¿Por qué contar cuentos a los niños?
Seguro que os habéis dado cuenta de lo mucho que disfrutan los pequeños con los cuentos. ¡Les encantan! Y no solo eso, sino que pueden escuchar una historia una y otra vez sin mostrar ni la más mínima señal de aburrimiento. Como adultos, no podemos dejar de aprovechar esta oportunidad que nos brinda la motivación intrínseca de nuestros hijos hacia la literatura.
Son muchas las ventajas que nos aporta leer cuentos a los niños y niñas desde los primeros años de vida por eso es fundamental que los adultos seamos conocedores de este hecho y que promovamos la lectura en los más pequeños, regalandoles cuentos, leyendo con ellos, ofreciéndole modelos lectores, …
A continuación hablamos un poquito más sobre el tema.
La importancia de los cuentos en la infancia
Para fomentar el placer por la lectura es muy importante que los niños puedan disponer de diferentes tipos de cuentos que les llamen la atención. Así pues, desde los primeros meses de vida, debemos asegurarnos que los pequeños tienen a su alcance algún ejemplar adaptado a su edad y seguir esa dinámica a medida que van creciendo.
Al principio, la selección la llevará a cabo básicamente el adulto, eligiendo materiales de calidad y que le parezcan adecuados. Poco a poco, a medida que el niño va creciendo, podremos ir viendo sus gustos y preferencias y adaptarnos a estos, pero siempre ofreciendo otras posibilidades para evitar que el niño se centre sólo en un tipo de cuentos o en una única temática.
Si queremos que desarrollen el gusto por la lectura es evidente que tenemos que ofrecerles estímulos al respecto ya que, es bastante difícil saber si a un niño o niña le gustan los cuentos si nunca ha tenido ninguno, si nunca nos hemos sentado con él a contarle una historia Por lo tanto, nos damos cuenta de la relevancia que va a tener disponer o no del acceso a este tipo de materiales.
Tipo de cuentos que podemos comprar según edades
El primer año: En los primeros meses de vida, podremos comprar a nuestros hijos cuentos de ropa. Este tipo de cuentos suele tener estímulos sonoros (apretar las páginas para escuchar algún sonido) o táctiles (jugando con el uso de diferentes materiales). Las imágenes suelen ser muy coloridas y sencillas de manera que, todo el conjunto, pretende estimular los sentidos de los más pequeños. Conforme van creciendo y pasan esa etapa de meterse todo a la boca, podemos empezar a comprar cuentos de cartón, de páginas rígidas. Igual que pasaba con los cuentos de ropa, serán cuentos en los que predominará el trabajo de los sentidos. También algunos de tipo temático en los que se nos presentan diferentes elementos de la misma categoría para ayudar al niño o niña en este proceso de adquisición y organización mental de vocabulario.
De los 2 a los 3 años: Para los niños y niñas de estas edades aún les es muy complicado seguir el hilo narrativo de una historia, por eso, los cuentos que les compremos tendrán que ser muy sencillitos en este aspecto. Resultaran atractivos el tipo de cuentos que presentan una trama muy simple, en los que se incluyan situaciones de la vida cotidiana. Otro tipo de cuentos que funciona también muy bien para estas edades son aquellos en los que la historia es muy repetitiva, con la misma estructura narrativa en todas las páginas. Poco a poco, a medida que veamos que están preparados, iremos introduciendo historias cada vez más complejas, siempre respetando que no sean tramas de muy larga duración. Respecto al texto escrito, diferenciaremos entre los cuentos que leerán con el adulto, que tendrán un poco de historia narrativa para que este la pueda explicar, y los que están dirigidos a los niños que tendrán impresas algunas pocas palabras sueltas escritas en letra mayúscula.
De los 4 a los 5 años: En estas edades les encantan los cuentos clásicos. Tener una buena colección de estos sería una estupenda elección. Ya son capaces de comprender tramas un poco más elaboradas así que podremos introducir cuentos con historias y moralejas, que nos ayuden a trabajar problemas del dia a dia asi como otros cuentos en los que los protagonistas pasen por historias inesperadas. Podemos diferenciar, como siempre, entre los cuentos que vamos a explicar nosotros al niño, que dispondrán del escrito necesario para conocer la historia, o de los cuentos que queremos sean para mirar los peques; estos últimos, ya podrán incluir algunas frases sencillas, normalmente en letra mayúscula.
Entre 5 y 6 años: Su mente ya está más desarrollada y empiezan a comprender mucho mejor historias que incluyen elementos abstractos (lugares mágicos, personajes inventados, viajes en el tiempo, …). La imaginación está en su momento álgido, así que disfrutarán con todo tipo de tramas y aventuras. Los álbumes ilustrados son una buena elección para que el adulto les explique aunque para algunos niños y niñas, aún van a ser un poco complejos en cuanto al nivel de lectura.
