Mi Cata dejó su guardería en diciembre pasado, sin embargo, el grupo de chicos y de padres que se formó fue tan bonito, que hasta ahora seguimos frecuentándonos.
Con ellos, desde hace unos meses acordamos en ir de campamento con los chicos, de un día para otro, aquí no más, cerca de la ciudad, para que ellos pudieran disfrutar de este tipo de experiencia y estén en contacto con el campo y la naturaleza.
Es así, que nos fuimos un sábado después de almuerzo, en caravana a Kankay, un hotel-restaurante ubicado en Cieneguilla, que tiene una zona especial para acampar, muy bonito, seguro, tranquilo y con sanitarios muy limpios (con papel higiénico, jabón y ducha). Debes llamar con unos días de anticipación al 966026957 para hacer tu reserva. El costo por adulto es de S/50.00, los niños menores de 5 años no pagan. Por parrilla se debe hacer un pago adicional de S/5.00 por adulto.
Llegamos poco antes de las 5pm, con luz suficiente como para reconocer el lugar y armar las carpas. Nosotros conseguimos una carpa para 4 personas en Plaza Vea, a 60 soles, que resultó espaciosa para los tres y con un buen impermeable en la base de la carpa, lo que hizo que la humedad tanto del pasto como del rocío de la noche no nos afectaran. Los sleepings los compramos en Sodimac. Los de nosotros a 39 soles y el de mi Cata en color rosado con morado a 29.90. Son un poco delgados, pero creo que para la época serán más que suficientes para brindar un sueño calientito durante la noche.
Conforme se iba oscureciendo, el frío se iba incrementando, pero con una polera, un gorrito y una casaca lo chicos estuvieron bien abrigados. Fue momento de jugar con las linternas. Mientras tanto, nosotros los adultos, comenzamos a preparar la parrilla y a picar algunos snacks, con su chelita o vinito de rigor. Te sugiero llevar servilletas, platos, vasos y cubiertos que puedas reutilizar (evita el tecnopor), papel toalla, agua, un termo, un hervidor eléctrico (lo puedes conectar en los tomacorrientes que hay en el baño), galletas, pan, papitas, choclo, huevitos sancochados, hielo, carbón y todo lo que desees disfrutar a la brasa. Nos indicaron que la zona de fogata está cerca al río pero como ya era un poco tarde, no fuimos.
A eso de las 8pm los chicos súper cansados se fueron a dormir. Obviamente los papis aprovechamos un rato para relajarnos, conversar y compartir anécdotas. La noche fue bastante tranquila. Si deseas dormir más cómodo, podrías llevar almohadas y una mantita por si hiciera mucho frío.
A la mañana siguiente los chicos estuvieron en pie desde muy temprano, antes de las 6am. Les ofrecimos desayuno y nosotros nos inyectamos café a la vena. Ellos se la pasaron toda la mañana en los juegos, con la pelota, corriendo y disfrutando de los rayos del sol. Pudimos ir a la zona de piscina, pero como habían algunos niños un poco resfriados, evitamos pasar por ahí, pero según lo que me indicaron el precio de entrada incluye el acceso a todas las instalaciones del club. También tienen un muy buen restaurante como para que almuerces ahí, pero los precios por plato no bajan de 40 soles aproximadamente.
Lleva colores y cuentitos para pintar y para leer, pelota, cometa, juegos de mesa, linternas, bloqueador, repelente, música, gorritos de lana y para el sol, zapatillas de cuero porque por la humedad de la noche, el pasto se moja y tu niño puede terminar con las zapatillas, medias y pies mojados. Y lo más importante, asegúrate de dejar el lugar lo más limpio posible.
Espero te animes a disfrutar de una experiencia así con tu peque. Eso sí, terminarás recontra cansado y tal vez con la espalda un poco molida, pero tu niño jamás olvidará su primer campamento y tú tampoco.
¡A seguir trabajando por una maternidad sostenible!
Virginia