y estáis de nuevo embarazadas. ¿Cómo es tener hijos seguidos en realidad? ¿Es tan idílico como parece? ¿Qué se siente al pasar de dos a cuatro en menos de dos años? Hoy te quiero contar mi experiencia de doble maternidad en Alemania.
Doble maternidad en Alemania
Hablando recientemente con una chica española, también madre de dos Minis, me contaba la angustia que sintió el día que se puso de parto. Estaba angustiada no por los dolores o por la incertidumbre de cómo iría todo, sino porque tenía una niña de dos años a la que no tenía con quien dejar cuando llegara el día de dar a luz. Esto que te cuento nos ha pasado a más de una. Ser madre en Alemania implica sentirte muy sola en momentos que, viviendo más cerca de tu familia, seguramente estarías más arropada.
¿Y por qué te cuento esto? Enfrentarte a un parto teniendo ya un bebé, le puede pasar a cualquiera. Pero si se trata de que estás en otro país, lejos de manos en las que confías para que te echen una mano con tu otro Mini, la cosa se complica. Y esto querida, es sólo el principio.
¿Qué supone tener hijos tan seguidos? ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes? ¿Qué retos hay que superar cuando en menos de dos años te ves con dos personitas que dependen completamente de ti?
Desde el punto de vista de los niños
Siempre he pensado que tener hermanos o hermanas de tu misma edad (o casi) te ayuda a tener complicidad con ellos. Sin embargo, si lo analizas más en detalle, creo que esto no siempre es así. Tengo amigas con hermanos casi de su misma edad, que se han llevado fatal durante toda su infancia y adolescencia. Aunque también las tengo que se llevan fenomenal. Creo que depende del carácter que tengan los niños y de la educación que les inculquen los padres. Como madre, uno de mis objetivos es que mis Minis se lleven como hermanos que son, en el más extenso sentido de la palabra. Me encantaría que tuvieran complicidad y que se supieran apoyo incondicional el uno del otro.
Un punto a tener en cuenta, no sólo como madre de niños seguidos sino a cualquier edad, es el tema de la rivalidad. Los celos, las comparaciones, el no fomentar eso de “mira que bien lo hace tu hermana” (y qué difícil es no hacerlo) creo que es primordial.
Aún recuerdo cuando me dijeron que Mini C no tendría celos de Mini A porque se llevarían muy poco tiempo, y que él prácticamente no se iba a enterar. Fue un gran error. Por supuesto que se enteró. Ya te conté cómo vivimos los celos entre hermanos en casa durante los primeros meses de vida de Mini A. Y desde ya te digo que, si me volviera a pasar, intentaría estar mejor preparada. Además, los celos pueden aparecer en distintas etapas del crecimiento y desarrollo del niño. No sólo al comienzo.
Es cierto que siendo niños que se llevan tan pocos meses el uno con el otro (15 meses), se hacen mucha compañía. Juegan los dos juntos (cuando quieren) y se echan mucho de menos cuando falta el otro. Sin embargo, creo que es primordial darle a cada uno su sitio. Dedicarle tiempo y atención a cada uno por separado. Estar pendiente de las necesidades de cada uno y no tender a tratarlos a los dos del mismo modo. Cada niño tiene sus necesidades y sí que creo que ellos (los que se llevan poco) pueden echar en falta en un momento dado tener a su padre o a su madre sólo para ellos. Esto, por ejemplo, lo veo una ventaja de los niños que son hijos únicos más tiempo. Han disfrutado de la atención de sus padres al 100% y sus padres se han adaptado a la maternidad y paternidad respectivamente, de una manera menos brusca que, por ejemplo, en nuestro caso. (Recuerda que yo me quedé embarazada de Mini A cuando Mini C tenía apenas seis meses. Una novata en toda regla).
