A mayo le queda dos días y medio (así contado a mi manera) para terminar y que comience el querido mes de junio. Me encanta junio por todo lo que representa: el verano, el buen tiempo de verdad, la playita, los espetos, mi cumpleaños, y el fin de curso.
Sé que en agosto somos muchos los que estamos contando la cuenta atrás para el comienzo del curso escolar, y es que el veranito puede llegar a ser demasié para los padres con las fieras sueltas en casa. Pero soy de ese porcentaje raruno que cuando llega junio, ¡quiero que termine ya el colegio! Aunque soy fan de los horarios, os reconozco que ya estoy hasta el moño de vivir pegada a un reloj, quiero salir a la calle con las niñas sin tener que pensar que debo de salir zumbando para casa porque al día siguiente tienen que madrugar ¿os sucede igual a vosotros?
Pero, comienza otro periodo en este mes de junio, los mensajes interminables en los grupos de whatsapp de las madres del colegio para decidir el regalos del maestro. Yo me echo a temblar directamente, porque es mirar el teléfono y ver 187 mensajes de un solo grupo, y te quedas con cara de: WTF?! Y es que toca elegir el regalo que le vamos a hacer al maestro o maestra de turno.
Cuando ya habéis descartado las opciones típicas: una bandeja de plata grabada (os reconozco que a una maestra mía se la regalamos en 6º o así), un palet de lexatín, un cupón de solo ida al país más remoto, un vale por 10 clases con el mismo Dalai Lama; cuando ya hemos agotado todas estas opciones, siempre salta la típica madre que escribe en el grupo: ¿y este año que le vamos a regalar?
Cri cri cri...
¡Pues yo vengo a ayudaros con esa decisión! ¡Un Cuento personalizado!
Imaginaros el cuento personalizado, vuestro enano o enana, ahí guapísimo, en un cuento con su seño o profe; y ahora, imaginaros la cara de esa seño, por tener como recuerdo un cuento donde salen todos sus alumnos diciéndole todo lo buena que ha sido ese año con ellos.
Yo soy maestra como sabéis, y he ejercido como seño, y os prometo que el último día, ese día en el que te despides de TUS NIÑOS, porque es que son tuyos, por un lado quieres pegar botes de alegría, pero por otro, tienes un pellizco en el estómago que no consigues quitártelo hasta que sueltas un par de lagrimillas. Porque muchas veces, sabes que no volverás a ver a esos niños, bien porque el año siguiente tienes otro destino, o porque tus alumnos cambian de ciclo y ya no te corresponde a ti el seguir enseñándoles.
He estado en los dos bandos, en el de madre despidiendo a la seño que fue durante 3 años, la seño de MiniMonster, y se pasa mal; pero el estar en el bando contrario, tampoco es que sea un momento nada sencillo. Por eso creo que regalarle a la seño o al maestro de tus niños, un cuento donde podrá tener como recuerdo palabras amables y cariñosas de sus niños, donde podrá recordar en cada página que pase, anécdotas de ese curso, puede llegar a ser un regalo muy muy emotivo y que cualquier docente guardaría con mucho cariño.
En la web de Regala un Cuento, tenéis la posibilidad de montar una DEMO para ver qué tal quedaría el cuento, además os dan la posibilidad de escoger diferentes formatos y acabados.
Aaayyy amigos, que de aquí a nada volvemos a tener a los niños en casa,
que el veranito está a la vuelta de la esquina.