La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. Tiene muchas ventajas, tanto para el bebé como para la mamá, establece un vínculo afectivo muy bonito entre ambos. Los composición de este tipo de leche proporciona al bebé todo los nutrientes necesarios para alimentarse y protegerse de muchas enfermedades. Además, la mujer que amamanta pierde el peso ganado por el embarazo más fácilmente y evitará con mayor facilidad la depresión postparto.
Sin embargo, en ocasiones se pueden dar algunas dificultades en la lactancia materna, específicamente para la mamá a la hora de amamantar a los bebés. Son pequeños problemas que a veces resultan un poco dolorosos y complican la lactancia. No hay que tener temor a dar el pecho por estas causas, si llegarán a presentarse no es difícil solucionarlas.
Grietas en el pezón
Esta es una de las principales dificultades en la lactancia materna, en donde puede haber la aparición de grietas en el pezón. Pequeñas heridas o fisuras que van agrandándose con el paso de los días. Suelen producir dolor durante la toma y en algunas ocasiones llegan a sangrar.
Suelen aparecer porque el bebé, al tomar el pecho, únicamente agarra el pezón, sin coger la aureola. Puede ser también que el pecho esté demasiado lleno y el bebé aplaste el pezón o por tener una higiene incorrecta en esa zona: exceso de lavados, abuso de discos de lactancia o pezones húmedos.
¿Qué se puede hacer para evitarlo? Lo primero es corregir la postura de la toma, por si eso es lo que dificulta al beber agarrar bien el pecho. También, durante un tiempo, es mejor ofrecer primero el pezón que se encuentre bien, para evitar el dolor. Abandonar durante un tiempo los discos de lactancia, ya que mantienen la humedad, y por último, aplicar en la zona dañada una pomada a base de lanolina purificada, ya que las cremas antigrietas contienen algunos ingredientes que pueden perjudicar al bebé. Un truco muy eficaz es aplicar la propia leche materna en el pezón y dejar secar.
Mastitis
Este tipo de dificultades en la lactancia materna suelen aparecer por una saturación de leche en los pechos no tratada a tiempo. Tiene síntomas muy parecidos a la gripe: fiebre, dolores de cabeza, musculares... El pecho se inflama, está enrojecido y duele bastante. El excesivo cansancio o el estrés favorecen la aparición de la mastitis.
Para solucionarlo, hay que eliminar ese exceso de leche, amamantando al bebé lo más a menudo que se pueda, sin saltarse las tomas aunque duela. Se debe descansar lo máximo posible y se pueden tomar antibióticos en el caso de que se produzca alguna infección o duela, consultando previamente con el médico. No es recomendable abandonar el tratamiento aunque la enfermedad termine, porque puede reaparecer y provocar mastitis recurrentes.
Conducto bloqueado
La obstrucción de los conductos puede producirse porque una zona del pecho no se vacia correctamente, lo que hace que se vaya hinchando y duela. Los motivos pueden ser muy variados, a veces, el sujetador realiza una presión que dificulta la salida de la leche, aunque también puede ser que el bebé no succione con la fuerza suficiente como para ablandar las zonas más duras.
Si se llega a bloquear el conducto, hay que solucionarlo lo más rápidamente posible. Se debe vaciar el pecho cuanto antes. Podemos estimular el reflejo de eyección mientras se produce la toma, aunque en caso de no conseguirlo se puede recurrir a hacerlo nosotros mismos con la ayuda de un saca leche.
En caso de que no funcione, hay que acudir al médico para que pinche la ampolla del pezón y se pueda extraer la leche sin problemas.
Hongos
Por último, otro de los problemas más habituales durante la lactancia es la aparición de hongos. La infección por cándidas provoca que el pecho adquiera un tono rosado y húmedo y produce un dolor muy agudo, como si se clavasen agujas. El dolor no culmina con la toma, sino que persiste. Los senos pican y pueden producirse también grietas.
Este tipo de hongos se contagian porque el bebé tenga un muguet o a través de una cándida vaginal. También puede ocurrir que se produzcan por el roce con el sacaleches o con los discos de lactancia, o sino por la ingesta de algunos antibióticos, que pueden producir reacción.
Se soluciona manteniendo la zona seca, cambiando muy a menudo el sujetador, eliminando de la dieta el exceso de azúcar y mediante una pomada antimicótica, que seguramente el médico preescribirá.
A pesar de todos estos problemas, poniéndo todo en una balanza, son muchos más los beneficios que los inconvenientes de dar el pecho. Además, no todas las mujeres sufren estos síntomas, la mayoría tiene una lactancia satisfactoria sin ningún inconveniente que beneficia bastante al bebé. En caso de que algo de esto ocurra, tiene fácil solución, por lo que no hay que tener ningún temor a amamantar al recién nacido.
Agradecimientos: a las páginas pregnancy.more, health and physical education teacher y alpha parents por las fotografías utilizadas.