Situaciones que debéis evitar en un divorcio con niños
Hostilidad hacia la pareja: Una ruptura es muy dura y se entiende perfectamente que se acumulen reproches, especialmente si uno de los miembros de la pareja ha incurrido en infidelidad o si ha sido una decisión unilateral. Sin embargo, cuando se tienen hijos es imprescindible dejar a un lado la hostilidad por el bien del niño. En caso contrario, los más pequeños pueden desarrollar estrés, ansiedad e, incluso, trastornos vinculados con el consumo de estupefacientes o alteraciones en el estado de ánimo. La inestabilidad que provoca en el niño estás situaciones debe ser atenuada con la seguridad que les den sus progenitores. Lo mejor para el niño es que ambos padres formen parte de su educación independientemente de que sigan juntos o no.
No informar a tus hijos de lo que sucede: Es más común de lo que parece que en un divorcio con niños de por medio, los padres se olviden de explicar a sus hijos lo que sucede de una manera clara y concisa. Ante esto, el menor puede creer que es posible que sus padres vuelvan a estar juntos o que crea que la culpa ha sido suya. Lo mejor que pueden hacer los padres frente a esta situación es ser lo más claros que puedan. En el caso de que, por cuestiones de hostilidad mutua, no sea posible, se recomienda la mediación familiar en estos casos para salvaguardar la salud psicológica del niño.
Dejar de tener momentos en familia: Independientemente de que vuestra relación se rompa, los más pequeños deberían tener igualmente una familia unida. Actualmente se ha constatado que cuando hay una custodia compartida en la que, además, existe una buena relación entre los implicados y las nuevas parejas, los niños tienen una salud psicológica mucho más fuerte. De esta manera, el niño aprende que las relaciones adultas implican una cordialidad y una amabilidad.
Criticar delante del niño: Es muy común que las relaciones se rompan por terceras personas y aunque nadie está preparado para ello, lo cierto es que es imprescindible dejarlo a un lado cuando halla niños de por medio. A nadie le gusta sentirse rechazado y es lógico que la parte agraviada se sienta herida. Sin embargo, por el bien del niño es necesario mantener una buena relación tanto con la pareja como con esa tercera persona. Una solución es acudir a terapia familiar conjuntamente. En todo caso, ciertamente es imprescindible actuar para que la parte más vulnerable, el niño, no sufra. Al fin y al cabo, los más pequeños deberían poder vivir su infancia independientemente de lo que sucede en la pareja.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro Blog)