¡¡Hey, hola, hola!!
Pues iba a publicar antes del puente, pero he respetado ese descansito y ahora que empieza la semana llego con este nuevo post.
Si os digo “estoy más liada que la pata de un romano” sé que no es una novedad, pero la Navidad se asoma y tengo tantos proyectos entre manos que no me da tiempo ni para respirar y para publicar cosas interesantes… andamos de tiempo justitos.
No obstante, mi blog es (y aquí viene la música romántica…) mi pequeño huerto que he visto crecer a lo largo del tiempo y no lo voy a dejar, aunque me cueste unos días más o menos publicar. Eso sí, no quiero publicar tonterías de relleno, quiero ser fiel a mí misma y publicar contenido del bueno (podría volver a hablaros de lo que odio esos blogs que ponen post vacíos con mil fotos sin ton ni son y encima pretenden que comentes…¿el qué exactamente?.
¿No crees?
Pues allá vamos con el de hoy.
¿Cuántas veces desde que eres madre te dices a ti misma “a partir de mañana empiezo a cuidarme?
¿Cuántas veces desde que eres madre piensas “ostias que yo he pasado un parto, soy una super mujer”?
¿Cuántas veces por las mañanas te miras al espejo después de una “noche toledana” y te dices “puedo con todo”?
¿En cuantas ocasiones miras a alguien con una actitud de superioridad total pensando por dentro “he llevado un melón meses dentro de esta tripilla y no me quejaba tanto”?
Si amigos, yo desde que soy mamá valoro mucha más mi cuerpo. Antes decía “oh, soy increíble he corrido 7 kilómetros sin despeinarme” y me sentía genial. Ahora, me digo mirándome al espejito de encima del volante del coche (soy rubia, no me preguntes como coj*** se llama) “oh, he dormido 3 horas y estoy estupenda y a tope para ir a trabajar”.
El tema del embarazo y el parto me ha hecho ver mi “cuerpesito” de otra manera y creo que se merece un poco de cuidado.
Eso si, tiempo por el momento: CERO.
Mi madre y otras madres que conozco siempre me dicen que no me preocupe, que ya tendré tiempo para poder ponerme al día con la quinoa, la chia y el deporte. Imagino que tienen razón, pero yo me pregunto…
Que si mujer, algo siempre se podrá hacer. Por lo menos yo, pienso intentar esto:
ANDAR. Ya que a la compra tengo que seguir yendo porque otra cosa no pero comer a mi hijo se le da fenomenal ¿qué es eso de ir en coche? ¡¡vamos!! Mueve ese culo y vete andando al supermercado que total un poco más de movimiento en tu día sólo va a hacer que venirte bien.
COMER BIEN. Vale, esto a veces es difícil, pero intentar hacer mínimo esto, sería un gran hito para mi. Encima que estás cansada y no es tu mejor época, me digo mucho eso de “no pongas de tu parte para que cuando dentro un tiempo puedas mirarte al espejo sin gritos de bebé de fondo no veas a Jabba el Hutt reflejado” pero claro, cuando te sientas a la mesa y te levantas diez veces, o cuando lo más cómodo es cocinar poco, esto, se vuelve toda una aventura. No obstante, me lo voy a proponer.
DORMIR. Misión imposible, pero… no hagas como yo. Aprovecha cuando la casa duerme para dormir tú también. No me seas que sé de una que aprovecha para hacer cosas…¡¡errrooooorrr!! Hay que descansar. Pero claro, luego llega el silencio y mola tanto hacer cosas.
BEBER AGUA. Importantísimo y no lo hago. Me lo apunto y voy a intentar cumplirlo. Hoy mismo, puede ser un gran día.
SUBIR ESCALERAS. No hace falta que lo hagas con bebe a cuestas pero ¿por qué no aprovechar y ya que no puedes hacer deporte te subes unos pisitos? Otra cosas “pá la lista”.
COSMÉTICA. Soy un desastre con eso de echarme cremas todos los días pero creo que ahora que me veo la cara de haber estado de “after” cada vez que me miro al espejo, lo voy necesitando. Siempre había sido de esas de “buag, eso no hace nada” pero no, ahora veo que mi piel necesita mimos. De arriba abajo, que hace que no me doy una buena sesión de hidratante con masaje después de la ducha ¿Cuánto? Ah, si… desde que soy mamá.
PIENSA EN POSITIVO.Si no puedes hacer nada de lo anterior… siempre te queda cultivar la espiritualidad, porque eso si, la paciencia, la estás trabajando que no veas. Y con esto recupero una viñetilla que tengo por ahí y te digo:
Pues a mi se me han ocurrido estas cosas, que bueno, pese al comer entre horas porque no te ha dado tiempo ni a abrir la nevera, pese a no dormir lo que necesitas, pese a emborracharte con media copa de vino porque hace meses que no lo catas, pese a que tus tetillas no sean lo que fueron, pese a que te hayan salido más arrugas en estos meses que en los últimos 10 años, pese a que esa cara de cansada sea tu fiel compañera… por el momento, me dan para seguir estando fetén porque…
Me interesa saber tu opinión. Siempre está genial leer comentarios interesantes ¿tienes uno guardado por ahí?
¿Tienes la misma sensación que yo?
Dime por diossssss... que te sientes identificada.
Me encantará saber.
¡¡Hasta la siguiente aventura!!
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