Desde el punto de vista de la madre
Para mí la maternidad es un tsunami, ya te lo he dicho alguna vez. Pues la doble maternidad es un tsunami al cuadrado. Tener dos niños pequeños requiere mucha dedicación, de día y de noche. Aunque al final es como todo, depende del niño y de la situación de cada familia. Pero vamos, creo que lo normal es que un bebé no duerma doce horas del tirón (ni cinco) hasta pasados los seis meses. (Y después, ya veremos). Despídete de Netflix y de ese libro que te estabas leyendo para una buena temporada. Creo que no hace falta que te diga que es agotador tener dos criaturitas que parece que hacen turnos para despertarse y que tú no pegues un ojo. Cada minuto de tregua es crucial para recuperar sueño.
Saca tiempo para ti
Sigo con frases para el recuerdo con las que no quiero desanimar a nadie sino ponernos en situación si aún no sabes lo que te espera. El primer año de vida del segundo hijo es todo un reto para toda la familia. Para vosotros como padres y como pareja; para el hermano o hermana mayor. Todos tienen que arrimar el hombro. El hermano mayor poco podrá hacer si tiene 15 meses, como era el caso de Mini C. Pero el padre tendrá que apoyar todo lo que pueda a la madre. ¿Cómo? Dándole un respiro de niños a su mujer. (No nos olvidemos que la madre sigue siendo mujer, con hobbies, necesidades, amigas… Con vida propia, vamos). Hace unos días, leía en la cuenta de Instagram del blog 9 meses y un día después (con la que me río mucho, por cierto), que cuando eres madre pasas a ser segundona de tu propia vida. Pues eso. Creo que es fundamental conservar una parcela propia en todos estos cambios que trae la maternidad. También para el padre, ojo. Pero en mi caso, soy yo la que ha tenido un cambio de vida radical. Dejando de trabajar temporalmente para dedicarme a dos criaturitas a tiempo completo.
Temporadas sin trabajar
Muchas de las que tenemos hijos seguidos hemos tomado excedencias para estar con ellos. Eso conlleva un cambio de vida total en comparación con la vida que, como mujeres trabajadoras, teníamos antes. No será raro que te veas sobrepasada con todas las tareas que ahora se han convertido casi en tu responsabilidad las 24 horas del día los 7 días de la semana.
Como ya estás leyendo, tener hijos (imagino que en general, no sólo seguidos) es maravilloso. Pero también conlleva muchos cambios a tu vida que hay que saber gestionar. Si los hijos son además seguidos, tendrás que adaptarte aún más rápido a todos estos cambios. Éste proceso ya te aviso que no es fácil, así que búscate una vía de escape. Esos veinte minutos al día para ti. (Si pueden ser más, mucho mejor). O unas cuantas horas el fin de semana. Organízarte con tu pareja y saca tiempo para ti, para hacer algo que te guste. Los niños pequeños requieren mucha energía y absorben mucho tiempo. Te aseguro que a la larga y si no haces otra cosa, resulta agotador. Es necesario que recargues las pilas como mínimo una vez a la semana y a diario con tu píldora de la felicidad de veinte minutos.
Asegúrate de qué vas a hacer después
Ya lo sabes tú pero te lo repito por si se te había olvidado. Tus Minis crecerán, antes de lo que te imaginas. Y llegará el momento en el que no veas que tu presencia permanente sea necesaria. La reincorporación al mundo laboral después de una excedencia no es fácil. Ni en Alemania ni en ningún sitio. Sin embargo, creo que es necesario recuperar tu vida, tu independencia y tus obligaciones, más allá de ser madre. Sobre todo si es lo que quieres.
La maternidad también es una época para reinventarse. A lo mejor ya no te ves llevando la vida que tenías antes de ser madre. Los horarios, los viajes. Conozco muchas madres que se han hecho autónomas después de ser madres, que han montado su propia empresa y han buscado un trabajo compatible con el estilo de vida que ahora llevan. Aunque supongo que esto también es personal, creo que somos muchas las que nos sentimos realizadas con nuestros trabajos, independientemente de nuestra faceta como madres. Ser madre 24 horas está fenomenal, pero pasados los primeros años de vida de tus retoños, seguramente el cuerpo te pida algo más.
¿Cómo lo ves tú? ¿Tienes hijos también seguidos? ¿Cuál ha sido tu experiencia como madre?
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