No suelo hablar de ello pero igual ya sabes que mi hijo el mayor es de una relación anterior que no funcionó nada bien y que pasa los periodos vacacionales con su padres.
No es que me de vergüenza, ni me sienta mal por la delicada posición en la que situé a mi hijo y por eso omito este hecho tanto en mi vida online como en mi vida real.
Lo omito porque así me cuesta menos normalizar la situación y que mi hijo la normalice.
Buen viaje Sergi
El 23 se ha ido, para él su situación no es nueva.
Son años ya, 7 para ser exactos yéndose con su padre los periodos vacacionales.
Además es muy moldeable y no le cuesta adaptarse a las diferentes realidades.
Buen viaje, hijo
Por nuestra parte, gracias al consejo de una psicóloga restamos importancia al hecho de que se tenga que ir con su padre, al que no ve entre periodos vacacionales.
Convertimos lo que como padres es amargo en algo divertido y le recordamos todo lo que puede hacer allí como ver a sus primos, comer más chuches que aquí, que le den la paga, jugar a videojuegos…
Pero no deja de ser una put*d*, un gran palo, todos los años la misma sensación, las mismas dudas…
¿irá bien el viaje? ¿comerá bien? ¿le harán caso cuando se pone sensible? ¿le lavarán la ropa? ¿cubrirán sus necesidades?
Tampoco él me consuela porque, sin obtener beneficio ninguno, cuando regresa me cuenta cosas que no ayudan como que come comida de latas, ve la televisión todo el día, se infla a chucherías…
Como digo, sin obtener beneficio, porque intento no reaccionar, no posicionarme en contra de su padre, porque no es sano.
La educación y el equilibrio de un niño depende mucho de la relación de los padres, pero el mismo niño busca que me posicione a su favor y en contra de su padre.
Hace un año que no caigo en esos trucos, porque la educación ha de ser lineal, avanzar todos en una misma dirección, una que beneficie al niño.
Aunque he intentado coordinarme con el padre para decidir en qué dirección avanzar me ha sido siempre imposible.
Me da igual.
Avanzo hacia la dirección que considero correcta y beneficiosa para mi hijo que es la de normalizar la brecha que supone su separación del núcleo familiar.
Al menos le quito esa carga por mi parte, esos nervios de antes del viaje, esos dolores de estómago y esas lágrimas que se escapan de sus ojos grises.
Él sufre cuando siente que yo estoy sufriendo por la separación, así que le evito ese mal trago haciéndole saber que todo está bien, que es algo natural, pasa todos los años y tiene que vivir con ello y aprender a disfrutarlo.
Desde que nació el pequeño de mis hijos, les viene costando un poco más separarse.
Buen viaje, hermano
Sus despedidas son cortas pero con abrazos y besos muy fuertes y lagrimitas que quieren escaparse de los ojos de ambos.
El pequeño es un niño de carácter fuerte que no se permite a sí mismo expresar lo que siente con palabras, pero lo expresa con berrinches, que, al terminar le llevan a reconocer que echa en falta a su hermano.
Él hace apenas dos años que es consciente de la situación, y llegadas las fechas en las que su hermano se tiene que ir comienza a pasarlo regular, se enfada con su hermano, le pega… de alguna forma se siente traicionado.
Para él es mucho más difícil normalizar lo que considera una injusticia.
Desde que comenzó a hablar con su media lengua ya preguntaba en ausencia de su hermano:
“¿y Sechi, none etá?”
Nunca le hemos dicho mentiras:
“está con su otro papá, pero vuelve en unos días”
A veces cuenta los días que faltan. Esta última vez decía:
“7 días son muchos”
Pero no son tantos. Pasa con nosotros 311 de los 365 días que tiene un año.
7 días no son nada. Para un adulto.
Para él que pasa tooooodas las horas del día pegado(y pegando) a su hermano, 7 días deben ser una eternidad aburrida, silenciosa y solitaria.
Una unión especial
Es lo que tienen los hermanos, es una unión especial.
A veces los desterrarías de tu vida de una patada en el culo, pero no lo haces porque probablemente no sabrías vivir sin ellos, con ese vacío en tu interior y todos los recuerdos suyos que guardas tras haber pasado toda tu infancia con ellos.
Tengo 3 hermanos, dos hermanas y un hermano.
A tus hermanos todo se les perdona porque son parte de tí.
Mantienes el contacto con tus hermanos, más que con tus padres.
A quien acudes cuando todo te falla es a ellos, antes que a tus padres.
Cuando tienes varios hermanos, las separaciones no son tan complicadas.
De pequeña iba muchos veranos con mi abuela y mis hermanos ni se acordaban de mí. Les quedaban otros hermanos donde elegir, para jugar, matarlos o lo que se terciara.
Pero siendo solo dos…
Dos hermanos
Me gustaría recomendaros una película con la que mis niños se sintieron muy identificados: Dos Hermanos.
Les encantó porque los tigres que salen en ella no hablan, y eso mola mucho.
Además ni falta les hace porque expresan perfectamente lo que quieren decir.
Y porque va de dos hermanos: Kumal y Shanga a los que separan y que finalmente vuelven a encontrarse.
Al terminar la película llegaron a la conclusión de que esos tigres eran ellos y les encantó el final.
Superando adversidades juntos.
No soy la única madre separada del mundo.
Ni somos la única familia que se quiebra en Navidad.
Escribo esta entrada esperando que otras madres se identifiquen con mis sentimientos y conozcan esta maravilla de película.
Puede hacer sentirse identificados a sus hijos y ayudarles a interiorizar su situación de separación temporal.
Si te interesa la película, dejo el enlace a Amazon (4º Rey Mago) para que puedas disfrutarla y sacarle provecho.
¡FELIZ NAVIDAD!
Disfruta el fin de semana
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