Antes de empezar, un mediador tiene que buscar ideas sobre el abordaje de la temática presentada por estas personas. En este caso, por supuesto, los personajes son ficticios para que hagan de este ejemplo un ejercicio sobre qué tipos de mediación podrían utilizarse en un caso como este.
Los participantes somos 3: El Padre, la Madre (de tres hijos, que están ausentes) y un Mediador.
Tema: Pensión Alimentaría y visitas
La Madre tiene tres hijos: de 6, 8 y 10 años de edad. El Padre ha dejado de aportar el dinero para la comida, la salud y la educación de sus hijos.
Plantea que no están casados y que han convivido por unos 12 años. Para ella esa relación ha sido traumática ya que desde antes de nacer su primera hija, este la ha maltratado con golpes, palabras obscenas y de pique les dice cosas feas a los muchachos y los corrige con ira y violencia.
Dice que han visitados psicólogos expertos en familia con el fin de buscar ayuda profesional, pero el Padre no coge cabeza y, al contrario, ha continuado con su violencia y últimamente tiene un grupo de amigos con los que bebe, llegando borracho y rompiendo los enseres de la casa e insultando a Abuela, la cual ha sido una madre para él y él sabe que no estoy mintiendo.
Pero ya estoy harta de esa situación y he ido a la fiscalía, tengo una orden de alejamiento y nos mandaron a mediación para ponerle la pensión y mantener a esos muchachos, los cuales toda su vida han pasado hambre estando nosotros juntos y ahora peor separados. La fiscal que nos atendió dijo que el Padre tiene que ver a los niños, pero yo siento miedo que mis hijos compartan con ese señor a solas.
La comida de mis hijos es lo primero y en la fiscalía le dije que unos 600 € para mantener a los muchachos y no quiere. Ese es un abusador, siendo un funcionario del gobierno no quiere alimentar a sus hijos.
El Padre escuchó a la Madre sin interrumpir, se mostró muy moderado y al darle la oportunidad de plantear sus puntos de vista, se expresó en los siguientes términos:
“Esa señora que usted ve ahí no es una santa, es un puro demonio. Ella sabe que es mentira, mi madre me educó para ser un hombre de trabajo y buen padre de familia. Eso son inventos de ella, yo soy el hombre de la casa y ella no entiende eso. No soy un muchacho.
Tengo que educar a mis hijos, y no es como dicen los psicólogos, los padres tienen que tener mano dura en estos tiempos de delincuencia y de falta de respeto a los adultos. El hecho es que me fui de la casa y soy hoy diferente, estoy tranquilo y en paz. Pero esa mujer después que me liberé de ella, me tiene en zozobra con la comida de los muchachos, pide demasiado dinero y yo tengo que pagar casa, comer, vestir y mantener a mi nueva pareja que también está embarazada de tres meses.
Yo le ofrezco 300€ para los muchachos, no puedo más. Los fines de semana deseo estar con ellos para corregirlos, orientarlos y dar una vuelta por el parque. Esa mujer es terca así como usted la ve, ella lo que esta es celosa, por eso dice que soy violento siendo mucha mentira.
¿Qué opciones hay? ¿Cuáles son las posiciones? ¿Son realistas? ¿Podría el mediador impulsar un acuerdo entre las partes? ¿Qué opinas tú?