La artritis reumatoide juvenil es una enfermedad inmunológica de carácter crónico que afecta a las articulaciones inflamándolas e intercediendo directamente en las actividades motoras del paciente.
Su origen es desconocido, por ello actualmente no existe cura, tan sólo un tratamiento médico basado en la mejora de la calidad de vida del enfermo.
El porcentaje de pacientes con artritis reumatoide juvenil en España no llega al 1% afectando en su mayor parte a niñas y mujeres entre los 0 y los 18 años de edad.
Origen desconocido
Aunque se desconocen las raíces de la artritis reumatoide, hoy por hoy no se puede afirmar que exista un componente genético clave en el desarrollo de su evolución. Tampoco la existencia de alergias, toxinas, bacterias o carencia de vitaminas, está demostrado que tenga que ver con la existencia de la enfermedad.El carácter de la artritis reumatoide es inmunológico y por ello está siendo muy difícil dar con ‘aquello’ que provoca su desarrollo en los pacientes. Asimismo, otro factor a investigar es el por qué se presenta en individuos por debajo de los 20 y 30 años del mismo modo que afecta en su mayoría a mujeres y no a hombres.
Rigidez e hinchazón
Los síntomas de la artritis son principalmente la rigidez en las articulaciones, especialmente manos y pies, la hinchazón de las mismas, sobre todo en las primeras horas del día, y un dolor que puede variar de leve a moderado e incluso agudo dependiendo del paciente y de cómo responda al tratamiento.Factores como la edad, la constitución, el propio metabolismo, el peso y muchos otros, influirán en cómo reciba el paciente el tratamiento y si responde positivamente a éste. El diagnóstico precoz y un tratamiento tutelado por un profesional y puesto debidamente en práctica por el paciente son las bases del control de la enfermedad.
Artritis, no artrosis
Es muy común el confundir a nivel popular, la artritis reumatoide con la artrosis, por ser ambas enfermedades que afectan a los huesos y a las articulaciones, sin embargo éstas distan mucho una de la otra en cuanto al desarrollo de la enfermedad, el pronóstico y a las partes del cuerpo afectadas.Es cierto que ambas comparten la sintomatología, las dos son enfermedades por ello, de la rama reumática. Sin embargo, la artritis es una enfermedad crónica, controlada por un tratamiento y no tiene por qué ir a peor si se siguen las pautas que dicte el especialista.
La artrosis, a diferencia de la artritis, si es degenerativa, lo que implica que con el paso de tiempo y más a largo que a corto plazo, el paciente si puede experimentar un retroceso en su enfermedad yendo su calidad de vida a peor.
Tratamiento y calidad de vida
El tratamiento para la artritis reumatoide no es único ni eficaz cien por cien, pero todos los métodos que emplean los profesionales de la reumatología para el control de la enfermedad tienen en común dos tipos de medicamentos.Uno de ellos engloba a los encargados de aliviar el dolor o reducirlo lo máximo posible para una mejora de la calidad de vida del paciente, los glucocorticoides y los antiinflamatorios.
Por otro lado, están los medicamentos que no son encargados de aliviar el dolor que provoca la inflamación, sino de postergar la actividad de la enfermedad a largo plazo. Estos efectos pueden no notarse en el paciente hasta al cabo de unos meses. El metotrexato es uno de ellos.
Los efectos secundarios del tratamiento farmacológico de la artritis reumatoide son variados y dependerán de cada paciente y su metabolismo. Los más comunes son el aumento o la disminución del peso y problemas relacionados con el sistema digestivo.
Algunos avances
En este último sentido se han logrado algunos avances que hacen que hoy en día el paciente no tenga por qué sufrir daños digestivos al tomar tan alta dosis de medicamentos. Este avance se ha traducido en tres fármacos: infliximab, etanercept y el adalimumab. Se administran mediante un riguroso control y responsabilidad médica ya que se desconocen los efectos que podría tener una sobredosis de los mismos a largo plazo.Pacientes unidos
Aunque en cada paciente actúa de forma diferente, el crecimiento de esta enfermedad en nuestra sociedad así como los interrogantes abiertos que existen en torno a ella desde un punto de vista médico, hacen que cada vez existan más asociaciones de médicos y pacientes.En unión o por separado, las agrupaciones tienen el mismo objetivo común: mejorar a toda costa y en lo máximo posible, la calidad de vida de sus pacientes y que la enfermedad afecte lo menos posible a la vida rutinaria del enfermo.
En ellas se ponen en común temas de discusión y nuevas terapias para pacientes y familiares, se ofrecen guías de información y se presentan mediante congresos y ponencias los últimos avances en medicina acerca de la artritis y de sus derivados (poliartritis, reuma, artritis juvenil,etc)
Los expertos apuestan por una serie de consejos básicos para los pacientes. Uno de ellos y el más fundamental es el de no realizar actividades físicas que requieran un sobreesfuerzo.
Consejos para el día a día
La ingesta de alimentos con omega 3 como el pescado, está comprobado que pueden a largo plazo contribuir a la calidad de vida del paciente, así como a reducir los efectos de las altas dosis de fármacos necesarios para paliar los dolores del paciente.Estudios recientes asocian el hábito de fumar con las posibilidades de desarrollar la artritis reumatoide, especialmente en las mujeres. Además, dormir y descansar lo suficiente son dos actividades fundamentales en la vida del paciente con artritis, aunque no en exceso, pues está demostrado que un descanso desproporcionado de las articulaciones puede provocar el efecto adverso, el entumecimiento.
La artritis reumatoide es una enfermedad molesta porque el dolor es el principal síntoma y al no existir la cura definitiva, médicos, investigadores, pacientes y familiares, tienen que colaborar entre sí y poner todo de su parte para una calidad de vida del enfermo lo más óptima posible.