¿Es necesario evaluar de la forma en que se está haciendo?
En muchas ocasiones, me pregunto lo siguiente: ¿es necesario evaluar a los estudiantes tal y cómo se está haciendo? ¿Es necesario adjudicarles una etiqueta con una calificación numérica? Hay que reconocer algo: hay profesores y maestros que se han acomodado y adaptado en el sistema educativo. Es decir, no quieren ni probar nuevas metodologías ni alejarse de lo tradicional.
En muchos centros educativos se evalúa porque es lo que se ha venido haciendo desde hace muchos atrás. Se evalúa por burocracia. Y se evalúa porque es lo dictan las normas de un sistema educativo obsoleto que no ha avanzado junto a la sociedad.
Yo creo que el objetivo máximo de la evaluación debería ser mejorar el aprendizaje y la enseñanza. ¿Se está mejorando el aprendizaje y la enseñanza con la forma de evaluar que tenemos ahora? Esa es la pregunta que tenemos que hacernos y reflexionar sobre ello.
Los exámenes: la manera preferida de evaluar
¿Desde hace cuánto existen los exámenes? Pues desde un montón de años. Y a día de hoy, todavía siguen siendo los reyes de la evaluación. Las calificaciones obtenidas de los exámenes son las que dicen si un estudiante ha aprendido el temario o si no. Pero, ¿los profesores se preguntan cómo se han aprendido ese temario los estudiantes?
Está claro que hay alumnos que aprueban porque les gusta estudiar y lo disfrutan pero hay otros que se lo “aprenden” todo de memoria para los exámenes y luego olvidan todo lo que han estudiado. Por lo tanto, se da un aprendizaje fingido. Es decir, consiguen obtener buenas notas en las pruebas pero no hay ningún tipo de interés.
¿Acaso no hay otra manera de evaluar? ¿No hay otra forma de saber si los estudiantes han asimilado los contenidos?
Preguntar y escuchar también sirve para evaluar
Preguntar a los estudiantes sobre los temas estudiados en clase o sobre un libro que estén leyendo es una forma muy efectiva para saber si los alumnos se está produciendo un adecuado proceso de enseñanza-aprendizaje. Escuchar todo lo que tienen que decir y sus respuestas también ayuda al docente a saber si están comprendiendo de verdad el contenido.
A través de debates y de conversaciones iniciadas por los docentes también se puede descubrir de qué manera está asimilando los contenidos los estudiantes. Además, los debates son fundamentales para fomentar la comunicación, la iniciativa y la expresión de ideas y de opiniones en clase.
Y por supuesto, mediante esas preguntas y cuestiones se estaría favoreciendo el pensamiento crítico, la investigación y la reflexión en los estudiantes. Se estaría dando la oportunidad de aprender de forma activa y significativa.
Albert Einstein dijo: “Loco es aquel que, haciendo siempre lo mismo, espera resultados distintos”
Aprendizaje por proyectos: evaluar de forma diferente
El aprendizaje por proyectos es un método eficaz para fomentar la investigación, el trabajo en equipo, la búsqueda de información y la asimilación y comprensión de contenidos. De esta manera, los docentes observan habilidades de los estudiantes más allá del aprendizaje memorístico.
Observan habilidades de búsqueda de información y de investigación. Habilidades comunicativas entre el grupo y habilidades sociales. Observan si dentro del grupo se ayudan los unos a los otros y si se respetan. Observan cómo los estudiantes se convierten en los protagonistas de su propio aprendizaje.
De esta manera, los estudiantes piensan, reflexionan, preguntan, buscan, experimentan y descubren. ¿El proceso de aprendizaje no debería ser todo eso? Entonces, ¿a través del aprendizaje por proyectos no se podría evaluar de forma más justa, efectiva y activa?
Evaluar no debería producir estrés ni malestar
Cómo decía antes, la forma preferida de evaluar es la elaboración de exámenes y a través de deberes repetitivos que no llegan a ningún lado. Los exámenes crean tensión, malestar e inseguridad a los estudiantes. Les generan miedo y rechazo. Son conscientes de que aprobar las pruebas es la única manera de aprobar la asignatura y muchos estudian sin aprender.
Un exceso de deberes (y llamo deberes a ejercicios repetitivos de todas las materias que no aportan nada) provocan agobio y estrés en los alumnos. Y desde mi punto de vista, esa no es manera de aprender. Hay quién dice que por eso los estudiantes son blanditos, débiles, que no se esfuerzan y que tienen una gestión nula de la frustración.
A mí, me parece una equivocación decir que los estudiantes que se agobian y se sienten mal por los exámenes y el exceso de deberes son débiles. Se ha comprobado en cientos de ocasiones que la manera de evaluar que llevamos arrastrando desde años atrás, no funciona. No funciona y no se adapta realmente a los estudiantes.
Entonces, ¿por qué se sigue llevando a cabo la misma en la mayoría de centros educativos?
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