Y no vengo a dar clases de moral, ni de valores, esas convicciones son personales y trato de transmitirlas únicamente a mis hijos, pero tal vez es en eso en lo que todo el mundo se está equivocando, tal vez.
Si observáramos más al compañero, a la familia de la puerta de lado, al maestro, al político, al juez, al entorno que nos rodea, veríamos los verdaderos focos rojos que han provocado tanto daño en los últimos días.
La religión, esa no importa mientras no se dañe al prójimo.
El que toma, saquea y roba, aunque sea un pan que no sea suyo, es ladron.
El que miente, no es de fiar .
El que engaña, es traicionero.
El que perjudica, es malo.
El que atenta contra la vida, es un criminal.
El que copia,no es honesto.
El que pasa sobre otro para su bienestar, es un aventajado sin escrúpulos.
El que choca y huye, esta falto de ética y valor civil.
Por ahí escuché que a veces la justicia no alcanza y merece venganza...me horroricé...es muy profunda la diferencia y también es alarmante. Pero se siente bajo la piel de muchas personas en las últimas horas.
Habría que cuestionarnos...
Si hago algo, ¿me enaltece?
Si lo comparto ¿estoy dañando a terceros?
Si me decido ¿estoy honrando a mis padres?
Si no me importa, ¿realmente me beneficia en algo?
Vuelvo a mi posición de siempre, no cuestiono la libertad de expresión de nadie, pero me molesta la frialdad, la facilidad con la el ser humano arroja piedras, no está demás pensar en circunstancias adversas, es más fácil señalar, ofender, lastimar y cuando conviene, esconder la mano.
Todos tenemos espejos, sería bueno voltear a verlo a profundidad de vez en cuando.
A los 40 me entristece el mundo, si claro haya un comenzar por nuestra casa, pero antes es fundamental comenzar por uno mismo. Creo que en los 70s era todo amor y paz, el lema viene bien esta noche.
Gracias por compartir y por tu tiempo.