Son muchas las personas que asocian las estrías con el aumento de peso, pero además de por esto, que supone de por sí una rotura de los tejidos, las estrías tienen mucho que ver con las hormonas. De ahí que seamos más propensas a padecerlas durante la adolescencia y, en lo que aquí nos atañe, en los meses del embarazo.
Prevenir que aparezcan es bastante complicado, pero sí que podemos tratar de disminuir su efecto a unos mínimos que suelen desaparecer tras el parto. En primer lugar, puesto que se trata de nuestra piel, deberemos esforzarnos más y ser más constantes en su cuidado diario.
Así, cremas hidratantes y aceites como el aloe vera o la rosa mosqueta, deben ser nuestros fieles compañeros de neceser durante estos meses. Asimismo, no está de más tratar de finalizar la ducha con agua fría y realizar masajes periódicos con el fin de estimular los tejidos cutáneos (además de recibir una dosis extra de relajación que no os viene mal seguro).
Por último, cuidado con las prendas demasiado ajustadas y con los zapatos de tacón (ante todo comodidad, y más durante el embarazo). Y, por supuesto, como en todo, no descuidar nuestra alimentación y tomar las vitaminas y nutrientes necesarios que te ayudarán a mantener la piel tersa e hidratada.
¿Intensificas los cuidados de tu piel durante el embarazo?