Función del dibujo La primer habilidad que adquiere un niño con el dibujo es la motriz. Al tomar el lápiz y garabatear, va ganando destreza manual. Con ella le resultará mucho más fácil aprender a escribir. Por eso, antes de empezar a dibujar las letras, dedicará muchas horas a trazar círculos, espirales o líneas.
Por otro lado, el dibujo favorece el desarrollo de la inteligencia. Fundamentalmente en la posibilidad que brinda al niño de expresar gráficamente una idea o un sentimiento. Aunque nos parezca algo normal, para lograrlo, el pequeño debe hacer un esfuerzo de abstracción. Es decir, traducir a una forma plana, el dibujo, un objeto o una acción que provengan de la realidad o de su imaginación. Esto se llama simbolización y es lo que hacemos cuando escribimos.
Retrato del alma Los dibujos nos permiten conocer, además de las habilidades de un niño, cuáles son sus sentimientos, emociones, temores y experiencias interiores. Por eso constituyen una buena forma de expresión para el pequeño pero, también, un modo para los padres de conocer qué le está pasando a nuestro hijo. De todas formas, en el momento de interpretar los dibujos, debemos ser muy prudentes y no empeñarnos en descifrar virtudes inexistentes o problemas psicológicos ocultos. Confiemos en nuestra intuición y en el conocimiento que tenemos de nuestro niño. Ante cualquier duda no olvidemos consultar con un especialista.
Etapas del dibujo Cada niño tiene su propio estilo dibujando, pero todos atraviesan aproximadamente por las mismas fases. Los primeros dibujos son trazos, sin control, que llenan y sobrepasan los límites del papel. Después vienen los garabatos cuyo significado los pequeños explican a los adultos.
Poco a poco va apareciendo la figura humana. Al principio es un simple círculo, para luego convertirse en una cabeza a la que se le insertan brazos y piernas. Más adelante se va completando con los ojos, las orejas, la boca o las manos. Recién a los cinco años un niño puede dibujar la figura humana con las proporciones adecuadas.
Nuestro papel como padresEs importante enseñarle a nuestro hijo a dibujar sentado en una silla, sobre una mesa y sujetando el papel con una mano. Con ello evitaremos que surjan vicios posturales que provoquen problemas más adelante.
Asegurémonos de que todo el material utilizado no sea tóxico. En los estuches debe constar que cumple con las normas de seguridad.
Dejemos que su dibujo sea espontáneo. No lo obliguemos a utilizar determinados colores, a copiar modelos o a lograr una obra perfecta.
Los comentarios de elogio son el mejor estímulo para que siga desarrollando su
imaginación y expresando sus sentimientos.
Iniciación musical La música forma parte importante de nuestra vida. Desde la sonoridad del lenguaje hasta los ruidos y las canciones. Además de este modo intuitivo de llegar a la música, podemos educarnos en ella. Un pequeño de tres años ya puede empezar a jugar con los sonidos, actividad que lo divertirá y le permitirá desarrollar su sensibilidad auditiva y musical.
A través de la iniciación musical, los niños aprenden a seguir el ritmo con su cuerpo o con los objetos de su entorno, a captar la música como fuente de sensaciones y como vehículo para transmitir sus sentimientos.
A todos los niños les gusta la música. No importa tanto su estilo, sí su calidad. Lo que conviene es que la escuchen con placer.
Beneficios de la música La música ayuda a desarrollar la expresión y la comprensión oral. Es más fácil que un niño pronuncie palabras que le resultan difíciles cuando canta que cuando habla. Además fomenta la creatividad y la imaginación en la medida que permite la asociación de experiencias, sentimientos e ideas con nuevos sonidos y ritmos.
También favorece la comunicación y la sociabilidad. Por eso es importante que la iniciación musical se realice en grupos y no en forma solitaria.
Por último, desarrolla la sensibilidad auditiva y el sentido del ritmo. Dos aprendizajes esenciales para que la afición a la música sea duradera.