Suelo pronunciarme más bien poco cada vez que aparecen en las redes sociales polémicas acerca de lo que las famosas cuentan sobre las experiencias en su maternidad, pero hoy me asaltaban respuestas a lo poco que he leído sobre lo que Samanta Villar ha compartido en una entrevista (yo la ví en este diario).
Por un lado, comprendo lo que cuenta Samanta Villar, y comprendo que pueda sentirse así, pero quiero ofrecer algunas reflexiones que me surgen al leer las frases que los periódicos digitales han publicado.
Estoy de acuerdo en que la idea de la maternidad está “intoxicada” por muchas fantasías que provienen de nuestra sociedad, que nos llegan a través de los anuncios publicitarios, las películas, las conversaciones en las que “todo está perfecto”, y que acabamos por creérnoslas…pero seamos honestos, no decidimos ser padres y madres por lo maravilloso y bonito que va a ser, porque de ese modo vamos a ser más felices y nuestra vida va a cobrar sentido de repente…..¡ups! ¿O a lo mejor sí?….luego exploramos esta idea….
Siguiendo con la influencia de la sociedad…. el amor también está completa y absolutamente distorsionado por tanto hollywood, disney, anuncios publicitarios….y no nos quejamos tanto. Nos creemos ciegamente lo que “nos venden” y nos dejamos llevar por las fantasías que nosotros mismos nos montamos…
Pero volvamos de nuevo a la honestidad: al final somos nosotros, cada uno de manera individual, quién decide qué creerse y cómo creérselo. La responsabilidad es nuestra.
Todos vemos lo que queremos y lo que nos conviene ver porque pensamos que así evitaremos el dolor, evitaremos que nuestras maravillosa fantasía se desmonte y, lo más importante, nos escaquearemos de mirarnos a nosotros mismos, porque eso es lo que más le duele a nuestro ego.
¿Quién no ha tenido una amiga que le ha contado ” la parte oscura” de la maternidad? ¿A quién no le han contado las penas y calvarios que se viven cuando tienes hijos? A mi si, una buena amiga me contaba los conflictos que tenía, las peripecias que tenía que hacer para conciliar la vida familiar y laboral, las noches sin dormir, las horas en urgencias…. Pero yo, desde mi inconsciencia no lo veía, pensaba que esas cosas a mi no me pasarían.
Pero luego llegan los niños y te dan un baño de realidad, de aquí y ahora, de encontrarte a solas contigo misma, de verte reflejada en ellos, de CONCIENCIA. Por que (para mi) los niños vienen a despertarnos, a mostrarnos nuestras sombras para que podamos conocernos, aceptarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos. Pero está claro que para que uno se decida a mirar hacia adentro y remover su carácter y sus emociones primero tiene que sufrir. Somos así, tan sólo nos “movemos” cuando nos duele lo suficiente.
Y el mayor sufrimiento llega cuando tus fantasías chocan con la realidad y se derrumba el castillo de naipes. Entonces el impulso es “culpar al que esta afuera”. En este caso es fácil decir: “La sociedad nos vende una idea equivocada de la maternidad”, “la publicidad es engañosa” etc, etc, etc pero detrás de esto sólo hay irresponsabilidad, victimismo, miedo, falta de honestidad…..
Es más fácil culpar al mundo que nos rodea que mirar nuestro propio ombligo.
La calidad de vida nos la privamos nosotros mismos cuando no sabemos vivir en el momento presente, cuando no sabemos tolerar nuestras frustraciones y no hacemos nada por remediarlo, cuando nuestras emociones nos avisan de conflictos inconscientes sin resolver y lo único que hacemos es correr un tupido velo sobre ellas y decir que nuestro malestar viene de fuera.
Y esto no se lo estoy diciendo a Samanta de manera particular, no he leído su libro y no sé nada de ella (además que no va a leer este artículo). Las pocas frases que han aparecido en el artículo en que se hace eco de su entrevista estoy convencida que no reflejan la totalidad de lo que habrá contado en la entrevista. Lo que he querido hacer al escribir este artículo es aprovechar y mandar un mensaje en pro de la responsabilidad personal.
Bajo mi prisma (que va cambiando y evolucionando cada día) tener hijos es un viaje que te confronta con todos tus miedo, que te provoca para que mires en tu interior y aceptes tus sombras, que te hace pasar por los momentos más oscuros y por las crisis de agotamiento más grandes, pero que son completamente necesarias para nuestro desarrollo ya que si no, seguiríamos en nuestra inconsciencia.
Ser padre no es la experiencia que más feliz te hace, pero es que no existe nada en el mundo (fuera de ti) que pueda hacerte feliz….ya que la felicidad está dentro de ti y no en lo que hace o en lo que te pasa. NADA NI NADIE PUEDE HACERTE FELIZ, sólo serás feliz si la encuentras dentro de ti, y los hijos, con todo el trabajo que puedan acarrearnos, son una grandísima oportunidad de que la descubramos en nosotros mismos.
¿ESTÁS DISPUESTA A APROVECHAR EL VIAJE?
Gracias por compartir
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