Martín cumplió un año el pasado agosto pero aún no os había enseñado la súper fiesta mexicana que organizamos para celebrarlo ¿Los motivos de la tardanza? Salimos de vacaciones justo al día siguiente, a la vuelta, inicio del cole, adaptarnos de nuevo a las rutinas, dos meses de curro en el despacho que nunca en mi vida... Total que hasta noviembre, no he vuelto a tener calma, pero enseñaros el cumpleaños de Martín estaba en mi lista y lo que entra en LA LISTA más tarde o más temprano lo acabo haciendo.
Con lo que me gusta a mí complicarme la existencia, no sé como nunca antes había hecho una fiesta temática. Sin embargo, tengo que decir que todo fue más sencillo de lo esperado.
Elegir tema fue muy fácil porque soy una cactus lover confesa, nos encanta la comida mexicana, la casa donde íbamos a celebrarlo bien podría ser un rancho mexicano, el calor y la luz del verano...
Una vez elegida la temática, tiré de fondo de armario: cuando piensas en México piensas en color y yo tenía mucho menaje de colores de fiestas pasadas, además de unos manteles estampados de Zara Home que encajaban a la perfección.
Para los detalles personalizados de la fiesta, tenía claro que quería trabajar con Cris de Niceparty. Nos entendimos muy bien y con solo un par de mails ya teníamos la fiesta montada.
Yo no quería complicarme mucho, así que optamos por una NiceBox donde lo tenía ya todo hecho, y solo tenía que montarlo ese día. La caja incluía guirnalda, botellitas de plástico, carteles con los nombres de los platos, toppers, láminas decorativas, distintas etiquetas... En definitiva, todo el material de papelería necesario para hacer pequeños detalles que dieran a la fiesta su estilo propio.
De hecho, Cris quedó tan contenta con el resultado que ha incluido este trabajo entre los kit de fiesta de su tienda (lo podéis ver aquí).
Además busqué algunos detalles más, como sombreros mexicanos o pizarras de cactus con mensajes para los invitados. Incluso hicimos un DIY con los niños que quedó de los más resultón: macetas de cactus con piedras que cogimos de la playa. Con esto, tenía lista toda la decoración de la fiesta.
La clave sin embargo, estaba en la comida porque ¿quién no muere por la comida mexicana? Monté dos mesas:
La primera con la bebida (cerveza mexicana, limonada, zumos y batidos), nachos y salsas para mojar (guacamole, ranchera, de queso), tortilla, cotufas... Era una mesa destinada al picoteo.
La segunda era una barra libre de tacos y fue el éxitaso: pusimos los tacos con distintos rellenos y salsas ( salteado de pollo, pimientos, pico de gallo, piñas asadas, guacamole...) Se me hace la boca agua solo de recordarlo.
Muchas de las recetas las he publicado antes en el blog: sólo tenéis que consultar la etiqueta Comida mexicana.
En la mesa de los postres, había un poco de todo: tarta de queso, brownie, tarta de yema, merengues y sandía (postre favorito del homenajeado). El topper de la tarta principal fue un cactus de madera personalizado de Risbox que guardaré de recuerdo.
A pesar de ensayarlo mucho, Martín necesitó ayuda a la hora de soplar las velas y que mejor ayudante que Mateo que también fue mi principal colaborador durante todo el día.
Pues así fue nuestra fiesta, una fiesta hecha con mucho amor, pensando en cada detalle para que todo estuviera bonito y rico para nuestros invitados.
Ese gesto de Martín en la foto, es un poco el que se me quedó a mí al darme cuenta que ya había pasado un año. Ha sido un primer año increíble donde de verdad hemos sentido lo que significa formar una familia.
Fuente: este post proviene de Amor en Tokio, donde puedes consultar el contenido original.
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