Durante la guerra civil de Ruanda, fallecieron 300.000 niños en un periodo de 90 días. La mortalidad y la morbilidad relacionadas con los efectos a largo plazo de la guerra y los conflictos civiles suelen ser mayores que los que se producen durante los verdaderos combates. Sin embargo, las regiones con los niveles mas elevados de mortalidad, sobre todo entre los niños menores de 5 anos de edad, son las mismas que se encuentran inmersas
Impacto de guerra sobre los niños
Físico
Fallecimiento
Violación
Lesiones
Amputaciones y fracturas
Traumatismo craneal
Lesiones por proyectiles
Lesiones por estallido
Quemaduras
Lesiones por armas químicas y biológicas
Malnutrición e inanición
Enfermedades infecciosas
Desplazamiento
Psicosociales
Pérdida de los cuidadores y familiares
Separación de la comunidad
Falta de educación
Socialización inadecuada
Reacción de estrés aguda
Trastorno de estrés postraumático
Depresión
Conducta maladaptativa
Explotación
Reclutamiento como soldados
Implicación forzada en actividades terroristas
Prostitución
Esclavitud
Adopción forzada
Susceptibilidad de los niños en períodos de guerra
Los niños no tienen las capacidades físicas o intelectuales para defenderse a si mismos. Es más fácil para los adultos victimizar a niños que a otros adultos. La curiosidad de los niños mayores, el deseo de aventura y la valoración incorrecta del riesgo suele llevarles a participar en conductas de riesgo. Los niños más pequeños, debido a su pequeño tamaño y a su inmadurez fisiológica, son más susceptibles de sufrir enfermedades e inanición, además de tener más probabilidades de sufrir lesiones mortales por proyectiles balísticos y artefactos explosivos como minas.
Durante las épocas de los efectos de la guerra sobre los niños, se produce una rotura de las inhibiciones sociales y las normas culturales. Las conductas aberrantes, como la violación, la tortura y el pillaje, que serian casi inconcebibles en tiempos de paz, son frecuentes durante la guerra. Los niños pueden sufrir ataques o usarse como escudos humanos. Los instintos, como el deseo parental de proteger a los hijos, suelen anularse.
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La naturaleza cambiante de la guerra afecta de forma negativa a los niños. Los efectos de la guerra sobre los niños convencional, en la que ejércitos de soldados profesionales que representan a distintos países combaten entre si ha pasado a ser menos frecuente. Los conflictos en el seno de las naciones en forma de guerra civil son más habituales. De los 190 conflictos armados producidos después de la segunda guerra mundial, el 75% tuvo lugar en el seno de los países. Estos conflictos suelen tener sus raíces en diferencias étnicas o religiosas y los participantes suelen ser soldados no regulares y no profesionales que carecen de la disciplina y la responsabilidad de sus mandos superiores.
Con bastante frecuencia, los recursos militares de los enemigos son desproporcionados, lo que obliga al bando más débil a desarrollar tácticas compensadoras que pueden consistir en acciones de guerrilla y actividades terroristas. Los conflictos de baja intensidad se han convertido en mas comunes. Estos tipos de conflictos suelen caracterizarse por actividades militares dirigidas contra poblaciones civiles, con el objetivo de alterar las rutinas normales y de generar publicidad a quien los comete. Los niños suelen ser victimas, pues ello sirve para maximizar el impacto de la actividad terrorista.
Un ejemplo especialmente trágico fue el asalto de una escuela pública en Beslan, Rusia, en 2004; más de 800 niños, junto con sus profesores y padres, fueron tomados como rehenes y muchos de ellos fueron asesinados con posterioridad.
Manifestaciones de las reacciones de estrés en los niñosy adolescentes expuestos a la guerra y el terrorismo
¿Como afecta a los niños de 5 años?
Miedo excesivo ante la separación
Conducta de apegamiento
Llanto o gritos incontrolables
Congelación (inmovilidad persistente)
Trastornos del sueño
Afecto aterrado
Conducta regresiva
¿Como afecta a los niños de 6 años?
