¡Cuánto tiempo! Parece que me haya ido de vacaciones, ¿no? Pues ya me gustaría, ya… pero no es el caso. Y por eso escribo este post, porque parece que lo haya dejado todo abandonado, ¡con tantas cosas que tengo que contar! Pero la cuestión es que había algo que debía hacer y eso es lo que te voy a contar ahora, no desesperes.
Si me sigues en twitter, pues seguramente ya te has enterado y puedes obviar todo esto e irte a hacer click a otra parte. Una de las razones por las que me resulta complicado explicar esto es porque aún no he llegado a narrar mi experiencia con la lactancia. Y lo tengo pendiente, porque quiero hacerlo. Pero el destino ha querido que las cosas salgan de otra manera y no me queda más que asentir y continuar con mi propósito.
Yo no he podido dar el pecho. No porque no quisiera, no porque no pensara que es lo mejor, no porque no creyera firmemente que el alimento más completo que le podía ofrecer a mi hijo es la leche materna. No he podido dar el pecho por razones médicas y eso me ha causado mucho dolor. Pero lo que más dolor me ha causado es que mi hijo tuvo que estar hospitalizado por deshidratación, que mi hijo estuvo separado de mí durante esos cinco días, que mi hijo podría haber muerto.
Sí, mi hijo podría haber muerto por la idea preconcebida que tenía de que con el pecho bastaba. Mi hijo podría haber muerto porque ante la pérdida de peso el personal sanitario simplemente me aconsejó que me lo pusiera más al pecho. Mi hijo podría haber muerto porque, por vete a saber qué intereses ocultos, nadie me ofreció la posibilidad de darle un biberón.
Y yo creía, creía firmemente que toda esa información con la que nos bombardean constantemente a las madres era cierta. Que lo natural es que te salga leche de los pechos, que si quieres puedes.
¿De verdad hemos llegado a este punto? ¿En serio mi hijo podría haber muerto? Desgraciadamente sí.
Esto lo explicaré más adelante con todo detalle, porque creo que mi experiencia puede ser de ayuda. Pero ahora vamos a lo esencial:
Un día, en twitter, veo que alguien ha enlazado un post de pros y contras de la lactancia materna vs la lactancia artificial y que pide que se contribuya con más pros y contras. Este es el hilo:
Teta vs. Bibe, ventajas e incovenientes… ¿Se me escapa algo? https://t.co/mPIp57ILze
— Monstruua (@monstruua) 29 de julio de 2017
Yo quise contribuir en él, poner unos cuantos pros del biberón ya que nadie había puesto ninguno y después irme a hacer otras cosas. Pero desgraciadamente todo esto derivó en una discusión mayor, en la que varias personas me acribillaron a información no pedida y preguntas sobre mi caso personal, que yo informé que no tenía ganas de exponer. La herida aún es muy reciente, aún duele demasiado. Pero poco les importó y ese inocente hilo se convirtió en una poderosa herramienta para hacerme daño solo por haber tomado una decisión distinta a la suya en cuanto a la alimentación de mi hijo.
Esa noche lloré. Al día siguiente no quería salir de la cama, pero me dije que eso no iba a pasar. Que iba a salir con mi hijo y mis perros a dar un paseo y que iba a aprovechar para grabar mi opinión sobre todo esto. Lo puedes ver en el siguiente vídeo.
Transformé mi dolor en rabia, y la rabia se convirtió en una bonita iniciativa. Iba a crear un grupo, una red de apoyo, para que otras personas no sufrieran lo mismo, que por lo menos no se sintieran solas. Algunas personas contactaron conmigo, me contaron su historia. Y decidí que esas historias debían ser compartidas, debían ser mostradas al mundo. De ahí nació el blog de la red de apoyo a madres y familias no lactantes
Pero la cosa no queda ahí. Ahora ya somos una comunidad. Tenemos perfil en Twitter y en Facebook y lo mejor está por llegar: estamos trabajando en un proyecto más amplio, para no solo explicar nuestras historias sino también dar información adecuada. Estamos creando una web. No sé cuanto tiempo tardaremos en tenerla operativa, pero ya hay unas cuantas personas trabajando en ello.
Así que si estás en la misma situación, si das biberón y te sientes sola, sin apoyo, constantemente juzgada, quiero que sepas esto: no estamos solas, somos LEGIÓN.
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