La idea de todo esto era recuperar la magia de los cuentos narrados para los niños, lo cual ha quedado cada vez más en el olvido a causa mundo audiovisual, donde todo parece estar apoyado por imágenes y sonidos. Los niños están poco acostumbrados a esa narraciones detalladas y largas lo que hace que, según se destaca en la noticia, los pequeños se queden subyugados y encantados con la magia del momento.
Los cuentos narrados para los niños no sólo son una forma de entretener diferente a los modos actuales (y de recuperar una tradición de siglos), sino son de gran beneficio en la parte educativa. Esta oralidad es la mejor manera de introducir a los niños en la lectoescritura puesto que escuchando adquieren más vocabulario, aprenden a estructurar el pensamiento y supone un desarrollo de la imaginación al tener que crearse ellos sus propias imágenes mentales. Junto a esto, la oralidad ayuda a que los niños aprendan a estar atentos: muchos maestros se quejan de la dispersión y la falta de capacidad de atención de gran parte de los pequeños en las aulas.
Con todo ello se abre el debate sobre si dar más importancia a la oralidad en el sistema educativo, en el que la escritura, por ejemplo en la realización de exámenes o en la entrega de trabajos, prima sobre ella. Se habla de formar en oralidad también, en enseñar a los niños y adolescentes a hablar correctamente en público y perder el miedo a ello. En Cataluña ya se están dando los primeros pasos. En segundo de bachillerato los alumnos que tienen que entregar un trabajo de investigación que supone el 20% de la nota final, deben defenderlo de manera oral.
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¿Suele tu hijo acudir a cuentacuentos o le relatas tu mismo historias de manera oral? ¿Qué opinas acerca de si se debe educar también a los pequeños para desarrollar sus capacidades oratorias?