Disminución del rendimiento escolar
Ausencias no autorizadas
Trastornos del sueño
Somatización
Afecto depresivo
Conducta anormalmente agresiva o violenta
Miedos irracionales
Conducta regresiva e infantilizada
¿Como afecta a los adolescentes?
Disminución del rendimiento escolar
Trastornos del sueño
Imágenes retrospectivas
Adormecimiento emocional
Conducta antisocial
Consumo de sustancias
Fantasías de venganza
Ideación suicida
Retraimiento
Repercusión psicológica de la guerra
La exposición a de los efectos de la guerra sobre los niños y la violencia puede tener una repercusión significativa sobre el desarrollo psicosocial infantil. El desplazamiento, la pérdida de los cuidadores, el sufrimiento físico y la falta de una socialización adecuada contribuyen a que el desarrollo infantil sea anómalo. A menudo las reacciones dependen de la edad del niño.
Los preescolares pueden experimentar un incremento de síntomas somáticos y de trastornos del sueno, así como tener una conducta teatral como rabietas, o una conducta excesivamente apegada. Los niños de edad preescolar mostraran un comportamiento regresivo, con enuresis y chuparse el pulgar. También presentan un incremento de síntomas somáticos. Suele haber un impacto negativo sobre el rendimiento escolar.
En los adolescentes, es frecuente la aparición de retraimiento psicológico y depresión. En este grupo de edad suele haber una conducta teatral estimulada por los traumas. Motivados por el deseo de venganza, pueden apresurarse a participar en la violencia y contribuir a la continuación del conflicto .Existe una mayor incidencia de reacciones de estrés agudo y de TEPT. La verdadera incidencia es difícil de valorar, debido a la naturaleza heterogénea de la guerra, al grado de exposición a la violencia y a las dificultades metodológicas.
La incidencia de TEPT aumento del2 al 10,5% en los niños de edad escolar del área metropolitana de Nueva York tras la destrucción del World Trade Center. Los factores de riesgo de sufrir una respuesta psicológica mas grave a un acontecimiento violento son la gravedad del incidente, la implicación personal (lesión física, proximidad, perdida de un familiar), la historia previa de exposición a acontecimientos traumáticos, el sexo femenino y una respuesta parental disfuncional al mismo acontecimiento.
Las manifestaciones de TEPT en los niños difieren de las de los adultos y consisten en ansiedad, conducta desorganizada y agitada (hipervigilancia, hiperactividad), hipersensibilidad neurovegetativa, somatización, depresión y trastornos del sueno. El inicio de la sintomatología del TEPT puede ser diferida; no es infrecuente que los niños desarrollen el TEPT muchos anos después del acontecimiento traumático. No es necesario que los niños se vean expuestos directamente a la actividad violenta y basta con la cobertura que los medios de comunicación hacen de los sucesos terroristas para desencadenar los efectos de la guerra sobre los niños.
Esfuerzos para proteger a los niños de los efectos de la guerra
La guerra y el terror violan los derechos humanos infantiles, como el derecho a la vida, el derecho a ser criados y protegidos, el derecho a desarrollarse de forma adecuada, el derecho a estar con la familia y la comunidad y el derecho a tener una existencia sana. Se han ratificado varios tratados y convenciones internacionales, comenzando con la 4.ª Convención de Ginebra (1949), que estableció las directrices futuras sobre el tratamiento adecuado de los niños en épocas de guerra. La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños (1990) delinearon los derechos humanos específicos inherentes a todos los niños (definidos como cualquier persona menor de 18 anos). El Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional que se promulgo en 2002 declaro que el reclutamiento o alistamiento de los niños menores de 15 anos es un delito de guerra perseguible.