De los 6 a los 8 años: En estas edades ya se ha llevado a cabo la adquisición de la lectura, por lo tanto, ya podremos apostar 100% por los cuentos del tipo álbum ilustrado, ya sea para compartir la lectura con el adulto como para que lean ellos solos. Las historias pueden ser ya más complejas y de mayor longitud (es decir, que la trama se desarrolle más lentamente en el tiempo) ya que su capacidad de retención, de comprensión y de relacionar diversos elementos es mayor. El tipo de letra será, fundamentalmente, letra de imprenta y con longitudes de texto diversas (para adaptarnos al nivel lector de nuestros peques).
Más de 8 años: Sin dejar de lado los álbumes ilustrados, empezaran a pedir libros con más texto y sin tanta imagen. Aunque las páginas ya estarán repletas de escrito, la letra tendrá que ser grande y el vocabulario adecuado a la edad. Los cómics pueden ser una buena opción a tener en cuenta. En este momento tambien pueden resultar interesantes libros de contenido informativo y de curiosidades para despertar el interés y la motivación de los niños y niñas por aprender cosas nuevas.
Leer cuentos vs. contar cuentos
No es lo mismo leer un cuento que contarlo. En los dos casos, implica que el adulto se siente con el niño o niña para compartir un espacio de lectura en el que el adulto se sitúa como emisor y el niño como receptor, no obstante, hay ciertas diferencias que tendremos en cuenta.
Antes de nada, decir que una acción no es mejor que la otra sino que, más bien, son complementarias. Por lo tanto, no se trata de siempre contar cuentos o siempre leerlos, sino que intentaremos ofrecer a los niños los dos tipos de experiencias.
Al leer un cuento, lo que hacemos es reproducir exactamente el texto de este. Hay que pensar que los cuentos están escritos para ser leídos y, muchas veces, dejar de lado su texto sería una gran pérdida puesto que este, ha sido escrito y revisado para finalmente ofrecer un escrito de calidad. El hecho de leer el cuento no significa que no tengamos que poner interés en la entonación, los cambios de voces según los personajes, así como otros aspectos que darán vitalidad a la lectura. Podemos leer un cuento para fomentar el placer por la lectura así como para hacer incidencia en aspectos del acto lector como por ejemplo el reconocimiento de algunas letras, la direccionalidad de la lectura,
Cuando contamos un cuento no tenemos necesariamente que seguir el texto. Solemos hacerlo con aquellos cuentos que conocemos muy bien y nos podemos permitir el lujo de contar la historia, siguiendo su hilo argumental, pero con nuestras propias palabras. Este momento suele admitir más interacción con los pequeños ya que tendemos a hacerles partícipes de la historia a través de preguntas, anticipaciones, Podemos servirnos de un cuento en formato físico e ir mostrando las imágenes a los niños o, por el contrario, también podemos hacerlo a través de la transmisión oral, sin soporte físico, de esta manera, favorecemos el desarrollo de la comprensión oral así como de la imaginación.
Beneficios que aportan los cuentos a los niños
Les encantan y ayudarán a pasar un buen rato: Es una actividad que siempre gusta a los niños y niñas; siempre disfrutarán de que el adulto se siente con ellos y les explique un cuento.
Fomentan el placer por la lectura: Los pequeños que aprenden a disfrutar con la lectura en las primeras edades es más probable que sean adultos activamente lectores y a los que les guste leer, con todos los beneficios que esto les aportará.
Ayudan a trabajar la memoria: Como hemos comentado, los niños y niñas disfrutan de escuchar una y otra vez el mismo cuento. Esto favorece que memoricen ciertos pasajes del texto, las tramas narrativas, ayudando así a ejercitar su memoria.
Fomentan la imaginación. El hecho de ofrecer a nuestros hijos historias de diferentes características con personajes diversos, hace que tengan que trabajar su imaginación ayudando al desarrollo de aspectos mentales y emocionales, así como de su creatividad.
Nos ayudan a pasar ratos con nuestros hijos: Con el ritmo de vida que llevamos, a veces es difícil pasar tiempo de calidad con nuestros hijos más allá de las situaciones rutinarias del dia a dia (comer, vestirse, ir a la escuela, ). Por eso es muy importante sentarse y poder compartir estos momentos de lectura con los pequeños en los que estar juntos es lo importante y donde el tiempo y las prisas no tienen cabida.
Enseñan muchos conceptos relacionados con la lectura: En el proceso lector influyen muchos aspectos; algunos de estos forman parte del acto de leer en sí, pero otros muchos son conocimientos previos a este momento que podemos trabajar a través de los cuentos. Así pues, aspectos como la direccionalidad del escrito, la relación entre las imágenes y el texto, aprender a pasar páginas de derecha a izquierda o empezar a reconocer algunas letras, hábitos posturales, todo esto serán contenidos relacionados con la lectura que trabajaremos, casi sin darnos cuenta, solo con compartir estos ratitos de lectura con nuestros peques.
The post Literatura infantil ¿Por qué contar cuentos a los niños? appeared first on Mi habitación Montessori.