Lulú es la protagonista de este libro. Cuando era pequeña le regalaron un peluche, Júpiter, un osito precioso que al instante fue su favorito. En cada cumpleaños y cada Navidad le regalan más y más juguetes. A ella le encantan, pero llega un momento en que ¡están por todas partes!, no tiene espacio, no sabe dónde meter tanto juguete y necesita un plan que resuelva la situación. ¿Os imagináis lo que hará?
Yo no me esperaba el plan para nada y me ha sorprendido. La idea de Lulú no ha podido ser más acertada ya que hará felices a muchos niños y nos ayudará a explicarles, a los más pequeños, la importancia de ser solidarios y de compartir con los demás lo que tenemos.
Muchas veces llegan a casa demasiados juguetes, tantos que ni da tiempo para jugar con ellos y como están por todas partes no tenemos espacio para hacer otras cosas.
Dar es el mejor ejercicio para liberarse de uno mismo.
Las ilustraciones son preciosas y se adecuan perfectamente a la historia, con un estilo clásico que muestra con sutileza las desventajas del consumismo.
Además la ilustradora ha sabido plasmar las caras de desesperación de la pequeña Lulú y de aturdimiento de los juguetes cuando la situación se vuelve insostenible para todos por el exceso de juguetes.
En cuanto al formato, es de tamaño mediado y tapa dura. ¡Nos ha encantado!
Considero que este libro es genial para ayudarles a los niños/as a entender que no es necesario tener tantos juguetes, que a veces con unos pocos que realmente nos gusten es necesario. De igual forma, ayuda a hacer entender a muchos padres que los juguetes a veces están de más y que lo que realmente nuestros hijos necesitan es que pasemos más tiempo con ellos: salidas al parque, guerras de cosquillas, ver una peli juntos...
En cumpleaños y sobretodo en Navidad hay una imagen que se repite en muchos hogares, al menos en los países donde se tienen más recursos económicos: los niños ansiosos rompiendo los papeles de regalos para descubrir qué hay dentro y luego pasar, frenéticamente, al próximo regalo. Esta tendencia consumista que parece haberse instaurado en las últimas décadas no es beneficiosa para los niños. De hecho, hacerles demasiados regalos a los pequeños puede llegar a ser contraproducente. Además no valoran lo que tienen y siempre quieren más y más.
Un exceso de juguetes mata la ilusión
Para finalizar, quiero hablaros un poco del Síndrome del niño hiperregalado:
En los últimos tiempos se ha apreciado una tendencia muy peligrosa para el desarrollo emocional de los niños, a la que se ha bautizado como Síndrome del Niño Hiperregalado. Este problema hace alusión al intento de los padres a compensar con juguetes el poco tiempo que pasan con sus hijos. Como resultado, se produce una "anestesia emocional", el niño se vuelve caprichoso, egoísta y consumista. Está más preocupado por vanagloriarse delante de sus amigos y compañeros del colegio de la cantidad de regalos que recibieron.
De hecho, la tendencia a enfocarse en la cantidad de juguetes, más que en su calidad, también desvela un desconocimiento de los padres de las necesidades de sus hijos. Los juguetes y regalos son importantes en la vida del niño pero estos tienen una función precisa y, bajo ningún concepto, pueden ser un sustituto de la atención y el cariño que deben propiciar los padres.
En este sentido, un exceso de juguetes provoca en los niños: sobreestimuación, perdida de la ilusión, bajo nivel de tolerancia a la frustración, limita la fantasía y desarrolla antivalores.
La abundancia de juguetes, más que enriquecer su juego lo empobrece, porque al final el niño, entre tantos, irá de uno a otro sin centrarse ni jugar, realmente, con nada. El consejo es que te inclines por la calidad y no por la cantidad. Aquellos que estimulen su imaginación y les permita explorar serán la mejor elección.
Si crees que tu peque tiene demasiados juguetes, puedes aprovechar para regalar a un amigo, a la guardería o a una organización humanitaria los regalos de anteriores Navidades o cumpleaños, que están en buenas condiciones, pero con los que ya no juega, bien porque se ha cansado de ellos, o porque se le han quedado pequeños. Así aliviarás espacio pero sobre todo empezarás a inculcar a tu hijo los valores de generosidad y solidaridad que, cuando se practican, aportan satisfacción al que da y placer al que recibe.
Aprovecha además para pasar tiempo junto. En vez de comprar tantos regalos, planifica actividades de ocio en familia, como ir al cine, al teatro, al zoo o simplemente dar un paseo. Tu tiempo, es el mejor regalo que le puedes hacer. Así lo confirma este emotivo vídeo.
Podéis encontrarlo en: La casita roja
La casita roja es una pequeña editorial que acaba de empezar pero sus apuestas como Demasiados Juguetes son maravillosas. Os invito a seguirla muy de cerca.
¡ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO!
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