Como se cuanto les gusta a los peques dibujar, manipular y sobre todo, pintar con pinceles, pensé en intentar reciclar unos botes que se iban a tirar y conseguir con ellos objetos prácticos que pudieran utilizar después. ¿Qué podíamos perder?. La idea era divertirse en el proceso, liberar su creatividad y si encima conseguíamos convertirlos en algo útil, ¿qué más se puede pedir?
Qué materiales se necesitan:
Botes diferentes (no de cristal), de cacahuetes, de nesquick, de colacao, etc.
Cartulina blanca.
Temperas
Pinceles
Toallitas húmedas para cualquier momento de limpieza (ajajaja).
Lo primero, limpiamos por dentro y por fuera los botes y sus tapas (si las tienen y las van a usar). Los secamos bien y a continuación medimos la altura del bote y cortamos un trozo de cartulina para cubrirlo por todo su contorno. Pegamos la cartulina con pegamento infantil al bote, para que sea más fácil decorarlo y se vea el resultado enseguida. Todo esto lo puedes hacer tú mismo o te pueden ayudar los peques, según lo que consideres.
Cuando ya están secos (no tarda mucho), comprobamos que no se movía la cartulina sobre el bote, para que puedan pintar sin problemas.
A continuación, les ofrecí los pinceles y todas las temperas y les dejé vía libre para crear y dibujar lo que ellos quisieran.
Mis peques estaban especialmente atentos a no pintar por fuera del papel blanco… así que me pedían toallitas húmedas para limpiar cuando se les escapaba el pincel, tanto en el bote como en la mesa, jajajaja.
Pero esta fase de limpieza y orden fue solo temporal, porque cuando decidieron que ya el pincel lo habían gastado bastante, la peque decidió comenzar a pintar con las manos, pero no en el bote, que decía que ya estaba bonito, sino en un papel, porque quería “hacer manos”. Usaba la pintura de sus manos, le ponía más con el pincel o bien cogía los excedentes de pintura del bote, y ponía las manos en el papel.
El peque, por otro lado, decidió agregar colores a su bote, pintando puntitos usando los dedos.
Con estos dos botes pretendíamos hacer una hucha para mi hija y un bote para su “colección de piedras” para mi hijo. La base de cada uno eran estos dos botes. En este caso necesitábamos las tapas una para el hueco de la hucha y la otra como tapa del bote donde guardar la colección. Vamos a ver cada uno.
BOTE DE TESOROS O COLECCIONES
La base de este bote, está hecho con un bote de cacahuetes, forrado con la cartulina (como hemos puesto antes) y decorado por el peque. Después, él mismo se puso a decorar la tapa de su bote, poniendo la palabra PIEDRAS (eso es lo que va a guardar este bote) y puntitos de colores alrededor. Para esto, usamos las pinturas en botellita de la marca MÄLA de Ikea, que desde luego son un gran descubrimiento y nos han servido para muchísimas cosas.
HUCHA
La base es un bote de nesquick, forrado con cartulina y pintado por mi hija. Después yo hice el agujero de la hucha con un cúter y decoré la tapa de la hucha, usando las mismas pinturas de Ikea que nos encantan.
Con esas mismas pinturas, terminé de decorar el bote de la hucha con puntitos multicolor, ya que la peque solo había querido pintarlo de verde…
BOTE PARA ROTULADORES
Mientras terminábamos los otros dos botes, a la peque, le había preparado uno diferente para que lo decorara a su gusto. En este caso usando como materiales:
Papel de forrar libros transparente
Papeles de seda de colores
Recipiente para los trocitos de papel
La idea era crear un bote para guardar los rotuladores, decorado con múltiples colores. Para ello, recorté un trozo de papel de forrar libros transparente, del tamaño del bote, y lo pequé en su contorno con el pegamento infantil.
Después, teníamos muchos trocitos de papel de seda que cortaron y rasgaron en la actividad que habíamos hecho hace unos días, de vidrieras de colores (que ya os contamos en el blog), así que los aprovechamos para decorar el bote. Así la peque fue pegando papelitos recortados de papel de seda sobre el papel adheshivo, como ella quiso.
Cuando rellenó bastante y ya no quiso decorar más, terminé yo de cubrir todos los huecos adhesivos, para evitar que se pegaran allí pelusas o cualquier otro tipo de elementos no decorativos, jajaja. Y así nos quedó nuestro bote de rotuladores.
Y aquí tenéis el resultado de los tres botes, uno de tesoros o colecciones, una hucha y un bote de pinturas o rotuladores.
Lo mejor de todo, es que lo han creado ellos, han usado materiales reciclados y además, son prácticos y útiles, ya que no paran de usarlo. La peque cada dos por tres, decide meter y sacar monedas de la hucha. Mi hijo, todos los días mete piedras en su bote de colección. Y el bote de los rotuladores…. pues ya tenía ganas yo de que tuvieran un sitio accesible y ordenado, que no fuera la caja que cada vez estaba más rota…. jajajjaa.
¿Habéis decorado botes de este estilo reciclados?¿Qué usos les habéis dado?
Si os gusta reciclar, también os contamos aquí hace poco, un juego DIY con botellas de plástico recicladas, ¿lo habéis visto?
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