Es duro reconocerlo, pero más duro es seguir viviendo una vida que no te gusta, que no te pertenece y por supuesto que no mereces, deja ya de buscar excusas para tu comportamiento, deja de inventar ideas sobre el porque haces esto o lo otro. Si no estás bien, divórciate.
La verdad es que estás mal, y si al igual que unos pantalones que te compraste con todo el deseo del mundo ya no te vienen y los tienes 5 años en el armario criando polvo, no sigas guardando una relación en el armario, abre la puerta, deja que salga y cómprate otro pantalón.
En este caso, abre la puerta de tu casa, deja que se vaya (o vete tú como hice yo) y empieza a disfrutar de tu vida, SOLA.
Ahora te contaré mis primeros pasos en mi separación, que igual no son los más comunes pero fueron los que yo seguí.
1- Coge tu bolso y sal corriendo.
Aunque lo tengas meditado desde hace años, aunque tuvieras calculado el momento y la hora exacta. Da un puñetazo en la mesa (literal) y dí hasta aquí he llegado.
Creeme que eso ayuda mucho, yo lo había intentado varias veces sin éxito y cada vez que me acuerdo de ese dolor de muñeca, más me ratifíco en lo que hice.
2- Busca ayuda.
Trágate tu orgullo, llama a tu amiga, a tu hermana, a tu madre, a tu vecina, a cualquier persona que te quiera, que sepas que te va a ayudar desde el corazón y pídele por favor ayuda para no volver.
Yo me senté con mi familia, mi Clan, y les dije, sé lo que he hecho, y os pido ayuda y un guantazo por adelantado si se me ocurre volver a pisar esa casa, tal cual.
3. Visualizate dentro de 3 años.
O tres meses si no eres capaz, visualizate libre, feliz, dueña de tu vida, con la sonrisa de oreja a oreja y sin pinchazos en el pecho. Así es como se consiguen las grandes cosas de tu vida, visualizándolas. ¿O es que tú no te habías visualizado con tu pareja ideal cuando tenías 15-18-22 años hasta que la encontraste y te casaste?
Pues lo mismo, pero ahora tu pareja ideal eres tú.
4. Cambia de aires.
Me mudé con mis dos hijos a casa de mis padres, y está genial porque sé que me aman incondicionalmente, pero si puedes, empieza de nuevo, sin nada que te recuerde tu vida anterior, sin tener que volver con las orejas agachadas como si hubieses perdido la batalla.
5. Comienza dando el primer paso.
Yo volví dos días después, cuando sabia que no habia nadie en casa, y con un temporizador, recogí mis cosas primordiales y salí de allí corriendo cuando sonó la alarma. Sino aun no sé si me hubiese arrepentido.
Bueno, ya llevo más de 300 días fuera de casa, cosa que hace poco me parecía impensable, pero fui capaz de hacerlo y ahora mi vida es mía y es real.
Leyendo estos puntos, me doy cuenta de que sí, soy muy literal y también igual un poco agresiva, pero quien me conoce sabe que soy todo lo contrario y necesito algo FUERTE, que me haga dar un salto del sillón y ponerme en marcha.
En el próximo capítulo, os contaré como es luchar contra un narcisista.
Si has seguido estos pasos, cuentame como fue tu salida de esa relación y si has seguido otros, pues soy toda oidos, porque esta lucha no ha hecho más que empezar.