Aunque estos tratados y convenciones sobre los efectos de la guerra sobre los niños definen el grado de protección que se proporciona a los niños, los métodos de aplicación de los que dispone la comunidad internacional son limitados. Es probable que las personas, motivadas por el fervor religioso, el entusiasmo nacionalista o la xenofobia étnica, limiten sus actividades por el miedo de ser perseguidas.
Estos tratados son más eficaces para despertar la concienciación sobre la situación protegida de los niños en tiempo de guerra, y quizá disuadan a los altos dirigentes, que temen ser imputados por su responsabilidad en los delitos de guerra.
Esfuerzos humanitarios
Varias organizaciones, tanto no gubernamentales como las que actúan bajo el auspicio de las Naciones Unidas, participan en mitigar los efectos de la guerra sobre los niños. Estas organizaciones, entre las que se encuentran la Cruz Roja Internacional, UNICEF, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Mundial para la Salud y Médicos Sin Fronteras tienen una repercusión significativa a la hora de reducir las bajas relacionadas con la violencia en regiones desgarradas por la guerra. La aportación de ayuda humanitaria en los países en vías de desarrollo suele mejorar la mortalidad y morbilidad globales al incrementar el nivel de servicios sociales y médicos disponibles para la población general.
Otras organizaciones, como Amnistía Internacional, el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación sobre la Paz, y Médicos para los Derechos Humanos vigilan activamente los abusos de los derechos humanos que implican a niños y a otros grupos civiles. En 2005, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el establecimiento de un sistema de monitorización y notificación diseñado para proteger a los niños expuestos a la guerra. Los grupos de trabajo dirigidos por las Naciones Unidas realizaran una vigilancia activa en regiones de conflictos y monitorizaran los asesinatos o lesiones de niños, el reclutamiento de niños soldado, los ataques dirigidos contra escuelas u hospitales, la violencia sexual contra niños, el secuestro infantil y la negación de ayuda humanitaria a los niños sobre los efectos de la guerra sobre los niños.
Papel de los pediatras y profesionales sanitarios
El efecto de la guerra sobre los niños es un fenómeno crónico y los profesionales sanitarios deben estar preparados para tratar las bajas infantiles debidas a la actividad militar o terrorista, así como para cuidar de niños que sufren las consecuencias de la guerra o de la violencia relacionada. Los pediatras de atención primaria y hospitalaria deben participar en la planificación de catástrofes de la comunidad. Muy a menudo, la planificación general de catástrofes ignora las necesidades y requerimientos específicos de los niños; al planificar un posible ataque químico, deben almacenarse los equipos de reanimación apropiados y adaptados a los niños.
Los signos de infección biológica o de intoxicación química son distintos en los niños y los pediatras y el personal de urgencias deben ser conscientes de estas diferencias. Las organizaciones profesionales, como la Asociación Americana de Pediatría (AAP) y los CDC han editado publicaciones sobre su postura; en el Libro Rojo de la AAP existe una sección especial que presenta las directrices para el tratamiento de patógenos específicos con probabilidad de ser usados en la guerra biológica. En las regiones donde es probable que se produzca actividad terrorista violenta, los pediatras, enfermeras y el personal de rescate deberían considerar obtener una certificación en los programas de la Cruz Roja sobre soporte vital básico y avanzado en traumatismos.
Los pediatras deben ser conscientes de los efectos de la guerra sobre los niños y el terror pueden tener sobre los padres y los niños. Los padres, que también se encuentran sometidos a una tensión enorme, pueden no ser sensibles a los efectos que los mismos factores estresantes tienen sobre sus hijos. Los pediatras deberían hacer que tanto los padres y los niños salgan de si mismos y animarles a hablar con libertad sobre sus sentimientos. Los profesionales sanitarios pueden contribuir de forma decisiva en la educación de los padres para que sean más conscientes de las respuestas inapropiadas de sus hijos sobre la guerra y la violencia. Cuando sea necesario, los pediatras pueden ayudar a las familias a remitirlas a los servicios de ayuda apropiados.
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