A veces con el estrés diario, rutinas, comidas, trabajo... No nos damos cuenta de esas pequeñas Hadas Madrinas que vienen a salvarnos la vida cada 2 x 3. Esas hadas que siempre están ahí para ayudar, para escuchar, para decirte la verdad y bajarte a la tierra.
También están para sujetarte mientras intentas volar, para arroparte cuando te sientes sola o animarte cuando estás triste. El papel del Hada Madrina es muy importante para tu día a día, y no nos damos cuenta.
Todo lo que crees que has conseguido por ti misma, por tu fuerza de voluntad o por tu forma de ser, estás muy equivocada, todo eso lo has conseguido gracias al trabajo de muchos años de tu Hada Madrina. Años que, sin descanso, día y noche han estado junto a ti contándote secretos al oído, que tu creías pensamientos propios, inculcándote valores que a día de hoy son parte de tu ser. Mostrándote los grandes momentos de la vida para que no te pierdas en nimiedades y sepas lo realmente importante.
Y es gracias a eso que somos quienes somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, gracias a esas Hadas Madrinas, además les debemos el color de los ojos, o el hoyuelo de la barbilla, esas Hadas que nos cuidan y nos consuelan aun cuando nosotras mismas somos el motivo de su disgusto.
Quiero agradecer a la divinidad que tuviera la ocurrencia de crear a las Hadas Madrinas. Y aun quiero agradecer más a la misma divinidad que hoy por hoy me dé la oportunidad de aprender el oficio de Hada, de una de las más grandes y fuertes de todas las Hadas. Mi hada tiene nombre y apellidos, Jose Castaño Guardiola.
Querida Hada Madrina, gracias por estar siempre ahí, espero seguir tu ejemplo y estar a la altura.
Te quiere, tu hija.