Por eso estos días atrás, cuando abrí el armario de mi despensa y vi la cantidad de botes que tenía ahí guardados, me dije: a esto hay que darle un uso ya, porque estamos al borde de sufrir Diógenes.
Así que, como tenía retales por casa, cuerdas y pintura, me dije que ya era hora de ponerse manos a la obra. Os cuento como es el proceso porque es muy sencillo.
Lo primero que haremos será limpiar el bote de cristal con jabón. A continuación prepararemos un pequeño bol, donde verteremos la cola blanca, y mezclaremos con un poco de agua.
Tenemos que tener claro, con qué queremos decorar nuestros botes, las posibilidades son infinitas, es solo tener imaginación. En mi caso usé telas y servilletas.
Ponemos la tela sobre el bote, y encima de esta, con la brocha empapada en la cola diluida, empezamos a "pintar"; lo que estamos haciendo con este proceso son dos pasos, uno es pegar la tela al bote y otro es proteger nuestro trabajo, pues al secarse se endurecerá.
Dejamos secar, y si consideramos que necesita otra capa para darle más firmeza, lo hacemos; en mi caso si que se lo di.
Como podéis observar, dos botes tienen ya su decoración por fuera, y el tercero, está pintado por dentro. Si sois mañosas/os, podéis decorar primero por fuera y luego pintar por dentro, pero si no os queréis arriesgar, hacerlo al contrario.
A continuación vienen las tapaderas, aquí también hice dos estilos diferentes, a la del bote rosa, la entelé, y las otras dos, simplemente decoré sin complicación.
Como habéis visto, es posible darle más vida a los botes que compramos, así reutilizaremos y ayudaremos al medio ambiente. Otra opción que tenéis es no pintarlos ni decorarlos, pero rellenarlos de legumbres para que se conviertan en elementos decorativos de vuestra cocina, en portavelas únicos, o en jarrones con aire vintage.
Via Pinterest
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¿Y vosotras?
¿Os animáis a darle vida a vuestros tarros de cocina?