Una abuela puede ayudar a la madre a desempeñarse bien con su hijo si le vuelca su confianza en ella y trata de adaptarse, dentro de lo posible, a los métodos de ésta. Esto coloca a la madre en una posición de pedir consejo libremente cuando necesite recurrir a alguien.
No olvides que en el momento de que los niños queden al cuidado de los abuelos, y no importa si durante el día o más tiempo, debe de existir una sana concesión por parte de los padres para lograr estar tranquilos en estos períodos de separación.
Las discrepancias son normales
En determinadas familias todo es paz y amor durante el día pero esto no siempre es así. En ocasiones los desacuerdos están bastante presentes y en otras existe una leve tensión que no es para nada importante. Ahora, tratándose del cuidado del primer hijo, estos momentos pueden tornarse bastante incómodos e inclusive llegar a peleas entre ambas partes importantes.
Nada más inteligente que saber limar asperezas cuando los desacuerdos son leves. Una mujer puede recurrir a su madre buscando soluciones si la necesita y cuando la abuela sugiere lo ideal es que si siente que no está de acuerdo, con muchísimo tacto dejarla pasar sin que se note y seguir su propio camino sin que esto le duela a la abuela.
Tener presente siempre que los abuelos sienten un gran amor por sus nietos y no pueden evitar dar su opinión. Si bien son conscientes de los enormes cambios de las épocas en que cuidaban a sus propios hijos, como eran los horarios rigurosos en las comidas, o darles alimentos sólidos desde muy temprana edad, es normal que les cueste aceptar estos métodos, por esto es que está en juego la inteligencia emocional de cada mamá para inculcarle a la abuela estos cambios sin lastimar sus sentimientos.
Abuela manipuladora
Generalmente son aquellas abuelas que fueron siempre muy autoritarias con su propia hija y continúa siendo de la misma forma sin lograr ver que ahora su hija es una mujer hecha y derecha. Como consecuencia nos encontramos ante hijas que aunque no estén de acuerdo con los consejos que dan sus madres, los aceptan por temor a no expresar sus propios sentimientos y a su vez surge una rabia interna por no poder expresar lo que siente
Ante este tipo de situaciones, una posible solución es recordar a cada instante que ahora ella es la madre y que el hijo es ahora suyo para sacarlo adelante como mejor le parezca. Parece fácil pero no lo es.
Por último tener presente que una mamá no debe sentirse culpable de hacer enojar a su propia madre en caso de no estar de acuerdo con ella. Buscar ayuda con un profesional que le enseñe a manejar sus sentimientos, es el mejor consejo se puede brindar en estos casos.