Desde que descubrí el Mindfulness, empecé a darme cuenta que uno de mis grandes problemas es que no sabía gestionar correctamente mis emociones, porque nadie me había enseñado a hacerlo. Y lo que es peor! me dí cuenta que muchas veces me habían confundido a la hora de tratar de gestionarlas.
Todas las emociones son buenas y necesarias, desde el miedo, el asco, o la alegría. Todas tienen su función y está bien sentirlas todas. Cuando le decimos a un niño, no te enfades, no llores, no sonrías, no pongas esa cara de asco… creo que los estamos confundiendo. Yo cambiaría la forma de decirlo, – Nico, estás enfadado, y es normal que lo estés por esto… – Nico estás muy contento por ir al parque! -Nico estás sintiendo asco al probar ese sabor, eso es que te resulta raro o que no te acaba de gustar… Por ejemplo!. Dejarles claro, que emoción es la que están sintiendo, y que es normal que la sientan y está bien que así sea.
Ser conscientes de nuestras emociones y responsabilizarnos de ellas es fundamental para nuestro bienestar mental. Así que tratando de fomentar este aprendizaje, hemos creado esta caja de las emociones. Lo ideal, es que en la parte de fuera coloquemos un termómetro de emociones, o dibujéis unas caritas o hagáis algo parecido a lo que hemos hecho nosotros, para que vayan identificando las distintas caras que ponemos cuando nos surge una emoción.
La caja es un recurso que tendremos a mano, en un lugar de fácil acceso para ellos, al que puedan acudir sin nuestra ayuda. Una herramienta que puedan usar si están enfadados, porque ahí encontrarán algo que les alegre o les calme. Que la usen cuando están alegres porque les apetece jugar con ese juguete especial, o cuando están tristes y quieren tener ese momentito para ellos solos. En definitiva, como un tesoro, o algo muy especial a lo que ellos puedan acudir siempre que quieran. Lo único que vamos a pedirles, es que antes de abrir su caja especial, se fijen en que emoción están sintiendo en ese momento. Para los niños más pequeños como Nico, no es tan fácil hacerlo, por eso una de las cosas que incluyo en la caja es un espejo.
“Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus funciones, sus sitios, pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma”
-Mario Benedetti-
¿Qué metemos en la caja?
La caja tiene que ser personalizada. Cada niño es un mundo, y vosotros como padres sabéis mejor que nadie cuales son esas cosas que le harán más ilusión a la hora de abrir su caja. Os voy a enseñar lo que metimos en la nuestra y por qué…
1 Osito : Con el que Nico dormía de bebé, y canta la nana “Estrellita” que le relaja y le pone muy contento al mismo tiempo. Así que me pareció una idea estupenda para tener en su caja de las emociones.
1 Espejo: Es pequeño, de plástico y el cristal de seguridad. Me pareció algo necesario para que pueda ver que carita tiene en el momento que acude a su caja, y podemos jugar a identificarla con alguna de las caritas que hemos pegado en la tapa.
1 Llavero de Jorge Pig : A Nico le encantan esos dibujos, y con el llavero este se entretiene un montón. Para que veáis que a veces la mayor chorrada se convierte en algo especial…
1 Coche : Es otro de sus juguetes favoritos y con los que puede jugar durante mucho tiempo, así que pusimos uno en la caja.
Unas Fotos: Creo que las fotos siempre despiertan emociones, así que añadí unas cuantas fotos de nosotros tres, haciendo cosas juntos. En el parque, en la playa, jugando a la pelota… Muchos momentos donde nos reímos y disfrutamos de nuestro tiempo jugando y en contacto con la naturaleza.
Su cuento favorito, La expedición de animales de Jane: Que es un cuento lleno de pestañas con muchos animales. A Nico le encanta levantar e identificar a cada animalito. Tiene mucha memoria para estas cosas y la verdad nos deja sorprendidos a veces.
Y por último, un libro que compré especialmente para esta actividad, Cómo te sientes? : Es un libro que habla de las emociones, y de como se siente el monito en distintas situaciones del día. Creo que es muy adecuado para ayudarle a comprender y a identificar mejor las emociones y los sentimientos que nacen en cada situación.
Es importante tener la caja a su alcance. Nosotros la tenemos en nuestra mesa de la paz, que ya os hablaremos de ella otro día. Pero es un lugar dónde él puede acudir siempre que quiera y donde todo está a su alcance. Por supuesto, allí también tenemos nuestra Botella de la Calma.
¿Por qué es importante educar las emociones?
Las emociones nos aportan información sobre lo que sucede en nuestro entorno. Nos alegramos o nos sentimos tristes dependiendo de lo que ocurre, y estos sentimientos generan a su vez pensamientos que repercuten en nuestro sistema nervioso. Son como un sistema de alarma de nuestro cuerpo, que nos avisa de alguna situación que nos rodea. Si no sabemos reconocer bien las emociones, puede ocurrir que sientas miedo en una situación que no lo requiera, o que estés triste sin saber el motivo… Una adecuada educación emocional nos permitirá reconocer los distintos estados emocionales, reducir las emociones negativas y fomentar en gran medida las positivas. En los niños, experimentar emociones positivas favorece a crear una personalidad más optimista, sucediendo lo contrario si experimentan emociones negativas.
Espero que os guste esta actividad, y disfrutéis mucho creando vuestra propia caja de las emociones. Si queréis podéis enseñarme las que hacéis, y así entre todos podemos juntar nuestras ideas para mejorarla aún más ! Ya sabéis que podéis encontrarme en Facebook, desde dónde os será más fácil compartir vuestras fotos!
“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás”
-Daniel Goleman-
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