La Mediación Familiar nos da la oportunidad de solucionar de la mejor forma posible, para ambas partes, los posibles conflictos asociados a un proceso de separación.
Muchos de estos conflictos estarán relacionados con los hijos de la pareja. La prioridad de los padres será el bienestar de los niños a pesar de que éstos estén sufriendo también estas circunstancias, normalmente tan dolorosa.
Gracias al Mediador y a su Método de Mediación Familiar, se puede conseguir que estos niños sufran este proceso de la mejor manera posible recibiendo el menor impacto emocional y ayudándoles a adaptarse a la nueva situación de una forma más rápida y normalizada.
La separación en los niños
Cuando se pregunta a los niños qué es lo que más les preocupa y asusta, independientemente de la edad que tengan, en muchas ocasiones contestan que su mayor inquietud es que sus padres se divorcien.
Realmente, que se rompa el esquema de vida que tienen es lo que más les puede desestabilizar pero no tenemos claro si exactamente por el divorcio en sí o por los factores sociales que puedan derivarse de dicho proceso.
Algunos de estos factores serían:
Los padres del niño en pleno proceso de separación suelen presentar hostilidad y una actitud consecuencia del proceso desencadenante de dicha circunstancia. La tensión, el dolor, los reproches y el sufrimiento, entre otros sentimientos, pueden estar muy presentes en ambas partes y ésto claramente perjudicará al niño.
Si además alguno de los padres no acepta la separación hará que los niños tampoco la asimilen de una forma adecuada.
El hecho de que se vea alterada la economía familiar podrá condicionar la vida del niño.
Aspectos como cambios de residencia, colegio o entorno social serán variables que afectarán al niño que tendrá que rehacerse en un nuevo contexto lejos de lo que significaba para el su lugar seguro.
La convivencia con uno de los dos padres y la nostalgia por su circunstancia anterior podrá afectar a los hijos de una manera significativa. Si además el papel del otro progenitor, con el que no viven, es menos activo o está más ausente en sus vidas, sufrirán dicha pérdida. En el caso de que tuvieran que conocer a las nuevas parejas de sus padres, esto generará en los niños sentimientos encontrados que en ocasiones dificultarán aún más su adaptación a la nueva situación.
Independientemente de que los hijos se vean afectados por el divorcio de sus padres en sí o por los factores asociados a este, ellos sufrirán diversos efectos.
Efectos en los niños
Miedo, depresión, Ansiedad, problemas de autoestima y autoconcepto, inestabilidad emocional, inseguridad, problemas de sueño, problemas de conducta, incluso pueden presentar problemas para relacionarse socialmente. Su rendimiento escolar también puede verse afectado disminuyendo su capacidad de atención y concentración. El aislamiento es un recurso al que recurren los niños de padres separados en muchas ocasiones. Dicho recurso solo perjudicará en el hecho de la adaptación a la nueva situación.
Papel de La Mediación Familiar en estos casos
La Mediación familiar ayudará no solo en el proceso de divorcio sino también en la solución de conflictos en los que estén involucrados los hijos de la parejas. Uno de los objetivos de la Mediación familiar será el beneficio y la protección de los hijos para que estos sufran el menor impacto posible dentro del proceso de separación. Beneficiarles será prioritario y ayudarles en la adaptación a la nueva situación, a través de pautas a los padres, será uno de los objetivos fundamentales dentro de la Mediación Familiar.
Autora Marta Camacho (Psicologos de Psicomaster)
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