Si, tal cual. Desde que empezamos con la Alimentación Complementaria en casa, cuando el niño no quiere algo, o se deja un poquito en el plato, me lo acabo comiendo yo, aunque el padre también me ayuda de vez en cuando. Menos mal.
Porque si, porque me da mucha pena tirar comida y muchas veces las sobras no dan para guardarlas para otra vez y aunque sea poco, no me gusta ver comida en la basura.
No me gusta tirar comida
Hasta antes de nacer el niño, gestionaba muy mal las comprar. Compraba demasiadas cosas y luego se acababan poniendo malas en la nevera. Ahora hago casi compra diaria. Es más lío e ir a comprar con el peque me produce un poco de estrés la verdad, pero prefiero comprar poco a poco a terminar tirando mucho.
Y con la comida pasa un poco lo mismo. El padre y yo somos de buen comer y no suele quedar nunca nada en el plato pero con el niño eso no lo podemos controlar. Si no quiere más no quiere más, entonces me veo a media tarde comiendo 2 trozos de plátano, o 4 gajos de mandarina, o varios trozos de manzana. Hasta ahí bien porque la fruta al menos es fruta, pero antes de cenar nosotros a veces hago unas mezclas. Porque si deja sopa, me la acabo comiendo yo y si luego deja algo en el bibe, esa leche me la bebo yo también (me encanta la leche sola) y luego después mi cena.
Los fines de semana con la comida igual, voy comiendo por partes ya que el come antes que nosotros. Y en la merienda, si no quiere algo, a mamá. Total, que hay días que siento que estoy todo el día comiendo (tampoco son cantidades brutales) pero las mezclas que hago en el estómago son un tanto extrañas.
Por suerte, al intentar llevar una alimentación sana y saludable, al menos me aseguro que aunque mezcle de todo, todo es más o menos sano. Pero el otro día se lo comentaba al padre, que me siento una aspiradora, todo al estómago. Por suerte también, lo poco que hago creo que me queda rico y me lo como con gusto.
Y vosotr@s, ¿os sentís también aspiradoras humanas?