Pocas cosas me identifican más cómo Malamadre que el temita de la alimentación.
Siempre quise que mis hijos comieran sano, que no conocieran la comida chatarra ni los caramelos hasta, mínimo, los 3 o 4 años, y que no se desesperaran por ellos. Como si fuera fácil, sobre todo cuando yo misma no soy de comer sano. A ver, si realmente no puedo pasar una ensalada (a menos que sea de frutas), ¿cómo iba a pretender yo que mis hijos lo hagan? Después de todo, la educación empieza por casa.
Cuestión que resulte ser realmente muy mala en eso de educarlos para alimentarse correctamente. Acabaron conociendo la Coca-Cola y los caramelos antes de lo que hubiera deseado (cortesía, por supuesto, de la querida abu), y una vez que le toman el gusto. Bueno, para ser sincera, con el segundo no me preocupé demasiado, sabía que irremediablemente sucedería. Su hermano era el mejor ejemplo de cómo comer mal.
Algo de lo que si me hago cargo es del invaluable McDonald"s. Si, una se quiere hacer la madre ejemplar y prohibir la comida chatarra, pero finalmente sucumbe ante el deseo de su primer cajita feliz. Muy mal hecho. Porque, aunque McDonald"s quiere limpiar su imagen ofreciendo manzanas de postre (por cierto, que saben muy mal), sigue siendo de lo peor que existe.
Con el mayor mi fracaso es rotundo, no te prueba un vaso de agua porque se oxida, y su repertorio se limita a. hamburguesas, salchichas, milanesas , fideos con manteca y papas fritas. Claro, come otras cosas, pero si le das a elegir, no sale eso. Le he ofrecido otras cosas, claro que si, pero simplemente no las prueba.
No han sido pocas las veces que pase horas cocinando sólo para recibir un puaj de su parte y que no probará bocado. Y claro, la bóludo ingenua, cree que se va a morir de hambre si no come y termina haciéndole una hamburguesa, cuando, lo lógico sería "o comes eso o no hay nada". Pero no, como dejarlo sin comer!? Y eso no es todo, aún cuando le hago lo que le gusta, come como un pajarito.
Otro tema es el de la tele. El mayor no come si no tiene la tele. Otro grave error, pero que hasta el no he podido subsanar.
Con el segundo, la cosa no viene tan mal. Come como lima nueva. Como diría mi abuela, le compro un traje nuevo pero no lo invito a comer. Parece una vaca, todo el día marcando. Pero se me está volviendo pretencioso también. Hasta hace unos meses comía hasta piedra, ¡le encantaba el tomate! Y ahora no lo quiere probar. Dicen que a partir del año, los niños se empiezan a volver quisquillosos con la comida. Pues, este es uno de los "dicen" que no he podido desmentir.
Y el jardín no ayuda en nada. Parece mentira, pero en época escolar es cuando más mal come. Llega del jardín y no come nada. A la hora de la merienda le agarra todo el hambre y termina comiendo porquerias. Y después están los desayunos compartidos, en los que cada nene llega algo para comer (obvio, nadie lleva frutas), los festejos del jardín y los cumpleaños por montones...
La verdad es que ya me hice a la idea de que mis hijos no serán veranos (de tal palo, tal astilla). Pero, por lo menos no pienso parar de insistir en ue prueben otras cosas, en que coman un poco mejor. Si, hubiera sido mucho más fácil enseñarles bien desde el principio que cambiarles los hábitos luego. Pero, nunca es tarde.